Narra Brigthon:
Me bajé del autobus, frente a la casa de Jacob.
Nos había llamado a mi y a Hunter, diciendo que debíamos ir a su casa, para hablar de algo urgente.
Así que aquí estaba, afuera de su casa a las diez de la mañana.
Toqué el timbre y pocos minutos después, está fue abierta, por una mujer.
-Hola cariño, tu debes ser Brigthon. -Dijo y asentí, algo confusa. -Soy la madre de Jacob.
-Oh, es un placer conocerla. -Dije y ella sonrió.
-Igualmente, los chicos están arriba. -Indicó y entré a la casa. -Cualquier cosa, me avisan.
-Claro. -Respondí y comencé a subir las escaleras.
A pesar de llevar casi tres meses siendo amiga de Jacob, era la primera vez que conocía a su mamá.
-Hola, compadres. - Saludé, abriendo la puerta de la habitación.
-Hola, comadre. -Contestó Jacob, mientras Hunter, reía. -Ven, tenemos que hablar. -Indicó y cerré la puerta, sentándome a su lado.
-Okey, explica el motivo de hacerme venir aquí, tan temprano. -Dijo Hunter.
-No es tan temprano.
-Pará mí si, mis clases en línea comienzan a las once, no tengo ninguna, necesidad de levantarme antes. -Explicó y rodé los ojos divertida.
-Bien. -Habló Jacob. -¿Recuerdan a Maddie, verdad?
-Por supuesto que sí. -Respondí obvia y el solo, sonrió.
-De acuerdo, antes de ayer salí con ella.
-¿A una cita?
-No sé, digo nos conectamos mucho pero probablemente ella lo sigue viendo como una salida de amigos.
-¿Y por qué no le preguntas, tu mismo? -Consultó Hunter.
-Porque no quiero que piense que estoy tan enamorado de ella.
-Pero lo estas, y créeme que ella debe saberlo. -Dije.
-¿Y eso es malo o bueno? -Preguntó Hunter.
-Ambas. -Respondió Jacob. -Es malo porque si no siente nada por mí, me sentiría patético sabiendo que ella sabe que ella me provoca todo. Y también es bueno, porque tal vez se acerca más a mí por la misma razón.
-¿Y como lo averiguaras?
-Supongo que sólo tendré que preguntarle... -Contestó, pasando las manos por su cabello.
-Bueno, pensemos que todo terminará bien. -Dije y ambos asintieron.
Nos quedamos un rato en silencio, donde lo único que se oía en la casa, eran las canciones latinas que la madre de Jacob, estaba escuchando en la planta baja.
-Bueno... ¿Y que hay entre ustedes? -Preguntó Jacob, mirándonos.
-¿A qué te refieres? -Pregunté, cambiando la posición, en la que estaba sentada.
-¿Tienen algo o...?
-¿Por qué lo preguntas? -Dijo Hunter, mirándolo.
-Están cada vez más cerca y no me nieguen que no se han juntado solo ustedes sin mí, alguna vez. -Justificó Jacob y me quedé estática.
-Si pero... -Habló Hunter y se interrumpió a sí mismo, para voltear a verme. -¿Que sientes por mí, Brig?
Abrí la boca en una gran "o". Esperaba cualquier pregunta, menos esa.
Miré a Jacob, quien estaba con las manos tapando su boca, sorprendido. Miré a Hunter, quien esperaba mi respuesta, tan tranquilo como siempre, como si no acabase de preguntarme algo así de importante y en frente de nuestro mejor amigo.
-Debo irme. -Dije y me levanté.
Agarré mis cosas tan rápido como pude, bajé las escaleras corriendo y con suerte le dije adiós a la señora Sartorius. Para luego salir de la casa y tomar el primer taxi, que apareció.
Narra Jayden:
-¿Nos sentamos juntos? -Preguntó Brandon, cuando estábamos entrando a nuestra última clase.
-Claro. -Acepté y ambos caminamos a los últimos puestos.
La maestra entró a la sala y la aburrida clase de geometría, comenzó.
Apenas podía poner atención, sólo me concentraba en morder mi lápiz, mientras movía mi pierna, ansiosa. Era la última clase y solo quería que acabará, para poder irme a casa e ir a buscar a Connor, al aeropuerto.
-¿Que te pasa? -Rió Brandon, al verme morder mi lápiz.
-Nada, estoy bien. -Respondí, calmandome y mirando al pizarrón.
-Pues no te ves bien. -Rió sin dejar de mirarme. -¿Es por Connor?
-¿Qué?
-Dijiste que llegaba hoy día. -Contestó y volví a la realidad.
-Oh, sí. -Respondí. -Lo pasaremos a buscar al aeropuerto con mi mamá, después de clases.
-¿Y eso te pone nerviosa? -Preguntó y voltee a verlo. -Me refiero, a volver a estar con él... Después de tanto tiempo.
-No nerviosa, pero si emocionada.
-Ah... -Murmuró y sonreí de lado.
Ya entendía que no importaba cuantas veces le explicara que Connor no sentía nada por mi, él seguiría inseguro. Y tampoco quería justificarlo, pero también me ponía en su lugar.
Estaba enamorado de mí y yo de él, pero aún así no teníamos nada. Así que de alguna manera, podíamos estar celosos de los demás, pero a la misma vez no deberíamos.
-¿Quieres jugar al gato? Esta clase me está matando. -Dije y sonrió de inmediato.
Arrancó un trozo de una de sus hojas y la puso al medio de nuestros dos cuadernos, dibujo el hashtag y luego puso una x, en el cuadrito de al medio.
-Soy un experto, así que suerte. -Advirtió, mientras se arreglaba su chaqueta irónicamente, pareciendo tdoo un egocéntrico.
-Ya lo veremos, Rowland.
(...)
-Ahora, ¿por qué están discutiendo? -Preguntó Annie, acercándose a nosotros, mientras caminábamos a la salida de la escuela.
-Porque hizo trampa, cuatro veces, en el juego del gato. -Contesté y el castaño rodó los ojos.
-No era trampa, era una técnica.
-Las técnicas no existen en un juego como ese.
-¿Tienes como probarlo? -Preguntó sonriendo malvado y sonreí irónica.
Estaba por sacar mi celular y comenzar a buscar en google, cuando miré al frente, fuera de la escuela, encontrándome un rostro familiar.
-Jay, ¿Es quién, creo que es? -Preguntó Annie, mirando a mi misma dirección.
-Lo es. -Suspiró Brandon y fue cuando tiré mi mochila al suelo, y salí corriendo.
-¡CONNOR! -Grité al chico, quien sonrió abiertamente y abrió sus brazos, recibiendome de un abrazo.
