Me estremezco al pensar en mi despido. Levanto la vista, atemorizada, hacia la rubia. ¿Me denunciara? Sharon esta mirándome fijamente, su mirada me inquieta, es como... Si me estuviera admirando.
Hay algo en sus ojos que no encaja, como si lo que estuviera pensando no fuera del todo bueno. Una sonrisa escalofriante empieza a formarse en su cara mientras me mira, ella parece perdida en sus pensamientos. Me estremezco. Desde luego hay algo mal con ella.
Miro a Jean, quien parece no haberse dado cuenta de nada. Escucho un sollozo y miro hacia la mesa de la esquina. La rubia esta junto a Sharon, completamente quieta y mirándose las manos mientras solloza. Sharon suspira y se levanta para coger unas servilletas de la mesa contigua. Le tiene una a Adriana, ella la mira con ojos llorosos y tiende la mano poco a poco para cogerla. Sharon le sonríe un poco y le quita una lágrima de la mejilla. Las miro fijamente, es la primera vez que veo a Sharon ser amable.
Adriana le muestra una sonrisa temblorosa a Sharon mientras ella sigue acariciándole la cara. Entonces se inclina y le dice algo al oído a Adriana. Observo atenta, sin perder ningún detalle. ¿Qué le estará diciendo? Adriana frunce el ceño al principio pero poco a poco abre los ojos con terror. La curiosidad se apodera de mí. Sharon se aparta y la mira fijamente. Adriana asiente rápidamente y baja la vista. Sharon se gira y empieza a comerse el Banana Split ella sola.
No suelo ser una cotilla pero ojala hubiera escuchado lo que le ha dicho... ¿Que podría ser para que Adriana pusiera una cara así? Vuelvo a mirarla y la descubro mirándome fijamente. Aparto la vista rápidamente pero vuelvo a dirigirla a ella. Sigue mirándome. Me observa sin más, sus ojos no muestran ni odio, ni terror, ni pena, ni ninguna otra emoción.
-¿Mana puedes echarme una mano?- La voz taciturna de Jean me sobresalta, el vaso que tengo en la mano salta pero lo agarro antes de que se caiga y se rompa. Uf, por los pelos. Lo dejo en su sitio y miro a Jean que me sonríe.
-Perdona.- Me dice. Niego con la cabeza.
-Ha sido culpa mía, estaba muy metida en... Mis pensamientos.- Le digo. El dirige la mirada a la mesa de la esquina.- Eh, ¿necesitabas ayuda?- Le digo rápidamente.
-Pues sí, hay mucha gente fuera y como solo hay dos personas dentro he pensado que podrías ayudarme.- Me mira fijamente con sus ojos azules, parece que puede verte el alma. ¿La gente se sentirá así cuando yo las miro? Miro sobre mi hombro a Sharon y a Adriana. No creo que Sharon se sienta así... Adriana sigue mirándose las manos, ha dejado de sollozar. No tiene muy buen aspecto...
Mientras ayudo con la terraza a Jean recapacito en lo que ha ocurrido. Me he dejado llevar por mis impulsos. La última vez que me pelee de verdad un chico tropezó y se golpeo en la nuca. Acabo en la UCI por mi culpa... Suerte que se recupero y sus padres decidieron no presentar cargos... No puedo dejar que algo así vuelva a ocurrir.
Recuerdo la mirada culpable de Jayden, al fin y al cabo el me enseñó a pelear. Mama y papa no sabían cómo mirarme después de enterarse... No quiero que vuelva a ocurrir. Causo que mi vida se volviera un infierno y al final tuve que mudarme aquí.
Cada vez que Sharon o Adriana se mueven, giro un poco la cabeza y miro por el rabillo del ojo. Yo no soy una cotilla, al menos no lo era. Pero hay algo raro con Sharon y me gustaría saber que es así que vigilo a la pareja.
Sharon y ella no se quedan mucho rato. Una vez que acaba el postre dulce, Sharon se levanta y se dirige a la puerta. Clavo la vista en la mesa que estoy limpiando cuando pasan junto a nosotros. La rubia la sigue con pasos apresurados. No hace nada de ruido cuando sale del local, como si fuera un fantasma. Un escalofrió me recorre cuando la veo pasar junto a mí, Sharon parece diferente. Su mirada es fija y esta seria, su sonrisa ha desaparecido. Cuando desaparecen de mi vista me destenso. Vaya, no me había dado cuenta de lo tensa que estaba.
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La chica nueva
Teen FictionNunca un boli bic habia sido tan peligroso. Al menos no hasta que la chica nueva mato a un hombre clavandoselo en el ojo. Manna sabia que la nueva era rara, pero aun asi no cabia en si de gozo, era el dia en el que por fin iba a cambiarse ese nombre...