Narra Kenzie:
-Hey, Kenz. -Susurró una voz en mi oído. -Kenzie, te están llamando.
Me senté en la cama y abrí los ojos con cansancio, mientras daba un bostezo y agarraba mi celular.
-¿Hola? -Contesté, despertando poco a poco.
-Mackenzie, cariño ¿puedes venir a desayunar a casa? -Preguntó, mi madre.
-Pero creí que tenía permiso para comer aquí, están todos los chicos. -Dije, mientras miraba a mi alrededor.
-Lo siento, amor. -Se disculpó, dando un suspiro. -Pero debes venir, tengo una noticia que darles a ti y a tu hermana.
-De acuerdo. -Acepte, intentando no enfadarme, demasiado. -Llegaré en veinte minutos.
-Genial, cuídate mucho.
Corté la llamada y volteé la vista, dejandome ver a Ruby a mi lado, con una gran sonrisa, como si no fueran las siete de la mañana.
-¿Que pasó? -Preguntó y quité las mantas de encima mío.
-Debo irme, mi mamá tiene algo importante que decirnos... O algo así. -Respondí y la rubia asintió. -Lo siento, sé que querías desayunar con todos juntos.
-No te preocupes, Kenz. -Sonrió. -Lo entiendo.
-Gracias. -Agradecí y me levanté, buscando mis cosas, con cuidado de no despertar a alguien más.
-¿Quieres que le diga a mi mamá que vaya a dejarte?
-¿No estará dormida?
-Claro que no, se levanta a las seis de la mañana todos los días, porque le gusta ver el amanecer. -Explicó y reí, para mis adentros. -Iré a decirle.
-Okey, gracias Rub.
(...)
-¿Como está? -Preguntó Melissa, refiriéndose al desayuno, que había preparado.
-Delicioso. -Respondí y sonrió.
-Lo vi en Pinterest.
-Sí, últimamente has estado demasiado obsesionada con esa aplicación. -Rió Maddie, llevandose otro bocado del postre de yogurt, a la boca.
-No es obsesión, sólo lo disfruto. -Aclaró y la castaña asintió, rodando los ojos divertida.
-¿Y que era lo que ibas a decirnos? -Pregunté y la mujer suspiró, sentándose junto a nosotras.
-Me ascendieron en el trabajo. -Anunció.
-Felicitaciones. -Dijo Maddie y yo asentí, uniendome a sus palabras.
-Gracias chicas... Pero no estoy segura si son tan buenas noticias, después de todo.
-¿Por qué? -Pregunté.
-Porque tendré que trabajar más horas. -Contestó. -Y probablemente sólo las veré un par de horas al día.
No sabía que decir.
Generalmente ya la veíamos bastante poco en el día y ahora que la veríamos mucho menos, no sabía si estar feliz o triste.-No te preocupes, mamá. -Habló Maddie. -Kenzie y yo, ya podremos arreglarnos las solas... Sabemos lo importante que es tu trabajo, para ti.
-¿De verdad que no les molesta? -Preguntó y negué, dudando completamente en mi interior.
Maddie negó también y mi madre, sonrió orgullosa, con lagunas lágrimas amenazando caer.
-Gracias. -Dijo y nos abrazo por encima de la mesa a ambas.
-No hay de que. -Respondió Maddie.
-Iré a buscar el jugo. -Indicó mamá, y fue hasta la cocina, secando sus lágrimas.
-¿No te molesta, enserio? -Susurré a Maddie.
-No lo sé, Kenz... Prefiero pensarlo después y no arruinar su ilusión, en estos momentos. -Cotesto y asentí, observándola.
-Te ves cansada. -Dije y de pronto, lo recordé. -¿Como te fue en tu salida con Jacob?
-Bien... -Contestó y luego ladeo la cabeza. -Pero creo que terminó mal.
-¿Por qué?
-Tuve que acompañarlo a la casa de una amiga de él... Creo que la conoces, también. -Explicó y luego negó. -Yo me ofrecí a llevarlos de todos modos, pero si fue un poco incómodo.
-¿Qué amiga?
-Jenna. -Contestó y abrí mis ojos de par en par. -Creó que se apellida, Ortega.
-Ella es amiga de Asia... -Murmuré confundida y ella se levantó de hombros.
-¡Hice jugo de naranja!
(...)
Después de terminar de desayunar, que mamá se fuera a trabajar y que Maddie me avisará que saldría con Lilia, subí a mi habitación.
Me lanze a la cama, dispuesta a dormir una siesta. Pues ayer me había dormido muy tarde y hoy, me había despertado muy temprano.
Acomodé mi rostro en la almohada y cuando estaba cerrando mis ojos, mi celular comenzó a sonar.
Era un número desconocido.
-¿Quién habla? -Pregunté al instante, de contestar.
-La misma persona de ayer en la noche, querida.
Me senté.
-Bien, dime que quieres o te colgare de inmediato.
-Quería saber como te había ido, con tu novio y su amiguita.
-No tengo porqué decírtelo a ti. -Respondí y me senté en mi escritorio.
-Bueno deberías como forma de agradecimiento de que yo, fui quien te lo advirtió.
-Ja, no pienso agradecerte. -Reí irónica. -Lo único que hiciste fue decir mentiras, para hacerme sentir insegura.
Creí que había logrado dejarlo en su lugar, con lo que acababa de decir, pues en realidad era lo que de verdad había echo. Y además, no decía ninguna sola palabra, hasta luego de treinta segundos.
-¿Y funcionó? -Preguntó, con un tono divertido.
Me quedé estática, no podía decirle que sí, porque le demostraría que estaba haciendo bien su juego, pero si le decía que no, podría seguir insistiendome con un millón de cosas más, que me harían dudar de todo...
-¿Sigues ahí, Ziegler? -Preguntó y corté de inmediato.
Y no pasó ningún minuto cuando volvió a llamar, denuncie el número rápidamente y luego lanze mi celular al suelo, con mis manso temblando.
¿Por qué alguien trataría de ponerme insegura respecto a mi relación con Johnny? O quien sabe con qué más planeaba hacerlo.
No sabía de quién se trataba o cual era su propósito, y eso era lo que más me aterrorizaba... Porque podría ser alguien que yo misma conocía.
Holaaaaa🌻
Hace dos años (ya casi tres :') ), cuando había subido este capítulo había llegado a los 8k... Así que para no romper la tradición..
¡Chocolates invisibles para todos!
Jskajsks, pero bueno gracias a tod@s los que están aquí, los quiero muchooo💕
Sin nada mas que decir gracias por leer y...
Xhaooooooo💙💙💙💙💙💙💙💙