the way you make me feel; Michael Jackson.

Veinticuatro.

1988, Miami.

Cuando llegué de hacer las compras, puse todo en su lugar, tardé por lo menos unos 40 minutos, creo. Me fui a bañar, y me cambié con algo simple, un short jean, una camisa morada, y mis pantuflas, amo andar con mis pantuflas porque son muy suaves y acogedoras, mientras me peinaba encendí la televisión, buscaba algo entretenido para no estar aburrida... Pero un canal llamó mi atención, habían fotos mías y de Richard, hablaban sobre que yo le fui infiel a Michael.... ¿espera, qué? Los chismes corren muy rápido, salen fotos en donde yo lo abrazaba y me daba un beso en la frente.... Mierda, Michael pensará otra cosa, esto se va a descontrolar demasiado.

Y mi teléfono sonó, tal vez es Michael, ugh.... Bajé a la sala para atender la llamada.

—Hola, habla ____ Leonetti ¿qué se le ofrece?

—¿Podrías explicarme las fotos? –era la voz de Michael, y parecía estar celoso–

—Hola cariño, yo estoy bien gracias por preguntar. –le dije en un tono sarcástico–

—No estoy para tus bromas ____, explicame las fotos.

—No seas celoso, es sólo un amigo de la infancia que hoy me lo encontré de casualidad, sabes que jamás yo te sería Infiel Michael.

—¿Amigo? Eso es chiste viejo, sabes que nunca me agradaron tus amiguitos.

—A mí tampoco me agradaron tus amiguitas, te la pasabas todo el tiempo con Madonna y yo no te decía nada, porque te tengo confianza... Mira, no quiero discutir contigo ¿sí? No peleemos por una pequeña cosa, sabes que te quiero mucho y jamás sería capaz de hacerte daño.

—Ay dios... Lo siento por haber reaccionado así, es que verte con otro hombre que no sea yo me dan muchos celos.

—Tranquilo cariño, esas cosas pasan, cuando termines tu tour, te tendré un gran regalo. –le dije en un tono sexy–

—Oh dios nena, no me calientes...

—Pobre, pero si eres un chico bueno, tendrás tu recompensa muy buena.

—Joder, creo que.... Agh, te hablo luego. tengo que arreglar algo.

—Jajaja, ay pobre de ti, Michael, hablamos luego pastelito, te quiero mucho, cuidate.

—Vale, hablamos luego, te quiero mucho más gatita.

Me reí al escuchar como me había dicho Michael. Dejé el teléfono en una mesa y me dirigí a la cocina, del refrigerador tomé un yogurt de fresa, esto es muuuuy delicioso, basta, estoy en el cielo.