XII- Histeria.

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-Aire -musitó con sorpresa la chica de cabello verde, número 2.

-¿Qué? -soltó Rin de repente, abriendo los ojos. Se sentía desorientada y algo mareada.

Cuando logró aclarar su vista segundos después y mirar al frente, se alarmó por completo y retrocedió rápidamente.

Con lo que su mirada se encontró fue con todas las mesas y objetos que anteriormente se encontraban frente a ella que ahora estaban amontonados contra la pared; a excepción de alguna mesa y unas cuantas cosas que se encontraban levitando en el aire.

-¿Qué pasó? -preguntó en un susurro aún sin salir de su conmoción. No entendía qué había pasado, no comprendía nada.

-¡Len! -llamó alarmada Miku. ¿Qué no Len estaba frente a ella?

Ahí fue cuando Rin reaccionó y corrió inmediatamente hacia el tumulto de cosas.

-¿Y si lo he matado? -pensó con preocupación.

Al acercarse logró ver a Len tirado sobre un montón de objetos y rodeado por una esfera color gris. ¿Qué era aquello?

-Maldita mocosa -se quejó Len mientras intentaba levantarse levemente y la esfera que lo rodeaba desaparecía.

-Te ayudo -dijo Rin alarmada mientras se acercaba a él para tomarlo del brazo y ayudarlo a reincorporarse.

-Mocosa estúpida, en verdad que eres tonta... -habló Len-. Y fuerte -añadió mientras le sonreía levemente y terminaba de levantarse. En seguida las cosas que levitaban cayeron estrepitosamente al suelo, pues Len las había liberado.

-Pero no entiendo... -musitó aún sujetando el brazo de Len, quien mantenía una expresión adolorida.

-¡La chica nueva a detonado! -gritó con euforia 27 mientras alzaba los brazos-. Y nadie murió en el proceso esta vez. -Canturreó bailando sobre lugar.

Inmediatamente toda la sala estalló en risas y comentarios divertidos sobre la situación mientras se acercaban para empezar a acomodar el desastre que Rin había armado.

-Felicitaciones, novata -comentó número 12, acercándose a la joven.

-¿Gracias? -respondió desconcertada pues aún no entendía qué acababa de pasar. Sujeto a ella, Len reía levemente mirando su gesto de desconcierto.

-Yuma, número 12 -dijo presentándose. Rin asintió y este se retiró para continuar ayudando a ordenar el desastre.

De pronto la puerta de entrada se abrió y el mismo hombre que había aparecido minutos antes volvió a aparecer con dos guardias tras él.

-¡Eso fue espléndido! -exclamó con emoción aquel hombre, acercándose a la rubia para mirarla a los ojos-. En verdad que hiciste un buen trabajo, Len -elogió mientras miraba con atención el ojo derecho de la joven.

La rotura había desaparecido por completo.

-No entiendo -susurró confundida mirando a aquel hombre que analizaba minuciosamente su ojo.

-Ni enfadarte, sorprenderte o asustarte funcionaba, entonces decidí hacer todo al mismo tiempo y funcionó. Detonaste al fin, Rin -explicó Len mientras se sentaba en suelo con cuidado y posaba su mano derecha sobre sus costillas; estaba adolorido.

-Y de qué manera -añadió el hombre. Rin lo miró con sospecha y este en seguida rió-. Me presento. Mi nombre es Kyoteru, Hiyama Kyoteru. Soy uno de los investigadores que trabaja aquí y los supervisa. -La rubia asintió levemente.

-Aún no entiendo del todo -musitó Rin colocando una de sus manos sobre su cabeza.

Repentinamente la cabeza comenzó a darle vueltas y sentía como su cuerpo le pesaba cada vez más y más. La adrenalina comenzaba a abandonar su cuerpo poco a poco y con ella toda su energía.

Rotura.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora