—Muy bien 42, me alegra ver que ya estás mejor —dijo Kyoteru a la chica que estaba frente a él—. Y también me alegra decirte que esto es todo, puedes irte a la sala Oeste.
Un guardia abrió la puerta y la guió de nuevo con sus compañeros.
Esa mañana habían ido por ella a la estancia principal cerca de las nueve. El guardia la hizo bajar por el ascensor y la llevó a un lugar que no había visto antes.
Toda la mañana estuvo con aquel investigador y otros más, quienes la analizaron y la hicieron usar su habilidad. Al principio fue un desastre pues no sabía qué hacer, pero con algo de estimulación por parte de los investigadores pudo conseguirlo; aunque no sepa muy bien lo que hizo ni cómo volverlo a hacer.
Pero a pesar de todo estaba contenta y un poco más calmada porque había descubierto muchas cosas.
—Dato curioso —pensó para sí misma—. Ya no veo doble.
—Adelante —dijo el guardia mientras se abrían las puertas del ascensor y la hacía entrar. Pero algo le llamó la atención.
Rin miró con curiosidad que en una de las puertas al lado de la recepción entraban varios guardias e incluso autoridades de alto rango. Inmediatamente su mente quiso indagar.
—Rápido —ordenó el guardia haciéndola subir al ascensor. Y así pasaron un par de segundos antes de por fin estar de vuelta en la estancia principal.
—¡Rin! —chilló una chica de cabello verde que no conocía y se lanzó sobre ella—. ¡Estás viva! —gritó y fingió llorar.
—Perdón, ¿te conozco? —preguntó con voz fría intentando apartar a la chica de ella.
—Ah claro, lo siento. —La chica se alejó y le sonrió—. Mi nombre es Gumi, soy número 2.
Rin miró a la chica con cautela y esta le extendió la mano—: Al diablo —pensó y estrechó su mano con la contraria.
—Un gusto, Gumi. —La chica asintió.
—Controlo la mente —dijo sin más y Rin se alarmó un poco.
—¿Cómo es eso?
—Bueno, en realidad puedo hacerte ver lo que yo quiera, algo así como provocarte alucinaciones. —Rin sonrió.
—Qué genial. Yo...
—Yo sé perfectamente lo que tú haces, muchachita. Yo estuve ahí —alardeó—. Len en verdad no se lo esperaba. —Rin rió levemente—. Fue impresionante, en verdad tienes demasiada fuerza.
—Gracias, ojalá pueda ver algún día lo que tú haces —respondió Rin con dulzura. Inmediatamente Gumi sonrió y en su ojo izquierdo apareció su rotura.
—¿Y por qué no ahora? —preguntó con emoción y en seguida todo lo que rodeaba a Rin desapareció.
En su lugar Rin veía una sala de paredes blancas con detalles cafés. Frente a ella veía a un hombre de cabello castaño sentado en el banquillo de un piano, al lado de este se encontraba una mujer con vestido gris y largo cabello negro.
¿Qué estaba pasando?
—¿Qué sucede aquí? —preguntó Len apareciendo de la nada y la ilusión inmediatamente terminó.
—¡Ay, Len! —chilló Gumi—. Deshaces mi ilusión —reprochó haciendo un berrinche.
—Ah, lo siento, no sabía —respondió sin interés.
—Tú y tus malditos campos de fuerza —murmuró la de cabello pintado de verde.
—No entiendo —soltó Rin.
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Rotura.
ФанфикNuestras mentes y cuerpos son, sin duda alguna, un misterio. Nunca previmos cómo ni cuándo, pero sin esperarlo, esto pasó. Estos niños son diferentes, son poderosos, son inmaduros y no saben controlarse. Afortunadamente nos hemos dado cuenta de esto...