Noventa y dos.

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1994, Santa Bárbara.

Terminé de colgar una foto que faltaba, era una de Prince, Paris Michael y yo. Tenemos muchas fotos en la sala principal, fotos mías con mi hermano, Gianna y Selena, Michael y toda su familia, o todos nosotros en una sola foto. Cuando de repente sonó el teléfono, me dirigí a la mesita donde estaba y lo contesté.

¿Diga?

—Pequeña! Ven a la casa, te tengo una grandiosa sorpresa que te encantará demasiado. –me habló Dominick emocionado–

—Claro, ya voy para allá.

Colgué el teléfono y quedé pensando en la sorpresa de Dominick, subí a la habitación y me encontré con una escena muy tierna, Michael jugando con los niños, me apoye en el marco de la puerta y con una gran sonrisa los veía, él se percató de que estaba ahí y me volteó a ver, me acerqué a ellos y me senté en la cama.

—Dominick quiere que vaya a su casa, dice que tiene una sorpresa para mi.

—¿O te irás a ver con John? –me vio serio–

Últimamente he estado teniendo contacto con John, está teniendo un momento difícil, su madre murió y era la única de su familia que tenía, soy una buena persona y no tengo rencor hacía nadie, y decidí en darle apoyo. Y Michael se dio cuenta que es mi ex novio, no fue nada bonita su reacción, lo sé, dirán que es estúpido hablar con tu ex, pero John no se veía muy bien cuando lo vi, estaba devastado y deprimido.

—Por dios Michael, ya hemos hablado de esto... –suspire–

—No sé ve muy bien que hables con tu ex novio.

—Miren quien lo dice. –lo vi mal– John solo es mi amigo y necesita apoyo, no discutiré y menos enfrente de los niños.

Salí un poco molesta de la habitación, bajé a la sala, tomé un abrigo y salí de la casa.

(...)

Ya estaba en casa de Dominick, toqué la puerta dos veces y abrió Gianna.

—Ya era hora que llegaras. –me dio un abrazo–

Pasé adelante, dejé mi abrigo colgado y fuimos a la sala, estaba Dominick con una caja en las manos y con una gran sonrisa.

—Y bien, ¿cúal es mi sorpresa?

—Abre la caja. –me la entregó

Tomé asiento, empecé a abrir la caja, al instante me tapé la boca y empecé a llorar.

—¿Como conseguiste estas fotos? –le pregunté feliz–

Eran fotos de mi mamá, Dominick y yo. Viendo bien a mi Mamá, soy muy idéntica a ella.

—Fui a nuestra vieja casa en Italia, la familia que vive ahí tenía las fotos en su sótano, y pensé en que sería bien en dártelas.

—Gracias Dom. –lo abracé fuerte– Pensé que estas fotos ya no existían.

—De nada pequeña. –me dio un beso en la frente–

—Me tendré que ir... Nos vemos mañana.
–le di un abrazo a los dos–

—Okey, cuidate mucho linda. –Gianna me dio un gran abrazo–

—Y enserio... Muchas gracias por las fotos Dominick. –tomé mi abrigo–

—No hay de que, todo sólo para verte feliz.

(...)

Llegué a mi casa, bajé del auto con la caja en mano y entré. La dejé a un lado y subí a la habitación, se habían quedado dormidos los 3, me pareció muy tierno esto. Me acerqué con cuidado, corrí las cortinas, a cada uno les di un beso, me di la vuelta y salí de la habitación.

Fui a caminar un rato por el lugar, y me quedé parada a la orilla del lago viendo mi reflejo, después enfoqué mi vista en una familia de patos que nadaba en el lago, cuando sentí que alguien me abrazó por detrás, di un salto del susto y me fijé que era Michael.

—Algún día me darás un infarto, no vuelvas a hacer eso cuando estoy desprevenida.

—Lo siento.... –apoyó su mentón en mi hombro– Y también lo siento por la pequeña discusión de hace poco, es difícil verte con otro hombre que no sea yo.

— Tranquilo, está bien. –tomé su mano– Es normal que las parejas discutan por pequeñas cosas absurdas.

Me di la vuelta y lo abracé, apoye mi cabeza en su pecho, me abrazó por la cintura y me besó en la mejilla.

—Nunca quiero perderte.... Me moriría si eso llegara a pasar.

—Sabes que eso nunca pasará Michael. –lo vi a los ojos– Te amo tanto, eres mi vida...

Pegamos nuestras frentes... Se acercó a mis labios lentamente y me besó. Mis manos subieron a su rostro, nos separemos lentamente y acaricié su mejilla, y me vio fijamente a los ojos.

—¿Qué tengo en la cara? –reí–

—Nada... Sólo que me encanta el azúl de tus ojos, al verlos me pierdo en tu mirada... Y es como ver el cielo. 

—Basta, harás que me sonroje. –escondí mi rostro en su pecho–

Segundos después levanté mi mirada y le di un beso en la mejilla.

—Entremos a casa.

(...)

the way you make me feel; Michael Jackson.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora