Narra Annie:
Eran las nueve de la noche y estábamos en la cocina, apuntó de preparar un jugo natural.
-Mañana no quiero ir a clases. -Dijo Hayley, mientras peleaba una manzana.
-¿Por qué? -Preguntó mi mamá, quien estaba sacando la licuadora.
-Porque aún estoy cansada por la fiesta de ayer, debimos hacerla el vienes, no el sábado. -Explicó mi hermana y rodé los ojos.
-Sí tú estás cansada, imaginate yo. -Dije. -Además el viernes, papá no podía ir.
-Cierto. -Murmuró y hecho la manzana a la licuadora.
Yo llené la juguera con agua, la enchufamos y mamá puso la tapa, para luego encenderla.
Y fue cuando todo explotó.
-¿Están bien, no les llegó ningún vidrio? -Preguntó mi mamá, intentando limpiarse la cara, con un paño.
-Hayley, no cortaste la manzana, eso hizo que se atacará en el cortador... -Recordé, atónita. -¡¿Cómo olvidas cortar la manzana!?
-¡Tú me dijiste que le sacara la cáscara!
-¡Y que también la cortaras!
-Chicas, basta. -Habló Kate. -Ya no importa, la luchadora ya está rota... Ayúdenme a limpiar.
Suspiré enfadada y fui a buscar la escoba, pero cuando estaba caminando hacia la sala, sonó el timbre.
-¡Annie, ve a abrir! -Indicó mi mamá y caminé hacia la puerta, de mala gana.
Abrí esta y alcé ambas cejas, la ver a Carson parado allí.
-Hola. - Saludo y luego me miró. -¿Es un mal momento?
-Sí... lo es. -Contesté, intentando quitar los pedacitos de manzana de mi ropa. -¿Por qué estás aquí?
-Quería pedirte disculpas por lo de ayer. -Respondió y luego señaló su auto, estacionado en la calle. -Ya le cambié la rueda.
-Genial, disculpa aceptada. -Dije. -¿Algo más?
-De hecho sí... ¿Puedo pasar?
No, ¿Por qué?
-De acuerdo. -Acepté y me hice a un lado para que entrará a mi casa, para luego cerrar la puerta y caminar a la cocina con él detrás de mi. -Mamá, vino Carson.
-¿Carson?
-Hola, señora LeBlanc.
-Ese no es su apellido. -Sonreí irónica y abrió su boca sorprendido.
-Oh, cuánto lo lamento...
-No te preocupes. -Interrumpió mi mamá. -Solo dime Kate.
-Claro. -Aceptó.
-Estaremos arriba, pero se irá luego de todas formas. -Expliqué y asintió, un poco confusa.
Mientras Hayley limpiaba el mesón de la cocina, enfadada.
Ambos fuimos a mi habitación, ni siquiera cerré la puerta, solo dejé que entrará y me apoyé en la pared, mirándolo.
-Linda decoración.
-Ajá, no intentes sacar temas de conversación. -Pedí, cruzada de brazos.
-Lauren dijo lo mismo ayer.
-¿Por eso te pinchó la rueda de tu preciado auto? -Pregunté y rodó los ojos, negando.
-Hayden intentó golpearme, ¿Sabes?