XXVIII Traición

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Narra Illumi

—¿Y qué me darás a cambio? —preguntó Hisoka.

—Dinero.

—Me sigues aburriendo —bostezó—. Ya tengo suficiente, no necesito más.

—Y si te digo que tu dinero no sirve aquí. Ni siquiera imaginas lo lejos que estamos de casa.

Su sonrisa se desvaneció.

—De acuerdo —dijo finalmente—. Ahora que lo mencionas, cuando llegué tuve una sensación muy extraña...

Me contó sobre su llegada y le comenté algunas cosas sobre este lugar. No necesitaba saber demasiado. De hecho, mientras menos supiera, mejor. Tras nuestra charla fui al cuarto de Libi. Tenía que cerciorarme de algo. Por suerte seguía despierta. Me dejó entrar al cuarto y me observó con detención, sentándose en la cama.

—Tenemos una conversación pendiente —le recordé.

Ella asintió.

—Pero ahora hay algo más urgente, así que seguirá pendiente —dijo, evadiendo el tema una vez más.

Intenté objetar, pero no me dejó. Por qué no entendía que retrasarlo sólo lo empeoraría. Qué mujer tan testaruda. Decidí mantener la paz y dejarlo por ahora.

—¿Por qué está Hisoka aquí? ¿Se enfrentó al mismo tipo que tú?

—No. Él vino a buscarme.

Sus ojos se abrieron de par en par en su pálido rostro y oí cómo su respiración se detenía por la sorpresa. Disfruté por unos instantes del miedo que afloró en sus ojos verdes.

—Pero el muy idiota no está seguro de cómo regresar.

Exhaló con evidente alivio y volvió el color a sus mejillas. Mi dulce Libi no quería que me fuera.

—Me encargaré de él mientras está aquí, así que no te preocupes.

Pese a mis palabras, vi la mortificación en su mirada.

"Tú te encargarás de él, pero quién se encargará de ti", es lo que estaba pensando. Su transparencia antes me asqueaba, pero ahora me era atrayente. Ya casi no nos hacían falta las palabras, ya casi éramos uno. Por eso, Libi, sería imposible que me fuera de aquí sin ti.

Regresé a la sala con Hisoka, que ya estaba dormido. Era mejor descansar también. Sabía que este idiota no me haría las cosas fáciles.

Narra Libi

La alarma me despertó a las ocho en punto. Había olvidado por completo la venta de bodega que se realizará hoy. Será una excelente oportunidad para abastecerme de insumos para el siguiente semestre de la universidad. Decidí prepararme un café antes de ducharme y fui a la cocina aún con mi pijama puesto. Al llegar, me encontré con los hambrientos ojos de Hisoka, que viajaron a placer por todo mi cuerpo mientras su lengua hacía lo propio con su labio. Junto a él estaba Illumi, viéndome impactado y con una palidez mayor a la habitual. Su sed de sangre se sintió como un vendaval y corrí a toda velocidad a mi habitación.

¡Mierda! ¡Mierda! ¡Mierda! ¡¿Cómo pude ser tan estúpida y olvidar que Hisoka estaba aquí?! Mi pijama sólo era un pantaloncillo y una blusa gastada y algo traslúcida. ¿Por qué no me deshice de ella cuando Illumi me dijo?

 ¿Por qué no me deshice de ella cuando Illumi me dijo?

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Vidas cruzadas [Illumi Zoldyck] (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora