Narra Lauren:
-Hola. -Saludé, al llegar a casa.
Mis hermanas me miraron preocupadas, al igual que mis padres.
Por favor, que no sepan que fui a casa de Carson.
-¿Qué pasa? -Pregunté, caminando hacia ellos.
Por favor, que no sepan que fui a casa de Carson.
-Kenzie y Johnny discutieron. -Respondió mi mamá. -Kenzie se fue rápido y creímos escuchar a tu hermano llorar.
-¿Qué hay de Nadia?
-Se fue en cuanto Kenzie llegó. -Contestó, Maddie. -Estábamos esperando a que llegarás tú, no lo hemos ido a ver aún.
-Oh. -Murmuré. -Claro, sí hablaré con él.
-Gracias, amor. -Sonrió mi papá y asentí, subiendo hasta su habitación.
Toqué la puerta pero la música a todo volumen que sonaba dentro del cuarto, no colaboró, así que solo entré.
Johnny estaba tirado en su cama, mirando al techo fijamente y con sus manos estrechadas, en su estómago.
Definitivamente él no conocía el significado de estar triste, sin llamar la atención.
-¿Cómo estás? -Pregunté y se levantó de hombros.
Volví a cerrar la puerta y me senté a los pies de la cama, observando las tantas hojas de cuaderno que habían desparramadas en el suelo.
-¿Qué sucedió? -Pregunté y dió un suspiro, incorporándose.
-Terminamos. -Dijo y abrí los ojos de par en par.
Ni siquiera hacía falta que explicara quienes habían roto.
-¿Por qué?
-Nadia y yo estábamos pensando en ideas para la nueva canción, me dijo que debería escribir sobre como me sentía cuando estaba con Kenzie y fue cuando le dije que ya no sentía lo mismo por ella, y ella lo escuchó todo. -Explicó y me levanté enefadada.
-¿QUÉ TÚ QUÉ?
-Lauren, no. -Negó, suspirando. -No es que ya no esté enamorado de ella, eso mismo le dije, me refiero a que... Ya nada es nuevo, todo es igual.
-Por supuesto que se sintió mal entonces, Johnny. -Respondí, volviendo a sentarme en la cama. -¿Por qué nunca le comentaste a Kenzie sobre eso?
-Pensaba hacerlo, por último para cambiar nuestra rutina, pero me contó que cada vez que nos besabamos sentía mariposas y... -Se interrumpió a sí mismo, borrando su sonrisa. -No fui capaz, Lau.
Sus ojos se llenaron de lágrimas y me acerqué a él, abrazándolo con un brazo a lo que él se apoyo en mi hombro.
-¿No estás enfadada conmigo?
-No puedo obligarte a amar a Mackenzie. -Dije y volteó a verme. -Bueno ya lo haces, solo que... Ella te ama de una manera diferente... Más fuerte.
-¿Más fuerte?
-Sí, supongo. -Respondí y asintió, limpiando su cara con las mangas de su camiseta.
Cada vez que Johnny lloraba y había que explicarle algo, parecía como hablar con un niño pequeño.
-¿Hablaste con Hayden? -Preguntó y negué.
-Lo voy a llamar. -Susurré y tomé mi celular, marcando el número del castaño.
Johnny miraba la pantalla del teléfono expectante, al igual que yo y cuando contestó, lo puse en altavoz de inmediato.
-Hola, linda. -Saludó y sonreí.