59. Material

514 49 3
                                    

Ella hecha el aceite encima del motor y después, saca su mechero del bolsillo y lo enciende.

- Sharon... ¿Qué vas a hacer con eso? - Digo alejándome. Tira el mechero. El motor del coche explota haciendo un ruido ensordecedor. Las llamas empiezan a devorar el coche, pero Sharon camina hacia la tienda de coches como si nada.

- No era seguro. - Dice como si fuera obvio.

- Vale... - Me digo a mi misma y la sigo hasta la tienda de coches.

- Ha sido una explosión, estoy harto de las peleas de bandas que hay aquí. - Le dice un hombre con traje a una mujer rubia.

- Buenos días. - Habla Sharon alto y claro. - Me gustaría comprar un coche.

- Disculpa un segundo. - Dice el hombre. - Voy a llamar a la policía. - Le dice a la rubia.

- Si estáis ocupados puedo ir a la tienda a unas manzanas de aquí. ¿No es vuestra competencia?

Los dos se giran para mirar a Sharon. Se miran entre ellos y yo los miro a todos.

- ¿Qué tipo de coche estaba buscando? - Le pregunta la rubia al final. Casi me da miedo pensar que habría hecho Sharon si no la hubieran atendido.

- Me interesa un todoterreno, el más rápido.

- Muy bien. Vengan por aquí. - La mujer nos escanea a Sharon y a mí. Es joven, con algunas pecas en la cara y el pelo rubio le llega hasta la mitad de la espalda. Es completamente liso, pero se nota que es de peluquería. Esta mujer tiene dinero, está claro. Nos lleva hasta una zona donde hay tres modelos de descapotables. Dos de ellos negros y el otro verde alga.

- Este es el más eficiente. Ruedas de 81cm, tubos de eje más resistentes, robustas placas de protección de acero y el mejor sistema 4x4.

- ¿La cabina está bien protegida? - Pregunta Sharon interrumpiendo el discurso de la mujer.

- Si, es el modelo más seguro. Y por no hablar de su potencia...

- No me interesa. - Dice cortándola de nuevo. La mujer la mira fijamente y yo también. ¿Porque no lo quiere? Por muchas ganas que tenga de preguntarle, se bien que ella siempre sabe lo que hace. Nunca escoge nada por casualidad, siempre tiene un plan. Estoy segura que más adelante sabré porque no ha querido el coche seguro.

- Háblame sobre este. - Dice dirigiéndose al otro coche negro. Es un jeep.

- Es el segundo más rápido. Tiene un motor de cuatro cilindros en línea de dos litros y turbocompresor que...

Sharon se acerca al coche y lo toca con las manos.

- ¿Que potencia tiene?

-270 cv - Dice la mujer un poco desanimada. Parece ansiosa por acabar uno de sus discursos, pero Sharon la está interrumpiendo cada vez. Esta vez se queda callada hasta que Sharon pregunta.

- ¿Cuantas velocidades?

-Ocho.

- ¿Manual?

-Si.

-Me lo llevo.

-Muy bien, tiene una paga y señal de nueve mil. - Dice sonriendo la mujer. Yo miro a Sharon. ¿Nueve mil? Creo que ni en toda mi vida he visto esa cantidad de dinero.

-No, lo pago todo ahora. Me lo llevo ahora. Ve a por los papeles. - Le dice a la mujer. Le mantiene la mirada y al final la rubia se va a por los papeles.

- ¿Cómo vas a pagarlo? - Le pregunto directamente.

-Tengo dinero. He trabajado mucho los últimos meses.

-Pero dijiste que era para vivir tranquila. ¿Te vas a gastar tanto en un coche?

-Me lo gastare todo si en necesario para llegar hasta ella.

Menos de media hora después, salimos con el nuevo jeep de Sharon.

- ¿Sigues teniendo tus contactos? - Me pregunta.

- Si.

- Te voy a pasar la imagen del coche desde el que dejaron a Manna en el callejón. Se ve la matricula. Busca de quien es. - Saca su móvil y teclea hasta que el mío vibra. Es una imagen en blanco y negro bastante borrosa. Pero la matricula se lee. Creo que es un Citroën.

- Me pondré a ello. ¿Para cuándo lo quieres?

- Esta noche. ¿Dónde te dejo? Yo voy a buscar material.

- ¿Esta noche? Sé que esto es importante para ti, pero necesitamos pensar las cosas con calma.

- Escucha, ellos creen que no tengo ni idea de quienes son. Pero no es así. Cuando antes vayamos a por ella menos se lo esperaran. Así que dime donde te dejo.

- En el cruce, dos calles más abajo.



Narra Sharon

Adrienna se baja del coche y nada más lo hace me marcho de allí. Me está costando horrores controlarme. Es como si la gente se hubiera vuelto estúpida de repente. Aunque tener un objetivo ahora me ayuda muchísimo, no quiero ni pensar lo que tiene que ser estar junto a su cama todos los días sin saber cuándo despertara. ¡Sin saber si despertara!

Escucho un pitido y freno en seco cuando veo el coche en el medio del carril. Joder, me he saltado un semáforo en rojo. Respiro hondo.

- El material, necesitamos material. - Me digo a mi misma. Así que cojo el móvil y busco números antiguos hasta que encuentro el que busco.

- Soy yo. - Digo, es la contraseña. - Necesito material para dos personas. Armas pesadas, al menos un par de metralletas, C-4 y granadas normales y de humo.

Espero a que respondan.

- Quince mil. - Dice una voz de hombre. - En la hípica de las afueras. Dentro de dos horas y con el dinero al contado en una bolsa de deporte blanca. - Dice y cuelgan. Lo de la bolsa blanca es nuevo, siempre suele ser negra. Qué más da, mientras me den lo que pido.

Entro en el camino de tierra de camino a la hípica. Hay una especie de fiesta, hay globos blancos y azules puestos por todas partea. Hay muchos coches y aún más personas. He llegado pronto así que me quedo en el coche. No tardo en escuchar como mi móvil vibra. Es un numero oculto.

- ¿Diga?

- Arranca, acercare a los establos y aparca de culo frente a la puerta.

Sin mediar palabra hago lo que me dicen. Hay menos gente en esta zona y todos los caballos están fuera. Abro el maletero cuando veo a un par de hombres acercarse con bolsas azules. Las cargan directamente y yo les entrego la mía. Las abro y reviso que este todo. Bien, con esto nos servirá. Me giro y cuando ellos comprueban que esta todo el dinero asienten con la cabeza y se van. Yo cierro las bolsas y me meto en el coche, solo falta mirar donde vamos a planear todo. Tiene que haber algún motel por aquí.


Le entrego el dinero en mano al dueño del motel. Le envió un mensaje a Adrienna diciéndole la dirección y me meto a la ducha. Pero la tensión que siento es tan fuerte que ni la ducha puede relajarme. Me tiro en la cama y enciendo un cigarro. Le doy una calada con ganas, dejando que el humo llegue a todas partes. Exhalo mientras me tumbo en la cama, empiezo a sentirme algo mejor ahora.


- ¿Sharon? - Dice Adrienna tocando la puerta. - Tenemos un problema. - Dice cuando le abro la puerta.

La chica nuevaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora