LVIII Retorno

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Apenas y tengo tiempo para procesar lo que está ocurriendo. Ken no es Ken, es decir, sí lo es, pero en realidad es Hisoka.

Me cambio rápidamente, no puedo creer que por fin vaya a escapar. De algún modo Hisoka ha logrado infiltrarse como mayordomo y está aquí ¡Y va a ayudarme! Jamás pensé que me alegraría tanto de verlo.

Guardo algunas cosas en un bolso, no hay tiempo de llevar nada más. Atravieso rápidamente todo el lugar y me uno a Ken, es decir, Hisoka, que me espera en la puerta.

Salimos a toda velocidad del edificio y pronto estamos cruzando la ciudad de camino al aeropuerto.

—¿Cómo está Lucy?

—Ah, tengo muchas respuestas para esa pregunta ¿Cuál podría ser la más adecuada?

—¿Está bien?

—Sí.

Entonces, al final Lucy regresó con Hisoka. Hay mucho de lo que me he perdido.

—¿Cómo reaccionó cuando supo que de verdad eres Hisoka?

—El más impactado fui yo. Descubrir que soy una especie de sex symbol de caricaturas fue... catártico.

Por primera vez en mucho tiempo, logro sonreír genuinamente.

—Cuando ella lo supo fue un verdadero caos, hubo risas, gritos, llantos, sangre y algunos muertos; fue muy divertido.

Creo que sonreí demasiado pronto, al menos ha dicho que Lucy está bien.

Ya está atardeciendo cuando subimos a la aeronave. Hisoka me ha dado un disfraz y él también ha cambiado el suyo. Volamos hacia Padokia. Saber que estaré tan cerca de la mansión Zoldyck me estremece, pero al parecer es la única forma de regresar. Yo estaba inconsciente cuando llegué, así que no lo recuerdo. No me queda más que confiar en Hisoka.

Vuelvo a estremecerme de sólo pensarlo, mas me calmo al recordar sus palabras: "Ella me envió por ti... "

Confiaré en Lucy entonces.

Al anochecer, estoy en el comedor de la aeronave, distrayéndome a cada instante que alguien se mueve alrededor, pensando que en cualquier momento Illumi aparecerá. La preocupación me impide disfrutar un solo bocado.

—No tengas miedo.

Hisoka casi me mata de un infarto, apareciendo sentado frente a mí.

—Acabo de hablar con Illumi y está muy lejos de aquí.

Me explica que, como Ken, debía reportarse cada cierto tiempo para informar que todo estuviera en orden. Oír aquello me tranquiliza, pero sólo un poco.

Por más que lo intento no logro seguir comiendo. Hisoka acepta encantado hacerse cargo de lo que he dejado. Se ve tan tranquilo y relajado.

Me sorprendo al recordar lo preocupada que estaba cuando me enteré de sus andanzas con Lucy. Temía que pudiera lastimarla y no noté que quien estaba en verdadero peligro siempre fui yo. Paradójicamente fui la única lastimada.

Toma una uva entre sus largos y elegantes dedos y la lleva hasta su boca. La muerde y el jugo salpica sus labios, que son limpiados lentamente por su lengua. Cada cosa que hace es absolutamente seductora y característica de él. Me engañó completamente con su disfraz de Ken y sus modales toscos y burdos y...

—¿En qué piensas? —pregunta, tomando otra uva para repetir el dulce ritual anterior.

—En... espera un momento —digo recordando de pronto el episodio en la oficina—. ¡Me tocaste un seno! —chillo consternada, llamando la atención de la gente a mi alrededor. Avergonzada, me encojo cubriéndome la boca.

Vidas cruzadas [Illumi Zoldyck] (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora