Cuarenta y cinco.

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1990, Santa Bárbara.

Llevaba ratos queriendo poder alcanzar el cereal pero el refrigerador es demasiado grande y mis cortas manos no me dejan alcanzarlo, a veces odio ser un poco baja.

Me di por vencida y con el ceño fruncido me crucé de brazos y me senté en el sofá ojalá hubiera algo para hacerme crecer en cuestión de segundos. Michael apareció y se sentó a mi lado.

—¿Qué tienes? –se sentó a mi lado–

—Amm, nada.

—No soy tonto, te conozco cuando estás enojada por que siempre tienes el ceño fruncido... Ahora dime que pasa.

—Es que si te digo... Te burlarás de mi. –me puse roja–

—No, claro que no bebé.

—....No alcanzo la caja de cereal.

—¿Ves? No era tan difícil decirlo. –se encogió de hombros–

Michael se dirigió a la cocina y lo seguí, él solo estiró la mano y tomó la caja de cereal, pinche jirafa.

—Y como agradecimiento quiero un beso. –alzó la caja de cereal encima de él–

—Michael, tengo hambre, por faaavor.
–daba pequeños saltitos–

—Vale, está bien. –me dio el cereal–

—Gracias. –le di un pequeños beso en los labios–

Pero él me tomó de la cintura y me besó, mi espalda pegó en la refrigeradora, mis manos estaban en los hombros de Michael mientras él bajó sus manos a mi trasero y lo apretó.

—Michael, detente... Alguien nos verá.
–aparté un poco mi cara mientras yo reía–

—Ash, está bien. –dijo rodando los ojos–

Iré a la piscina un rato ¿vienes?

—Claro, vamos.

Subí a la habitación y me puse un traje de baño de una pieza en color negro, mi toalla y listo.

Bajamos y nos fuimos a la parte trasera, Michael me cargó como un saco de papas, corrió hacía la piscina y se tiró.

—!Michael! No vuelvas a hacer eso, me asustaste. –le tiré agua en la cara–

Mientras reíamos a carcajadas jugábamos con una pelota, y si alguno de los dos la deja caer al agua pierde.

Nos dimos un chapuzón un rato, es un excelente día para nadar en la piscina, por que hoy es un día un poco caluroso, me salí un rato de la piscina y me senté en las piernas de Michael.

—Creo que ese chapuzón me dio mucho sueño. –bostecé– ¿me llevarías adentro, porfis?

Michael me cargó y entramos a la casa, me cambié por algo más cómodo y me acosté boca abajo, esto era lo que necesitaba, relajarme. Y sentí que Michael se sentó al borde de la cama.

—¿Podríamos salir hoy? –me besó los labios–

—Claro, ¿a qué hora? –me acomodé–

—A las 7PM, ponte muy elegante y hermosa, yo iré un rato donde mi mamá, nos vemos luego.

—Vale, nos vemos, cuidate. –me acosté boca abajo–

Se levantó de la cama y me dio una suave nalgada, ay Michael.

—Michael! No hagas eso! –le tiré una almohada–

—Dejame pensarlo.... Nunca dejaré de hacer eso, baaais. –salió de la habitación–

(...)

Eran las 6PM y tenía que arreglarme para salir con Michael esta noche, llamé a Selena, Janet y Gianna para que me ayuden a arreglarme. Ellas al instante llegaron, las dejé pasar y subimos a mi habitación.

—A ver, ¿en qué te ayudaremos? –me dijo Selena–

—Es que hoy saldré con Michael, y no sé que ponerme y como maquillarme, entonces... Necesito su ayuda.

—Yo sé que vestido puedes ponerte. –me dijo Gianna buscando en mi armario–

—Yo te ayudaré en el maquillaje. –me dijo Janet– Gianna en el cabello, y Selena en la manicura.

—Vale, yo iré a tomar una ducha, no tardaré mucho. –tomé una toalla–

Después de 10 minutos salí, las chicas se pusieron en acción, primero me puse el vestido, me senté en un taburete enfrente de un gran espejo, Gianna comenzó a secar mi cabello, mientras Janet me maquillaba y Selena arreglaba mis uñas.

~40 minutos después

Sí que son rápidas, me vi al espejo y quedé muy hermosa, me sorprendí al verme en el espejo, !estas chicas hacen magia!

Sí que son rápidas, me vi al espejo y quedé muy hermosa, me sorprendí al verme en el espejo, !estas chicas hacen magia!

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—!Oh por dios! estoy hermosa, !muchas gracias chicas! Son lo mejor. –nos dimos un abrazo–

—Muy hermosa diría yo... Ya sabes, siempre puedes contar con nosotras. –me dijo Selena–

—Michael caerá rendido a tus pies, bueno, más de lo que ya está. –dijo riendo–

—Enserio, gracias chicas, no sé que haría sin ustedes. –les dije muy feliz–

Después de eso, entró Katherine.

—Hola, mirate! Estás preciosa. –me abrazó– Espero y disfrutes tu noche, Michael ya te está esperando abajo, y no te preocupes por Prince, las chicas y yo nos encargáremos de él.

Les agradecí, salí de la habitación junto a Katherine, cuando bajaba los escalones pude ver a Michael que vestía muy elegante de negro, se veía muy guapo, él quedó boca abierta al verme, yo me sonroje al sentir su mirada escaneando todo mi cuerpo. Ya estaba enfrente de él.

—Te ves.... Muy hermosa y elegante. –me dio un corto beso en los labios–

—Esto merece una foto de recuerdo, a ver, posen! –dijo Katherine–

Michael se puso detrás de mi, me abrazó por la cintura mientras yo puse mis manos encima de las suyas, sonreímos a la cámara y el flash salió.

—Salen hermosos. –dijo sonriendo– Bueno, no los atrasaré, que disfruten su noche, Michael conduce con cuidado.

Él asintió, y salimos de la casa, me abrió la puerta del auto y subí, se subió y partió rumbo a nuestro destino.

(...)

the way you make me feel; Michael Jackson.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora