Narra Kenzie:
Entré a la tercera clase del día, no estaba nada emocionada por francés, quiero decir sí el idioma suena hermoso incluso al estar deseándole la muerte alguien, pero hoy honestamente no tenía ganas de nada.
Acomodé mi cabeza en mis brazos y me dediqué a mirar la mesa... Pobres árboles.
-Hola. - Saludó Johnny, sentándose a mi lado, por lo que volví a mi posición normal, rápidamente.
Se sentó a mi lado, normal.
¿Qué estaba pasando?
-Tú no haces francés. -Susurré, todavía demasiado atónita.
-Lo sé y tenemos quince minutos antes que el maestro lo noté. -Dijo y volteó a verme. -Ignoremos todo lo que está pasando con nosotros en estos momentos.
-¿Por qué?
-Porque tienes que hacer algo respecto a lo de Asia.
Suspiré.
-Lo sé y lo haré, pero sola.
-¿Cuando?
-Johnny no sé, pero no quiero que te involucres, nada de esto es tu culpa.
-Tampoco la tuya. -Dijo y rodé los ojos. -La única culpa es de Asia.
No respondí.
-Kenzie, estoy preocupado por ti y ya te lo dije el otro día, si no haces nada, yo lo haré.
-¿Me estás amenzanado?
-Sí. -Contestó y alcé ambas cejas. -Y no es mi única amenaza, si no la denuncias a la policía en tres días más, le contaré a Lauren... Y a Hayden, a él también.
-¿Qué? No, te mataré yo misma si abres la boca. -Dije, alterada. -Ya me costó bastante discutir con Lauren para protegerla, no dejaré que lo arruines.
Abrió la boca en una gran "o" y fue cuando analicé lo que acababa de decir.
-Le mentiste. -Murmuró. -Nada de lo que le dijiste en la pelea era cierto, ¿Verdad? Querías alejarla y diciendo todas esas mentiras, funcionaría.
-Sí. -Suspiré. -No quiero que le pasé algo, por mi culpa.
-Kenzie créeme que lo único malo que pasara por tu culpa, es si no le explicas que todo fue mentira.
-Johnny no, basta. -Pedí. -Ya te dije, lo resolveré yo misma, sin ayuda de ustedes.
No respondió.
-De acuerdo, pero le diré a Lauren. -Soltó y lo miré enfadada. -Te daré dos opciones. Vas con la policía hoy mismo o te disculpas con Lau, explicándole todo, incluyendo contarle lo de la pistola.
-¿O si no qué?
-Me levantaré ahora mismo, caminaré a la oficina del director y le diré todo, llamará a las autoridades, a tu madre y a los padres de Asia, tú decides.
-No te atreverías.
-¿Quieres probarme?
Y antes que contestará, se levantó y caminó hacia el escritorio del profesor.
-¡Bien! -Exclamé, reciciendo toda la atención de la clase y una sonrisa de parte de Johnny.
-Orlando, tú no formas parte de esta clase. -Habló el señor Lee. -Por favor retirese de la sala de clases y señorita Ziegler, vuelva a su asiento.
-Por supuesto. -Contestó Johnny y volteó a verme una última vez. -Esto nunca pasó.
(...)
-¡Lauren! -Exclamé, corriendo hacia ella. -¡Lau!