XVI Memoria

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La semana que tenía libre terminó y regresamos a la ciudad. Había llegado el momento de tener una seria conversación con Illumi.

Nos sentamos en la sala. Cuánto deseaba un trago de whisky, todo sería más fácil.

—Yo... yo tengo un novio —confesé, no sin sentir algo de culpa después de lo ocurrido entre nosotros.

—Lo sé.

Claro que lo sabía, que estúpida había sido al creer lo contrario. Él tenía mi teléfono, debió ver mis mensajes y probablemente escuchó mi conversación con Lucy cuando vino aquí.

—Y... ¿Qué más sabes? —le pregunté con nerviosismo.

—Que la noche del atropello lo encontraste con otra mujer y al parecer no es la primera vez que ocurre, también que decidiste ir a la casa del lago para evitar verlo y que, a pesar de todo eso, lo sigues considerando tu novio ¿Quieres saber lo que pienso al respecto?

—No. Sólo quiero pedirte que no intervengas. Esto es asunto mío.   

Narra Illumi

¡Qué no era asunto mío! Ella y todo lo que le concernía era asunto mío.

Ella era mía, lo era desde... desde que la vi bajo la lluvia, empapada, temblorosa y tan asustada... dejaría que me quebrara otro brazo con tal de volver a verla en ese estado.

—Probablemente él vendrá aquí y no quiero que te vea —dijo,  interrumpiendo mis agradables recuerdos.

Como si fuera posible que yo me escondiera como un sucio amante. Los Zoldyck no se esconden.

Ahora me suplicará por el infeliz como lo hizo por Lucy.

—Si te atreves a lastimarlo, todo se acabó, te olvidas de mí. No volverás a contar conmigo para nada y para mí, dejarás de existir.

La determinación brilló en su mirada, haciéndola ver hermosa y fuerte. Esperaba sus lágrimas y me daba amenazas. Esta mujer no dejaba de sorprenderme.

—Mantenlo alejado y seguirá vivo.

No le gustó, pero lo aceptó y el tema Damien terminó allí. Encendió su notebook y comenzó a hablar sobre nuestra investigación. Me senté a su lado.

—Durante la tormenta hubo un PEM o pulso electromagnético. Aún no sé mucho sobre el tema, pero al parecer se producen debido a explosiones nucleares, sólo que en esta ocasión no hubo ninguna explosión nuclear ni nada parecido. Muchas personas en la red hablan de un posible ataque terrorista o una prueba militar, hasta hicieron un mapa que muestra el radio de expansión del pulso.

Me mostró un mapa que había impreso y dibujó una cruz en el centro del círculo.

—Aquí es donde te atropellé. Creo que tu llegada aquí causó el pulso.

******

—Éste es el hombre. —Me entregó una fotografía del objetivo—. Lo quiero muerto antes del fin de semana.

El cliente también me dio una lista con los guardaespaldas del objetivo y sus descripciones. Eran cuatro. Al parecer, había un intensificador entre ellos. No debía ser problema. Con ayuda de Milluki obtuve un plano de la mansión y me preparé para el trabajo. Debido a la luna llena, la noche estaba muy clara, pero por las exigencias del cliente ya no había más tiempo.

Entré en la casa tras neutralizar a los guardias del jardín. En el primer piso me encargué de dos guardaespaldas, en el segundo piso me encontré con el tercero. Tal como había pensado, era intensificador. No me dio muchos problemas, pero el alboroto que armó al destrozar una pared debió alertar al último guardaespaldas. Le clavé unas agujas y lo envié al tercer piso. La orden a seguir fue simple: sacarle la cabeza a las personas que encontrara.

Vidas cruzadas [Illumi Zoldyck] (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora