XXXI- Ironía.

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—Número 7 y 9, pasen adelante —ordenó Meiko mientras tomaba un par de cajas y se las entregaba a los chicos.

—¿Qué se supone que hacen? —preguntó Rin mientras se acercaba al oído de Len.

—No lo sé —respondió de manera fría y miró el reloj digital que colgaba del techo del auditorio.

—¿Acaso me equivoqué? —preguntó 28 apareciendo—. Debían darnos instrucciones, ¿no?

—Se supone —respondió Rin.

—Número 9 y 32, adelante. —Los mencionados asintieron y pasaron al frente, de igual manera un par de cajas les fue entregada.

—¡Rei! ¿Qué te dieron? —preguntó Gumi con curiosidad. Rei e IA abrieron las cajas frente a sus amigos y...

—¿Es en serio? —preguntó Rei incrédulo.

—¿Qué es? —Len se inclinó un poco a mirar la caja. IA tomó lo que se hallaba dentro y lo sacó.

—Es ropa —musitó incrédula.

—Agilicemos esto —habló Meiko por un alta voz—. Mujeres del lado izquierdo, varones del lado derecho.

Rin y Len se miraron un momento antes de comenzar a movilizarse como se les había indicado. A todos y cada uno de los presentes se les entregó una caja.

—Lo que se les ha dado son uniformes —habló la imponente mujer—. Cuídenlo porque lo necesitarán para después y no es para uso cotidiano.

Mikuo, quien había entregado las cajas a los hombres, pasó al estrado del escenario para hablar.

—¡Ahora las instrucciones! —vociferó—. Mañana, todos y cada uno de ustedes deberán reunirse aquí a las ocho treinta. El desayuno será adelantado a las siete treinta y deberán traer todos, sin excepción alguna, una mochila con un cambio de ropa y sus cosas de aseo básicas.

—Todos y cada uno deberán formarse con su respectiva pareja y en sus equipos —siguió Meiko.

—El uso del uniforme se les dirá después, así que bajo ninguna circunstancia lo utilicen hasta que se les indique y mañana traten de presentarse con ropa ligera.

—Quien no se presente será sancionado —amenazó Meiko y se dio la vuelta para salir por la puerta al costado del escenario.

—Eso es todo, pueden continuar con sus actividades —concluyó Mikuo, los guardias abrieron las puertas del auditorio y uno a uno los chicos fueron saliendo.

—Esto me pone un poco nerviosa —comentó 28 caminando detrás de sus amigos.

—Tranquila_ Luka, estaremos bien —animó Kaito.

—¿Creen que nos mudaremos o algo así? —preguntó IA. Todos estaban extrañados por las inusuales instrucciones que se les habían dado.

—Eso sería ilógico —respondió Rin.

—Oigan, sonará como una locura, pero puede que salgamos todos —opinó Kaito.

Todos cesaron su caminata y lo miraron.

—¿Todos? —preguntó Gumi sorprendida—. ¿Pero a dónde y para qué?

—Puede ser —musitó Rei mirando a IA con detenimiento—. Pero si nos necesitan a todos significa algo grande.

—¿Cómo que algo grande? ¿Qué sospechan? —preguntó Miku un tanto asustada.

—Si nos necesitan a todos para cumplir alguna labor, significa que debe ser importante —respondió Yuma.

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