- Te recomiendo que te vayas y te quedes al margen. Esto es serio y podría arruinarte la vida. No es una amenaza, te estoy informando. - Me retiro la lagrima y me levanto de un golpe. No miro hacia Zihara, pero apuesto a que tiene una gran sonrisa en su estúpida cara. Rabiosa, salgo de allí sintiéndome enfadada e impotente. Ella está ahí mismo, pero no puedo verla. Ni siquiera he podido oír su voz.
Me van a considerar sospechosa...
- ¿Qué coño hago ahora? - Digo poniéndome las manos en la cara. Noto la adrenalina en las venas, hace que mis pensamientos sean difusos y mis piernas tiemblen. No imagine que esta situación fuera a volverse tan complicada. ¡Solo quería verla! Ha sido Zihara. Ella ha metido mi nombre para buscarme. ¿Quién hace eso? Lo que pensé al principio es verdad, está volviendo esto algo personal. Me da igual que sea policía, se ha pasado con esto y lo va a pagar.
Mi móvil vuelve a vibrar. Si no salgo ya, voy a llegar muy tarde a clase.
El viaje en tren es silencioso, hay más gente en los vagones, pero no dicen nada. Mi determinación disminuye, me doy cuenta de que meterme con Zihara no es una buena idea, y menos siendo policía y participando en el caso de Sharon. Pero aun así... No debería haber hecho eso. La impotencia vuelve a invadirme. Sharon ni siquiera sabe que he ido a verla, a intentar ayudarla. Me da pánico lo que pueda estar pensando. Quiero verla, necesito verla. Incluso aunque no pueda decirle nada, me conformo con solamente mirarla a los ojos y que ella me mire a mí.
El tren pita cuando llega a la parada y me bajo. Camino hasta el instituto sin ninguna gana y dándole vueltas a todo. ¿Cómo puedo sacarla de ahí? Cuando me dirijo a mi clase me doy cuenta de que nos han colocado en el orden inicial, el que teníamos antes de que ocurriera el casi atentado terrorista. Me siento en mi silla, la que está al fondo y junto a la ventana, vuelvo a estar sola. No puedo evitar pensar en Sharon cuando miro el pupitre contiguo vacío. Malec hecha un par de vistazos hacia atrás, como si quisiera ver a Sharon, pero no se atreviera a darse la vuelta directamente. Sonrió. Bueno, tiene sentido. La primera vez que Sharon y Malec se vieron, él se giró para mirarla descaradamente y ella le despisto y le quito la silla. Toda la clase se rio a su costa.
Las horas de clase pasan y aunque sé que debería atender por los exámenes, no me importan lo más mínimo. A segunda hora, Malec falta a la clase. Lo sé porque se sienta delante de mí y como no está, la profesora Marga se fija más en mí. Al fin acaba la clase y en el descanso, me voy al baño.
El pasillo está lleno de alumnos así que me cuesta algo más alcanzar la puerta del baño. Al fondo, entre la marea de cabezas y cuerpos, alcanzo a ver a un hombre mayor un poco gordo. Su uniforme hace que me estrese, es un uniforme de policía. ¿Qué está haciendo aquí? Con más ímpetu, me muevo entre los estudiantes, pero es como si no avanzara. El policía asiente y cierra la libreta. Se mueve un poco y puedo ver otra figura. Una figura alta y con una cara aterradora. Zihara. Empiezo a empujar a los estudiantes con fuerza y recibo quejas por su parte, pero me da igual. Tengo que hablar con ellos.
Como si supieran que quiero llegar hasta ellos, se giran y se van. No, no, no. Joder. ¡Esperad! Me resisto las ganas de gritar y sigo empujando y pasando entre la gente. ¿Porque, de entre todos los días, tiene que abarrotarse tanto el pasillo hoy? Cuando al fin salgo, ya no hay nadie donde los había visto. Giro la cabeza para mirar al pasillo y solo hay una persona.
- ¡Malec! - Le grito mientras me acerco corriendo a él. Se gira y se queda quieto. Mete las manos en los bolsillos de su pantalón.
- ¿Que? - Me dice. Parece extrañado de verme. Creo que... Nunca antes había hablado con él.

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La chica nueva
Novela JuvenilNunca un boli bic habia sido tan peligroso. Al menos no hasta que la chica nueva mato a un hombre clavandoselo en el ojo. Manna sabia que la nueva era rara, pero aun asi no cabia en si de gozo, era el dia en el que por fin iba a cambiarse ese nombre...