Capítulo 3: ¿Quieres ser mi guía?

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Toc… Toc…

-Hija estas bien, por favor respóndeme llevas mucho tiempo, dime ¿te sientes bien? ¿Quieres que vayamos al médico?

En verdad no sabía cuánto llevaba en el baño, para mí el tiempo se había detenido, mi cuerpo simplemente no me respondía, me había impactado tanto el hecho de que él se me hubiera acercado de esa manera, mi mente solo me preguntaba ¿Por qué siento esto? ¿Qué hubiera pasado si no sonaba su celular? ¿Me quería besar?

Dock Dock... –Voy a entrar me estas preocupando. 

Al oír la voz tan agitada de mi pa’ volví en sí, mi alma volvió a mi cuerpo (porque en verdad sentí como si se me hubiera desprendido con ese acercamiento)

-Tranquilo pa’, ya salgo, es que en verdad mi estómago se siente algo mal.

-Hija llevas más de media hora ahí. ¿Segura que estas bien?

-No te preocupes, espérame en la Salida yo ya voy.

-Bueno, creeré en tus palabras pero no te demores.

-Ok, pa’

MM., por dios en verdad no sabía qué era lo que había acabado de pasar. Me volteé hacia el espejo lave mi cara y mirando al espejo solo pude decir:

-Cálmate, fue algo extraño, además nunca lo volverás a ver. (En verdad no quería creer lo que estaba diciendo, mi corazón estaba tan inquieto; solo deseaba verlo una vez más).

Salía del baño, con mi cara aun mojada, sin mi abrigo, y algo desorientada. No sabía hacia donde moverme, me encontraba totalmente desconcentrada. (Aunque la verdad me suele suceder con frecuencia mi concentración no es muy buena Jajaja). Recordé que mi padre estaría esperándome en la salida del aeropuerto así que me di prisa; mientras más me acercaba a la salida empezaba a sentir el frio de la ciudad, pero en medio del frio que sentía, vi a una ciudad cubierta por la nieve, en verdad esa imagen me estremeció puesto que nunca había tenido la oportunidad de ver la nieve tan de cerca; Estaba empezando a pensar que venir aquí no era tan mala idea después de todo.

-Pa’ pa’ ¡Estoy aquí! ¿Ya nos podemos ir?

-Claro, hija, te presento a el Señor Chen…En ese momento voltio su mirada hacia mí -¿Dónde está tu abrigo?

-Mmm Mmm, ha... Creo que lo he perdido.

-¿Cómo que lo perdiste?

-No ce, creo que en el baño me lo quite y lo deje allá. No me gusta mentir, me puse nerviosa, creí por un momento que me iba a descubrir.

-Cuando aprenderás a tener la cabeza en su lugar, súbete al auto, o si no te vas a congelar.

-Sí, pa’ pero no te pongas bravo conmigo por favor.

-Ahss. Solo súbete.

La casa donde nos íbamos a hospedar se encontraba bastante lejos del aeropuerto así que tuve la oportunidad de recorrer la ciudad, y ver las construcciones que había leído, además admirar la cantidad de comercio, para mí era como entrar a otra dimensión en verdad, era una ciudad muy hermosa, poco a poco empezaba a enamorarme de ella. Pero a pesar de la majestuosidad de esta ciudad había algo que no podía borrar de mi mente.

“Sé que nos volveremos a ver”, “Sé que nos volveremos a ver”, “Sé que nos volveremos a ver”, esas palabras estaban ahí a todo momento no las podía olvidar, era como si tratara de buscarlo en ellas, en verdad no quería olvidar su sonrisa, sus ojos, simplemente deseaba verlo. Aunque mi cabeza me decía que eso nunca iba a pasar, mi corazón me decía que algún día lo iba a encontrar pero no sabía cuándo.

Simplemente AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora