La sangre empieza a caer como si fuera una cascada, manchado la chaqueta del hombre y llegando hasta los calzoncillos. El chico hace sonidos agónicos mientras se agarra el cuello tratando de frenar la caída de la sangre.
Rápidamente, la gente empieza a gritar y a correr, algunos tratar de socorrerlo. Yo estoy paralizada y horrorizada. Pasó la vista por la gran sala, buscando a Sharon, pero no está. Parece haberse esfumado. Solo queda en arma en el suelo. Oh dios. Sabe perfectamente lo que hace y no duda en matar ni un segundo.
La mujer pelirroja que me guiaba por el gran juzgado me agarra fuertemente del antebrazo y me saca de mi estupor. Sin decirme nada, tira de mí con fuerza y me lleva por el pasillo. Giro varias veces la cabeza con temor de ver a Sharon observándome con su escalofriante sonrisa, pero lo único que veo es a la gente huyendo despavorida hacia todos lados. Giramos rápidamente la esquina a paso frenético y esquivamos como podemos a las personas que se mueven en todas direcciones. Antes de que me dé cuenta estamos en la puerta de salida.
-El protocolo en estos casos es sacar a jueces y abogados así que no pueden atenderte hoy.- Brama rápidamente, atropellando las palabras. Mirando detrás de mí en todo momento, acaba de hablar y echa a andar rápidamente por la acera. Echando vistazos sobre su hombro contantemente. Me quedo un poco ahí clavada. Sharon... Ella... Es mucho más que peligrosa. Ella es el caos... La amenaza de muerte. Pone en peligro todo lo que la rodea y no parece importarle en absoluto.
Me estremezco al pensarlo, ella aun podría estar por aquí. Sigo el ejemplo de la mujer pelirroja y comienzo a caminar por la acera. Sé que el protocolo es tan estricto por la amenaza terrorista que se cierne sobre nosotros, pero no puedo evitar cierto enfado.
Mis piernas tiemblan solo de pensar en lo que ha pasado pero el enfado también está muy presente. ¡Joder llevo años luchando por este momento y ahora ocurre esto! ¡Le ha rebanado la garganta! ¿A qué venía eso? ¿Es que le debía dinero? ¿Una venganza quizás? ¿O lo hace por simple diversión? Me frenó en seco en la acera ante ese pensamiento.
¿Y si solo lo hace por diversión? Las dos veces han sido premeditadas así que no es la primera vez que lo hace. Recuerdo el mechero y el botecito de colonia preparados en su bolsillo. Hoy llevaba guantes, y apuesto a que sabía exactamente por donde tenía que ir para evitar cámaras y salir rápidamente. No hay duda que ha matado antes y volverá a matar. ¿Y qué hago yo ante eso? Por más que quiera alejarme se sienta junto a mí en clase. ¡Es imposible que me aleje de ella! A demás sabe donde trabajo... Y quizás donde vivo. Incluso si no me hubiera seguido, podría colarse en secretaria y robar mi archivo. No creo que se lo pensara dos veces antes de hacerlo. No, teniendo en cuenta su inestabilidad.
La cabeza empieza a darme vueltas y vueltas. Me siento en medio de la acera para no caerme. Inclinó un poco la cabeza hacia abajo pero no me siento mejor. Me cuesta respirar. Reviso mis bolsillos en busca del inhalador. ¿Dónde está? Palpo todos mis bolsillos pero no lo encuentro. Mierda... Se me habrá caído. ¿Un ataque de asma ahora? No, no puede ser solo un ataque de asma. La pastilla, no he leído las indicaciones... Tengo que buscar ayuda.
Intento levantarme pero me caigo, miro alrededor y solo veo a una persona. Por favor, por favor, ayuda. Mi visión es cada vez peor, motitas negras aparecen salpicándolo todo. Es por la falta de oxígeno, debería relajarme pero cada vez me agobio más. Me tiemblan las manos tanto que apenas puedo moverme. ¿Por qué nadie viene a ayudarme? Levanto la cabeza como puedo y veo que la persona está fumando de espaldas a mí. Me arrastro un poco hasta donde está y le agarro del pie. Da un respingo.
-P-por favor... P-por favor... A-ayúdame...- Intentó coger una gran bocanada de aire pero no lo consigo, solo un hilito de aire llega a mis pulmones. - No puedo... Respirar...- Mi voz suena ronca y débil. Mi cabeza empieza a pesarme demasiado así que la apoyo en la acera y rezo por qué me ayude.
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La chica nueva
Ficção AdolescenteNunca un boli bic habia sido tan peligroso. Al menos no hasta que la chica nueva mato a un hombre clavandoselo en el ojo. Manna sabia que la nueva era rara, pero aun asi no cabia en si de gozo, era el dia en el que por fin iba a cambiarse ese nombre...