VI Decisión

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Corrí desesperada tras él, mientras oía la voz de Lucy. 

—¡Libi, estoy preocupada, por favor abre! —Tocó nuevamente el timbre.

Me puse entre el cosplayer y la puerta.

—Quítate.

—Qué... ¿Qué vas a hacer?...

Él estaba tan cerca que hasta podía sentir su... su...

"¿Sed de sangre?"

El ambiente se enrareció, volviéndose el aire más denso y pesado, agudizando el miedo que sentía.

—Matarla. —Sujetó mi brazo, apartándome de la puerta.

—¡No! Por favor, por lo que más quieras, no la lastimes, es mi mejor amiga —rogué, entre llantos de agonía.

Él hablaba en serio, no había rastro de duda en su voz. Y aunque nada hubiera dicho, lo habría sabido de todos modos. Ese halo de muerte que lo rodeaba, el miedo irracional que su "sed de sangre" provocaba y por último estaba su mirada indiferente, era espeluznante. Había soltado mi brazo y, pese al miedo, yo lo tenía sujeto firmemente de la ropa, que retorcía en mis temblorosos puños.

—¡Por favor! —supliqué desfalleciendo, con la cabeza apoyada en su pecho, mientras apretaba su camisa con todas mis fuerzas.

Todavía olía a Damien, el olor que más amaba en el mundo. No lo soltaría, no dejaría que la lastimara.

—Ella no es sólo una amiga... es mi familia...

Las lágrimas salieron con más abundancia y me sobresalté al sentir nuevamente su mano sobre mi cabeza.

—Lo que pase ahora dependerá de ti —susurró.

Ambos habíamos estado susurrando para que Lucy no nos oyera.

—Si la involucras en esto, tendrás que atenerte a las consecuencias. —Acarició con estremecedora suavidad mi cabello y se alejó hasta desaparecer de mi vista.

Contrariada, respiré profundo y tras limpiar mis lágrimas, abrí la puerta.

—¡Estaba tan preocupada! —Lucy me abrazó con fuerza y yo le correspondí.

Necesitaba tanto sentir su dulzura y afecto, saber que no estaba sola, que estaba a salvo. Aunque, cuando él acarició mi cabello, yo...

—¿Por qué no contestabas mis llamadas?

Nos sentamos a conversar en la sala.

—Llegué tan ebria que no recuerdo dónde dejé el celular —intenté sonreír, pero fracasé porque Lucy se puso seria, tomando mi mano.

Sabía lo que vendría, era como un fatídico déjà vu. Lo había vivido tantas veces.

"¿Por qué dejas que siga sucediendo?."

—Te lo dije. Te dije que ese infeliz no cambiaría ¿Hasta cuándo vas a seguir así? —acarició mi mejilla, limpiando las lágrimas que habían reaparecido.

—No quiero hablar de eso ahora, por favor.

Sabía que, de seguro, el cosplayer nos estaba escuchando en alguna parte.

—No, esta vez vamos a hablar, ese hijo de puta sobrepasó todos los límites ¡Meterse con esa zorra en mi casa! Nos toma por idiotas, se está burlando de las dos y no lo voy a permitir. Seré rubia, pero no soy estúpida. Debiste ver la cachetada que le di, se escuchó en toda la casa —se jactó con autosuficiencia—. Y esa fulana, me quedé con la mitad de su cabello en las manos, a ver si le quedan ganas de revolcarse con hombres comprometidos.

Vidas cruzadas [Illumi Zoldyck] (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora