Treinta y ocho.

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1990, Santa Bárbara.

Me iba despertando poco a poco y veía a Michael viéndome fijamente con una gran sonrisa.

—Buenos días, mi reina. –me tomó de la mano–

Buenos días, amor.

—El doctor me dijo que en unas horas te dará de alta... Dominick y Gianna están en Neverland, están ansiosos por ver a Prince, también te traje algo de ropa para cuando nos vayamos a casa.

—Okey, gracias. –me senté con cuidado en la cama–

—¿Tienes hambre? –me preguntó Michael–

—Solo quiero algo de tomar. –dije tocando mi estómago–

—Te traeré un capuchino ¿eso está bien?

—Sí, por favor. –le dije amablemente–

—Vale, vuelvo en unos minutos.

Él salió de la habitación, observé a Prince y seguía durmiendo, me levanté con cuidado de la cama y me dirigí al sillón, había un bolso mío, lo abrí y lo primero que me encontré fue un cepillo de dientes, yaaas! Lo que necesitaba, tomé la pasta y fui al baño. Me cepille los dientes y lavé mi cara, me seque con una toalla y salí del baño.

Me senté un rato en el borde de la cama en espera de Michael, mis pies no llegaban hasta al suelo así que yo decidí balancearlos, y minutos después llegó Michael con una bolsa de Dunki'n Donuts.

Desayunamos mientras hablábamos de cosas sin sentido, por ejemplo... ¿por qué el agua no tiene color? Y llegó el doctor, Michael se tuvo que salir de la habitación y el doctor me dio de alta.

Tomé el bolso, y me puse un vestido rosa pastel hasta las rodillas y unos tacones bajos. Dejé mi cabello atado en una cola, salí de la habitación con Prince en mis brazos.

—Mis guardaespaldas nos esperan afuera.
–dijo poniéndose sus lentes oscuros– Dejame te ayudo a caminar, Janet está afuera y te ayudará con Prince

Asentí y caminamos hacía la salida, y quedé boca abierta al ver como 8 guardaespaldas, Michael es exagerado un poco con la seguridad, Janet se veía con ansias de poder cargar a Prince.

—Ya llegó mi Príncipe hermoso! –dijo feliz cargando a Prince– Le pondré una manta encima, para mejor seguridad.

Le puso la manta encima, 4 guardaespaldas cubrieron a Janet, y los otro 4 a nosotros dos, Michael me tomaba de la cintura y de la mano, bajaba la cabeza para no marearme con los flashes.

—!Michael te amo! –grtió una chica–

Michael, !por aquí! dime que se siente ser padre. –le preguntó un paparazzi–

—Es algo maravilloso, com solo saber el hecho de que ya soy padre me llena de alegría. –dijo muy sonriente–

Y llegamos hasta la camioneta, Janet entró primero y después yo.

the way you make me feel; Michael Jackson.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora