LXI Acorralada

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Abro los ojos y me encuentro con su rostro a pocos centímetros del mío. Me aparto, impidiéndole besarme.

—Lo... lo lamento, no quería incomodarte. Soy un idiota —se disculpa.

Busco una lata de cerveza y me la bebo de un trago, lamentando que no tenga alcohol. Me deshago de la lata, ignorando el temblor de mi mano.

—Yo... creo que lo mejor sería que me vaya. Nos vemos el lunes, Libi.

En cuanto deja el departamento suspiro aliviada, pero sé que me durará poco.

Probablemente estoy haciendo una tormenta en un vaso de agua, pero no puedo ignorar este sentimiento. Sé que Illumi es bueno con los disfraces, ¿Qué tan retorcido es que regresara y se haya disfrazado para acercarse a mí y vigilarme?

Es que son demasiados los detalles como para ser una coincidencia, su aroma, su estatura, su cercanía con Hisoka, la forma en que se adelanta a mis pensamientos y el modo en que acarició mi mentón.

¡Incluso la cerveza! Trajo sin alcohol y yo nunca le he mencionado que tuviera problemas con éste.

Illumi siempre odió que bebiera.

Sé que Lucy lo investigó, pero él ya la engañó antes con lo de Ismael Saldías. Si tengo razón y Rafael es Illumi, debo meditar muy bien lo que haré.

Piensa, Libi, piensa. ¿Qué has aprendido en todos estos años de ver películas de psicópatas?

De ningún modo puedo dejarle ver que lo he descubierto. Si eso pasa todo se saldrá de control. Y mientras finjo que todo está bien, debo descubrir qué planea.

Me levanto temprano el día sábado para ir por mi auto nuevo, necesito la independencia que éste me dará. Busco el que mejor se ajuste a mi presupuesto y no puedo dejar de pensar en Illumi.

..."me veré obligado a solucionar esto a mi modo y pasarás el resto de tu vida con una aguja en la cabeza".

Si ese era su plan ¿A qué está jugando ahora? Ha tenido decenas de oportunidades para usar la maldita aguja y no lo ha hecho. Las dudas no me dejan en paz.

Regreso a casa en mi auto nuevo, se siente magnífico volver a estar al volante y ser la dueña de mi propia vida. Yo soy quien decide a dónde guiar mis pasos y no dejaré que nadie vuelva a quitarme eso.

En la cocina encuentro restos de la tarta que trajo Rafael. Descarto la idea de botarla y como un bocado. Su sabor despierta todos mis sentidos y deduzco que eso es exactamente lo que quería, que pensara en él, de una forma subliminal y primitiva.

Debí dejar que me besara, así todas mis dudas se habrían disipado. Puede transformar su rostro, pero no cambiar su forma de besar, su sabor, la sensación de sus labios abrazando los míos.

Mi corazón late rápidamente ¡¿Por qué, Illumi?! ¡¿Por qué tenías que regresar?!

                                                                                    *

Lucy llega muy temprano el domingo, había olvidado que saldríamos de compras.

—¡¿Qué es todo este desastre?! —exclama con sorpresa, intentando avanzar entre los muebles y cosas regadas por doquier.

—Estoy... limpiando —digo, volteando un cajón sobre la mesa. Me mira con preocupación, estoy demacrada, me levanté a las tres de la mañana y no he parado.

—Libi ¿estás bien? —acaricia mi hombro.

¡No, no estoy bien! Illumi volvió y está fingiendo ser otra persona para estar cerca de mí.

Vidas cruzadas [Illumi Zoldyck] (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora