61. El monstruo que hay en mi

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Se que he tardado mucho en actualizar, ¡por eso este capitulo es el doble de largo! ¡Que lo disfrutéis!

- Crazyfujoshigirl




El teléfono de Adrienna suena en el bolsillo de mi albornoz.

- Que rápido. - Le digo nada más contestar.

- Hay una camarera que me gusta en ese bar, ya tenía las cámaras duplicadas.

- Debería habérmelo imaginado. ¿Ya lo tienes?

- Oh si, y no solo eso. Le he seguido la pista y creo que es donde vive.

- Genial.

- Pero hay algo aún más jugoso. - Dice.

- ¿El qué? - Le digo con interés. Adrienna me mira con interés.

- Tiene una hija pequeña.

Una sonrisa diabólica mueve las comisuras de mi boca. Perfecto, una hija es el mejor punto de presión.

- Bien. - Cuelgo y apoyo el móvil sobre mis labios. Una hija... Automáticamente mi mente idea un par de escenarios completamente macabros. Mi respiración se vuelve un poco pesada solo de imaginármelo. Noto un cosquilleo bajándome por la nuca y recordándome el monstruo que llevo dentro. Ese monstruo es mi gran ventaja, mientras el resto de personas se dedican a construir y lidiar con su moral o su ética, yo me fijo en mis objetivos. Y soy capaz de cualquier cosa, con tal de conseguirlo. La carne es la mejor manera de infringir dolor, los lazos familiares marcan las vulnerabilidades... Y él tiene una hija.

Desde que conocí a Manna, dejé de lado esta parte de mí. Ella hizo que me diera cuenta, si quería tener una vida mejor tenía que cambiar algunas cosas que hacía. Perseguir, matar, robar... Han estado tan presentes en mi vida que ya me cuesta diferenciar si está bien o no. Realmente nunca me importo demasiado el bien o el mal. Ya solucionare esta parte de mi más adelante, ahora... Ahora voy a sacar lo peor que hay en mí, voy a despertar al monstruo que duerme en mi interior. Mi propio pasado será un cuento de hadas frente a lo que le hare a esa zorra, incluso los psicópatas más retorcidos palidecerán cuando lo escuchen. Nunca debieron haberse metido con Manna. Firmaron su sentencia cuando se la llevaron...

- ¿Sharon? - La voz de Adrienna tiembla, pero no creo que sea por el frio. Me mira con cautela. En ese momento me doy cuenta de que mi respiración es más rápida de lo normal, y al parpadear noto la sequedad en mis ojos, los he debido de tener abiertos demasiado tiempo. Sé que hago muecas cuando entro en esta especie de estado de sadismo, probablemente la habrá asustado. Pensándolo bien, ella nunca ha visto hasta donde puedo llegar, aunque creía que había escuchado cosas. Relajo la cara y sonrió un segundo. "¿Ya no te gusto tanto?" Me dan ganas de preguntarle. Pero no es el momento para eso. Además, si la asusto ahora me quedare sin ayudante. Así que me estiro y le doy una gran calada al cigarro, pero no sale humo. Mierda, se me ha apagado.

- Vamos dentro, ya sea por dónde empezar. - Le digo sin devolverle su teléfono.

Lo primero que hago es volver a encender mi cigarro. Adrienna me mira con las cejas levantadas, esperando a que le diga algo. Yo pongo los labios alrededor de la boquilla y expiro. El teléfono vibra, y lo primero que veo es la cara inocente de una niña de unos siete u ocho años sonriendo a la cámara. Me reenvió toda la información a mi móvil antes de enseñarle la foto a Adrienna.

- ¿Quién es? - Me pregunta.

- Su hija.

- Esto... - Estudia la imagen y cuando habla prácticamente ya sé que es lo que me va a decir. - ¿Vas a utilizar a su hija?

La chica nuevaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora