LVI- Guerra.

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—¡Son demasiados! —chilló Galaco protegiendo las puertas principales del palacio imperial. 

—¡Parecen cucarachas! —opinó Yuu haciendo intangibles las armas de los guardias que intentaban abrirse paso para entrar al palacio y acercarse al emperador—. ¡Salen por todos lados! 

—¡No me interesa! —gritó Maika sumamente frustrada al ver que los agentes no paraban de llegar—. Hay que proteger al débil emperador; al menos hasta que alguien venga a auxiliarnos.

—¿De verdad te parece que alguien vaya a venir para auxiliarnos? —cuestionó Miki jadeando, haciendo lo que podía para defender el palacio. 

—Alguien tiene que venir —musitó la chica mirando a su equipo resistir las fuerzas. 

De pronto miró al centro de la entrada un portal comenzar a abrirse, y miró contenta a Tei saliendo de este a toda prisa, dirigiéndose hacia ella, siendo protegida por sus compañeros que resistían las fuerzas del centro que trataban de entrar al palacio imperial. 

—¡Tei, al fin! —exclamó Maika aliviada—. ¿Por qué tardaste tanto? —preguntó—. ¿Qué pasó con el equipo cinco? —cuestionó desesperada—. ¿Qué está pasando? ¡No sé nada!

47, jadeando un poco, miró a su líder y luego al resto de su equipo contra atacando. Con desprecio abrió un portal donde, uno a uno, fueron arrojados los armados por sus compañeros, cayendo directamente al mar. 

—Esto no es Rusia —dijo Sukone mirando con asco a los guardias. 

—¿De qué hablas? —inquirió confundida su líder y la miró desconcertada. 

Por sus palabras y tono al hablar, Tei cerró los ojos un momento y respiró hondamente antes de mirar a Maika; sabía que lo que le diría no sería fácil de procesar. 

—Rusia no ha tocado jamás nuestro país —soltó de golpe—. Len descubrió que no hay guerra, no existe. 

—¿Cómo que no existe? —cuestionó 20 asustada—. En el centro ellos-

—Sí, dijeron muchas cosas —interrumpió la chica—. Pero ninguna fue verdad. 

—Di todo de una buena vez —exigió molesta—. Me exasperas. 

—Lo que querían que Len robara eran archivos de los chicos que hay en otros países con habilidades como las nuestras —explicó—. Todo con la intención de que Japón ganara poder ante otros países, porque esto que está pasando es un maldito golpe de estado que Big, Bruno y la bastarda primer ministro que está ahí adentro con nuestro emperador, planearon en contra del país para derrocarlo. 

Tei escupió su explicación con ira, señalando con desdén y furia las puertas que protegían del palacio, las cuales resguardaban no solo al emperador del país, sino a la basura que era el verdadero enemigo. 

—Estos mal nacidos que estamos atacando son agentes del centro —concluyó mirando a sus amigos atacando y defendiendo la entrada principal del palacio. 

—No es verdad... —balbuceó Maika sintiendo su cabeza dando vueltas. 

—Sé que es difícil de entender y mucho más de procesar —habló 47 tomando a su líder de las muñecas—. Pero no tenemos tiempo para eso; hay que movernos y proteger al emperador del verdadero enemigo antes de que alguien le haga daño. 

Maika miró los ojos de su compañera y se quedó pensando un par de segundos—: ¿Qué hay del resto de los equipos? 

—No estoy segura de qué pasó con Luka y los demás. Trate de ir a la frontera, pero no había ningún rastro de ellos —suspiró—. El equipo tres y el seis fueron completamente abatidos.

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