VIII Viaje

2.4K 293 29
                                    

—Recapitulemos. —Caminaba de un lado para otro en la sala, frente a la atenta mirada de Illumi, intentando convencerme de que esta historia inverosímil era cierta.

Estando ebria atropellé a un personaje de ficción ¿Quién lo creería?

Si alguien me lo dijera, yo dudaría de su cordura, pero ahí estaba él, mirándome, esperando que lo ayudara.

Inhalé profundamente para comenzar.

—Aquí eres el personaje de un manga, apareciste de pronto en la carretera y no recuerdas lo que pasó antes de eso. Tu teléfono no funciona, el dinero que llevas aquí no tiene valor y soy la única persona que conoces.

Él asintió, conforme con mi resumen.

—Si tan sólo supiéramos lo que pasó antes de que llegaras —lo miré con incredulidad, confundida.

Tenía en frente al que fuera mi amor platónico de la adolescencia. Sus deslumbrantes ojos, su hermoso cabello, esa frialdad paralizante y misteriosa que me...

—¿Qué? —interrumpió, haciendo que me sonrojara.

—Nada, nada —me fui a la cocina, pensando en qué hacer a continuación. Vi las llaves de la casa del lago y recordé la propuesta de Lucy. Por nada del mundo podía permitir que Damien y él se encontraran—. Dame mi teléfono.

Llamé al trabajo. Contestó Josh.

Libi, ¿Cómo estás?

—Mal, Josh. Mi tía del sur está muy enferma y tengo que viajar para cuidarla —mentí.

Es una pena, cariño. Si quieres, puedo acompañarte —ofreció, en tono seductor.

Ese tipo no perdía ocasión para coquetear. Illumi enarcó una ceja. Me había obligado a usar el altavoz.

Hablé con mi jefe y aceptó darme una semana a cambio de hacer unas horas extra al volver, así que, empaqué mi ropa, algo de comida y salimos.

En el estacionamiento me detuve a ver la marca que dejó el cuerpo de Illumi en el capó de mi auto. Fue un gran golpe. Recorrí la abolladura con mis dedos, convenciéndome de que mis ojos no me engañaban y mi corazón se apretó. Si él no fuera tan fuerte como era... Pensar en el daño que pude hacerle me dolía.

"Ahora te alegras de que no haya sido un cosplayer".

~❁~

La lluvia no había amainado y seguía cayendo torrencialmente sobre la ciudad. Todo parecía transcurrir con normalidad, pese a que algo asombrosamente increíble había ocurrido y yo era la única que lo sabía. Tenía la evidencia sentada en el asiento del copiloto. A ratos lo miraba sólo para convencerme de que seguía allí.

Él miraba por la ventana, abstraído, en absoluto silencio, perdido en la visión de las húmedas calles. ¿Qué estaría pensando? Si yo estaba confundida, él debía estarlo todavía más.

¿Estaría asustado también?

Deseaba saberlo, pero no me atreví a preguntarle.

—Pasaremos a comprar algo de ropa para ti.

No quería que siguiera oliendo a Damien. Necesitaba dejar de pensar en él mientras mi corazón siguiera roto.

Entramos a la tienda y al instante se nos acercó una dependienta. Joven, de mirada coqueta y sonrisa fácil.

—¿En qué puedo ayudarle? —sonrió a Illumi, agitando sus largas pestañas.

—Necesitamos ropa para hombre —le indiqué.

Asintió, sin dejar de mirarlo a él. Caminó contoneándose excesivamente por los pasillos, como si la que estuviera en venta fuera ella y no los productos a su alrededor. La seguimos. Tomó algunas prendas y se las dio a Illumi para que se las probará. Él las cogió a regañadientes. Quizás fuera ropa muy corriente para él. O muy barata. Pues que se aguante. Tuvo la mala suerte de que lo atropellara una simple estudiante de Arte. Si lo hubiera atropellado una chica rica como Lucy, la cosa sería distinta. Aquella idea me dejó con mal sabor de boca.

La camisa que se probó era muy pequeña. Dibujaba en su esbelto cuerpo los firmes músculos, que parecía harían saltar esos pequeños botones en cualquier momento, rasgando la tela de paso. Tragué saliva.

—Te queda muy ajustada —jadeó ella, tocándole los hombros y luego el abdomen.

¡No lo toques, bruja!

Tosí, sobresaltándola. No era que me molestara, sólo que... Él estaba solo aquí y yo estaba a su cargo, tenía que cuidarlo, me dije a mí misma. Como si Illumi necesitara de alguien que lo cuidara. Era absurdo.

Me sentí ridícula y volteé para no verlos.

—Trae una que sea dos tallas mayor —me dijo de pronto la muy p...

¿A quién creía que le daba órdenes?

Fui de todos modos a buscar la camisa para poder llevármelo pronto de allí. Al regresar, Illumi estaba solo. Llevé las ropas escogidas para pagarlas mientras él iba por ropa interior y zapatos.

En la caja nos encontramos nuevamente a la dependienta con sus largas pestañas. Tomó las ropas, temblorosa y dejó caer mi tarjeta cuando se la di.

—¿Está bien?

Asintió, intentando sonreír. Toda la seguridad que antes le brotaba por cada poro parecía haberse esfumado. Terminó de atendernos, evitando en todo momento hacer contacto visual con Illumi.

—¿Le hiciste algo? —le pregunté al salir de la tienda.

—Sólo recordarle cuál es su lugar —dijo subiendo al auto.

**********************************************************

Illumi ya empezó a poner en su lugar a la gente 😒

¡Gracias por leer!

Vidas cruzadas [Illumi Zoldyck] (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora