38. Gestión de emociones

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Los balcones están abiertos, especialmente mi ventana y la de Jayden. Su coche también esta aquí. ¿Pero dónde está el? No puedo verle.

- ¡Mama! - Grito cuando llego.

- Oh, Mana. - Me dice abrazándome con fuerza. Papa agacha la cabeza y continúa hablando con el policía en voz baja.

- ¿Que ha pasado? ¿Dónde está Jayden?

Sharon mira a nuestro alrededor, buscándolo también. Uno de los policías pasa junto a mí y se dirige hacia su coche. Al pasar me echa una ligera mirada, de compasión. Después sigue su camino.

- Mana. - Sharon me llama. La escucho, pero apenas proceso que me está llamando y que tengo que mirarla. Doy unos pasos, decidida a entrar en casa para saber que está ocurriendo.

- Mana.

Paso la entrada y veo que todo está bien, todas las cosas están en su sitio. Pero aun así no me calmo. Ha tenido que ocurrir algo. Fijo la vista en las escaleras, me agarro de la barandilla para subir al cuarto de Jayden. Necesito ver su habitación, quizás haya algo que me diga que ha pasado. Pero Sharon no me deja, me agarra del antebrazo con fuerza.

- ¡Mana! - Giro la cabeza y estoy a punto de tirar del brazo, pero no lo hago porque es ella. - Mira. - Me dice y mira a lo alto de la escalera.

Dejo escapar el aire que estaba reteniendo cuando veo a Jayden estrechando la mano de uno de los policías. Subo corriendo las escaleras y le abrazo sin decir nada. El policía me mira unos segundos antes de asentir y bajar las escaleras.

- Hey. ¿Qué te pasa?

Silencio un sollozo nada más escuchar su voz.

- ¿Estas bien? ¿Ha pasado algo? - Me dice. Niego con la cabeza y le abrazo más fuerte.

- Solo... - Empiezo. Es curioso, quiero a Jayden, le quiero más que a nadie en el mundo... Pero es muy difícil confesarle lo preocupada que he estado por él. No acabo de creerme cómo es posible que, a las personas más importantes, cueste tanto expresarles amor. - Estaba preocupada... - Le digo al fin.

- Muy preocupada. Teniendo en cuenta que has dejado a tu novia en el piso de abajo, sola y rodeada de policías. - Me susurra. Me tenso al instante y miro el pie de la escalera. Sharon esta ahí, de pie, inmóvil. Con las manos enlazadas y mirando a todas partes. Jayden lo nota y deja escapar una sonrisa.

- Ve con ella, anda. Te necesita más que yo ahora. - Le miro, sorprendida.

- ¿Que? Oye no me mires así. La quieres y te quiere, además para mí ya es como de la familia.

- Muchísimas gracias, Jayden. - Le digo abrazándole.

- Hermanito. - Musita. Yo sonrió.

- Muchas gracias, hermanito. Pero, ¿qué ha pasado entonces? ¿Porque está la policía aquí? - Digo acordándome de repente de toda la situación.

- Han entrado en casa a robar, por eso la policía esta aquí. Les he llamado cuando me he dado cuenta. Han removido cosas por todas las habitaciones, incluida la mía. Pero no hecho nada en falta, al menos de momento. Deberías mirar en tu habitación, y decirles a los policías si a ti te falta algo.

Asiento mientras miro a Sharon.

- Vale. - Le digo a Jayden antes de bajar corriendo las escaleras. Le toco el hombro y Sharon se sobresalta. Me sonríe como si no pasara nada, pero no desenlaza las manos para tocarme.

- Han entrado a robar, por eso hay tantos policías aquí. ¿Quieres irte? - Digo mientras le aprieto un poco las manos que aún no desenlaza.

- ¿Se han llevado algo?

La chica nuevaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora