—Es suficiente —jadeó IA reduciendo la velocidad de sus pasos.
—Deténganse —pidió el rubio cesando por completo su paso.
Los tres chicos se detuvieron igual y, jadeando con las frentes sudadas, intentaron recuperar un poco su aire.
Habían corrido al menos quince minutos por el bosque, entre las entrañas de este pero sin perder el rumbo. Corrieron sin parar escuchando detrás de ellos algunos pasos siguiéndolos, haciendo uso de todos sus medio para distraer el seguimiento o cubrir sus pasos.
—Creo que ya no nos siguen —dijo Rin resollando, agachándose un poco para colocar sus palmas sobre sus rodillas.
Len, con la respiración agitada, miró hacia atrás dellos, escrutando con detenimiento cada ruido, movimiento e incluso árbol alrededor de ellos. Escuchaba atentamente el ruido de las hojas siendo revolcadas por la fresca brisa de la mañana, miraba el cielo que entregaba toda su luz a la montaña y solo podía escuchar la tranquilidad del bosque a su alrededor.
—Parece que estamos a salvo —dijo volteando a mirar a su equipo.
Las chicas jadeaban alteradas mientras él y Rei podían resistir un poco más. Rei miró a su emparejada y abrió su mochila para sacar de esta una botella con agua para entregársela a las chicas.
—Ay, gracias —dijo Rin aliviada, esperando a que IA tomase de la botella para seguir ella.
—Tenemos que seguir —habló Len, ganándose la atención de todos—. Nos separamos, pero nosotros debemos avanzar.
—¿34 tiene el localizador? —preguntó Rei, Len asintió—. Ojalá puedan encontrarnos.
—Oigan, miren eso —pidió IA, recobrando su posición una vez calmó un poco su latir y entonces se acercó a la orilla del lugar en que se encontraban.
Como habían corrido cuesta arriba por la montaña, pudieron admirar como desde abajo una columna de humo se iba levantando poco a poco, pareciendo provenir del lugar en que se encontraban antes.
—¿Qué es eso? —preguntó Rin algo preocupada y frunció el ceño, acercándose al declive.
Y al asomarse todos admiraron con desazón un enorme incendio que poco a poco iba carcomiendo todo el bosque bajo ellos. Las llamas brillaban con ferocidad reflejándose en sus pupilas, arrasando con cualquier vegetación a su paso y, estimulando su aflicción, el fuego parecía atizarse cada vez más y más.
El aroma de la madera quemada poco a poco comenzaba a inundar sus narices; debido a la dirección del viento el humo los iba envolviendo, removiendo así sus cabelleras y el calor de las infernales brazas desatándose al pie de la montaña empezaba a subir, provocando que el ambiente se volviese tórrido.
—Seguro fue Anon —opinó Len mirando el incendio—. Espero que estén bien.
—Lo estarán —aseguró Rei apartando la vista—. Ahora sigamos antes de que nos trague el fuego —habló dándose la vuelta y comenzando a caminar siguiendo el rumbo.
No faltaban más que escasos metros para llegar a la base, estando esta ya en su campo visual. Rei resopló levemente para intentar relajarse un poco y siguió subiendo por entre los árboles, procurando ser lo más furtivo posible.
—Tienes razón —habló IA siguiendo a su emparejado—. El aire viene hacia nuestra dirección y no estamos seguros de que puedan controlar el fuego antes de que nos alcance. Lo más seguro es seguir.
Len asintió aún sin despegar la vista del infierno bajo ellos, Rin lo miró y suspiró hondamente antes de acercarse a él y tomar su mano para acercarlo a ella un poco.

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Rotura.
ФанфикNuestras mentes y cuerpos son, sin duda alguna, un misterio. Nunca previmos cómo ni cuándo, pero sin esperarlo, esto pasó. Estos niños son diferentes, son poderosos, son inmaduros y no saben controlarse. Afortunadamente nos hemos dado cuenta de esto...