La chica nueva

50. La sexta

Vuelvo a escuchar golpes en la puerta. Pero Sharon no está así que no hago nada. No tardan en volver a llamar, pero ni siquiera puedo ver quien es ya que no hay mirilla. La tercera vez que llaman lo hacen con más fuerza. A la cuarta vez ya no son golpes normales, sino que parece que quieren tirar la puerta abajo. Así que me decido y abro la puerta antes de que aporreen de nuevo.

Adrienna se queda con el puño en alto, a punto de volver a llamar. Tiene en la otra mano el teléfono junto a la oreja. Cuando me ve se le crispa toda la cara. Yo me quedo dos segundos de mas mirándola, la verdad es que no me esperaba que fuera ella la que estaba llamando.

- ¡TU! - Grita y se lanza a mi cuello con la cara llena de rabia. Lo hace con tanta fuerza que me empuja de nuevo dentro de la habitación. La aparto de mi rápidamente, pero se agarra a mi cuello con tanta fuerza que noto los dos arañazos que me deja.

- ¿Dónde está? ¡Dime donde está ahora mismo!

- Puede que lo haga si dejas de chillar y golpearme

Como por arte de magia, se queda quieta. Noto como el pecho le sube y baja, su mirada echa fuego.

- Habla

Me quedo callada unos segundos, pensando que podría decirle para que se calme. Supongo que me quedo callada demasiado tiempo porque ella coge lo primero que tiene a su derecha y corre hacia mí con ello en alto. Cojo también lo primero que veo y me defiendo con él. La empujo y ella se choca contra la pared y tira un par de cosas del golpe. Vuelve corriendo contra mí.

- Eh. ¡EH! ¡Parad! - Grita Sharon poniéndose en medio de las dos. - ¿Pero qué coño estáis haciendo?

- Sharon, gracias a dios. Me habías asustado, llevo toda la noche buscándote.

Sharon se gira con fuego en la mirada.

- Fuera.

- No. No, no. Por favor no... - Dice arrodillándose en el suelo.

- He dicho fuera. - Dice espaciando mucho las palabras. Adrienna empieza a llorar mirando a Sharon, pero ella mantiene abierta la puerta para que salga. Poco a poco la escena acaba dándome más pena. Y cuando Adrienna se levanta, se retira las lágrimas y se dispone a marcharse veo su fragilidad. De alguna manera, la veo como estaba yo hace unos meses, completamente dependiente de alguien más.

- Espera Adrienna. - Ella me mira con duda. - Ven, siéntate.

Saco unos taburetes y me siento en uno de ellos. Evito la mirada de Sharon, que noto como me mira fijamente. Cierra la puerta. Adrienna, aun con dudas, se sienta en el taburete y me mira fijamente.

- Ya sé que no me soportas, sinceramente yo tampoco. Pero ambas estamos alrededor de Sharon. - Cojo aire. - Así que tenemos que dejar de hacer esto.

Ella me mira fijamente unos segundos.

- No sé qué quieres hacer con ella, pero déjalo ya. - Me susurra para que Sharon no lo escuche.

- No quiero hacerle nada.

- ¡Sé que sí, admítelo! - Golpea la mesa y se lanza de nuevo hacia mí. Sharon la agarra antes de que llegue a mí. - ¡No, suéltame! ¡Tengo que protegerte!

- Ya no. Jerry te va a llevar a una evaluación psicológica. Hasta entonces estas suspendida. - Dice mientras la lleva hasta la puerta. Al abrir, un hombre alto y fuerte que estaba esperando fuera se incorpora y agarra a Adrienna que sigue removiéndose.

Ella sigue gritando mientras se la llevan. Sharon cierra la puerta.

- Lo siento. Últimamente todo se está saliendo de madre.