Los pasos firmes de Kikyo se alejaron. La puerta se cerró y nos quedamos en silencio hasta que Illumi habló.
―¿Seguimos?
―Olvídalo. —Repté fuera del escritorio y sacudí las piernas, se me habían entumecido por la incómoda posición―. No puedo pensar en otra cosa que no sea esa condición de la que habló tu mamá ¿A qué se refiere?
Illumi se abotonó la camisa y ordenó su cabello.
―Dejemos eso para mañana, no es importante.
¿Estaba bromeando?
―Illumi, de eso depende mi estadía aquí ¡Cómo puedes decir que no es importante! Conociendo a tu mamá, no quiero ni imaginar lo que quiere.
―Por eso, es mejor no pensar en ello ahora y dejarlo para después ―rodeó mi cintura y me besó.
―Illumi, es... ¡Espera! ―lo aparté―. Estás siendo más raro de lo habitual y quiero una explicación.
―¿Estás diciendo que soy raro?
―¡Por todos los dioses, dime qué quiere tu madre! Debe ser algo terrible si lo evitas de ese modo.
―Yo no estoy evitando nada ―volvió a sentarse, usando su notebook.
―¡Ya basta! ―exigí, bajando la tapa de su notebook.
Su mirada fue gélida. Aparté la mano del aparato, cambiando de táctica. Ser hostil con él no servía, era un manipulador y debía seguir creyendo que tenía el control.
―Illu, por favor. Dime qué quiere ―supliqué, suavizando mi tono de voz. Lo acompañé de una inocente mirada.
El frío en sus ojos inmediatamente se desvaneció. Rozó mi mejilla con su pulgar.
―Prometí llevarte a cenar, hablémoslo luego de eso, en terreno neutral. Quiero que por fin podamos comer en paz ―susurró a pocos centímetros de mi frente. La besó y ya no pude seguir insistiendo.
Lo dejé en el despacho y fui a la cocina, necesitaba beber algo.
Algo fuerte.
Nuevamente fui invadida por las miradas de las empleadas, que no me dejaban ni moverme con sus atenciones. Les dije que sólo quería algo para beber, que podía servirme yo misma. Era inútil, ellas se encargaron de todo. Pedí un whisky en las rocas y con sólo decirlo se me hizo agua la boca. No había bebido desde la noche antes del viaje y considerando el estrés que me causaba la familia Zoldyck, lo necesitaba más que nunca.
El vaso entre mis manos resplandecía. El líquido se mecía suavemente sobre los hielos como un mar sereno. Admiré su belleza como si se tratara de un pequeño tesoro secreto. Fui consciente de que miraba repetidas veces a mi alrededor por temor a ser descubierta aunque no estaba haciendo nada malo, era sólo un trago.
―¿Encontró al amo Illumi? ―preguntó la misma chica de antes, con una deslumbrante sonrisa.
Era realmente bella, tanto como Amane.
―Sí, gracias. Por cierto ¿Por qué lo llamas amo?
Sus ojos se llenaron de confusión, bajo las largas pestañas que se agitaron sin cesar.
―Los miembros de la familia son nuestros amos ¿Es a eso a lo que se refiere?
―Él es tu jefe, no tu amo. No quiero que lo llames así.
Un silencio sepulcral invadió la cocina. Todas las empleadas dejaron lo que hacían y sus miradas se quedaron fijas en mí.
―De hecho, no quiero que ninguna de ustedes le diga amo a Illumi.
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Vidas cruzadas [Illumi Zoldyck] (Editando)
FanfictionLibi de niña veía caricaturas y le gustaba un chico malo. Él estaba tras la pantalla y nada podía hacerle. Un día, muchos años después, algo increíble ocurre y ese chico aparece frente a ella. ¿Será real? ¿Será un cosplayer? Ella, para suerte o des...