- ¡Espera Mana, si te ve sabrá que has sido tú! - Oigo a Malec gritando y corriendo detrás de mí, probablemente por lo del coche. Pero ahora mismo me da igual. Solo necesito llegar hasta ella, está muy cerca e iba muy lento. Algo le pasa, algo lo suficientemente malo como que haya una ambulancia de por medio. Puedo llegar hasta ella si me doy prisa, solo tengo que concentrarme en correr y poder llegar hasta ella. Puedo hacerlo, solo tengo que correr.
- ¡Mana!
Los pasos de Malec resuenan en las paredes de hormigón, es más alto que yo y probablemente su zancada sea mayor que la mía. Pero no voy a parar. Noto el corazón en el pecho, bombeando cada vez más rápido a medida que bajo las cuestas del parking. Mis músculos ya me están gritando por oxígeno, pero aun puedo respirar con normalidad así que no pienso parar. A lo lejos empiezo a escuchar el ronroneo de un motor, pero antes de que pueda pensar en ello, Malec consigue alcanzarme y me agarra del antebrazo. Consigo zafarme de él.
- Necesito decirle algo, ¿vale? - Le digo con la esperanza de que deje de perseguirme. Por un segundo pienso que va a parar de seguirme al fin. Giro solo un poco la cabeza porque ya no le escucho. Él está pegado a mi espalda, pero parece un poco pensativo. Cuando me mira, todo ocurre a gran velocidad: Empiezo a escuchar un fuerte pitido justo delante de mí, y la cara de Malec empieza a volverse en una mueca de sorpresa y pánico. Noto el golpe en la cara externa de la rodilla.
Por acto reflejo miro hacia delante y veo el gran coche familiar que está pasando. El camino es demasiado estrecho como para que pase el coche y nosotros sin que nos atropelle. Apenas hay diez centímetros de margen. Incluso con el frenesí y la adrenalina soy capaz de darme cuenta de que mi rodilla solo tiene un rasponazo, pero Malec iba detrás de mí, justo por donde está pasando el coche ahora mismo. Su cara de pánico acude a mi mente, antes que nada. Lo ha visto antes que yo, ¿habrá tenido tiempo para aportarse? Entonces escucho un golpe seco y los frenos del coche chirriar.
Giro todo el cuerpo en el pequeño espacio para ver a Malec en el suelo agarrándose con fuerza el muslo. Su cara demuestra un intenso dolor, con las comisuras de los labios y de los ojos totalmente contraídas.
- ¡Malec! - Grito y me arrodillo junto a él en el minúsculo espacio. - Oh dios mío, ¿estás bien?
Él no me responde pera la respuesta es clara: ¡Por supuesto que no! ¡Puede que tenga en fémur roto! Con pánico y las manos temblorosas saco el móvil.
- Ll-llamare a una ambulancia ahora mismo. - Escucho detrás de nosotros. El conductor del coche ha salido sin que nos diéramos cuenta y parece horrorizado con lo ocurrido. - ¿Hola? Si, necesito una ambulancia.
- Malec... Gracias. Te vas a poner bien, estoy segura de ello. Yo voy a estar aquí contigo, ¿vale? - No sé lo que estoy diciendo, no sé qué es lo que hay que hacer en estos casos. Nunca antes había tenido un accidente. No puedo evitar sentirme culpable, al fin y al cabo, yo he empezado a correr hacia Sharon y me he librado del golpe.
- T-Tranquila. Ve con Sharon... Parece importante. - Me dice.
- ¿Estas tonto? No voy a dejarte aquí. A demás, has intentado apartarme a mi primero antes que a ti mismo.
Malec me sonríe, pero rápidamente se vuelve una mueca de dolor de nuevo.
- Es lo que hacen los amigos, ¿no? ¿Qué clase de amigo seria si me priorizada primero en las cosas importantes? - Niego con la cabeza. Malec tiene una idea y una filosofía de la amistad envidiable. Espero poder devolverle esa filosofía algún día. - A demás. - Dice más bajo. - Tus ojos parecían determinados a llegar hasta ella. Siento...
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La chica nueva
Teen FictionNunca un boli bic habia sido tan peligroso. Al menos no hasta que la chica nueva mato a un hombre clavandoselo en el ojo. Manna sabia que la nueva era rara, pero aun asi no cabia en si de gozo, era el dia en el que por fin iba a cambiarse ese nombre...