Ver a su esposa darle la espalda de ese modo, fue evidencia suficiente para Goku, de que algo andaba mal y de que arreglar las cosas en esta ocasión, sería incluso más complicado que sostener una batalla con el más fuerte de los enemigos. Y es que a ciencia cierta, la emoción manifestada por Milk, podía significar varias cosas.
Ira, tristeza, hartazgo o simple pérdida del amor que le tenía.
Era la primera vez a lo largo de su vida que el Sayayin empezaba a pensar en serio acerca de aquellas emociones y - solo entonces – se percató de lo mucho que su mujer le importaba.
De lo mucho que lo desestabilizaba y le dolía el comportamiento de ella hacía él.
Se quedó de pie en el mismo lugar en el que Milk lo había dejado, durante un buen rato.
Sintiendo que la calidez de su hogar, se había transformado de súbito en un ambiente de extrema frialdad, decidió seguir a su esposa. Mientras – a cada paso que daba – era capaz de acordarse de todas las ocasiones en las que dejó que el mal humor o el llanto se le pasaran solos.
La puerta de la habitación había sido cerrada al propósito por ella.
Como había visto hacer en algunos programas de televisión, Goku pegó el oído a la puerta, con la esperanza de escuchar al menos un ruido que le diera una pista de lo que sucedía dentro, pero no alcanzó a oír nada.
Entonces optó por hacer las cosas a la manera de la "gente civilizada". Termino que – por cierto – Milk le había enseñado.
Esforzándose por mantener bajo control una creciente angustia, Goku tocó la puerta de la habitación, para – seguido de esta acción – hablar del modo más suave posible.
-Milk – comenzó diciendo – sé que es muy probable que estés enojada en este momento pero, necesito hablar contigo.
-Ahora no, Goku – le respondieron desde dentro.
-Solo será un momento Milk – habló el hombre, intentando mantener el tono alegre de siempre – lo prometo.
Transcurrieron algunos minutos en los que todo parecía indicar que el pelinegro, había perdido toda oportunidad. Pero cuando estaba a punto de marcharse, la puerta se abrió.
Dentro, reinaba un ambiente sombrío. Sin embargo las lágrimas, habían desaparecido del rostro de Chi – Chi.
-Entiendo si no quieres perdonarme, Milk - empezó diciendo Goku, luego de cerrar la puerta tras de sí - pero me gustaría al menos escuchar la razón que te llevó a portarte así.
-No hay un motivo - contestó Milk con voz serena – simplemente tal vez, de un día para otro, me di cuenta de que mi felicidad no existía y todo este tiempo estuve creándomela únicamente yo.
Aquellas palabras, helaron el ser del guerrero, hasta lo más profundo.
Son Goku, recorrió entonces con los ojos, la estancia en la que se encontraba.
El lecho matrimonial conservaba las sábanas blancas pero había dejado de tener dos almohadas. En el sitio en donde debía ir la segunda, solo quedaba un espacio vació. Y enseguida, se observaba la única almohada al centro.
Goku sintió entonces, una excesiva sensación de vértigo y se tambaleó mientras intentaba enfocar la vista en sus pies.
Milk - que lo observaba por el rabillo del ojo - no se molestó en prestarle auxilio. Únicamente le ofreció que tomara asiento en tono inexpresivo.
Cosa que Goku hizo apenas recobró la claridad en la vista.
-¿Entonces la relación se ha perdido, Milk? – preguntó Goku.
-Me temo que sí, Goku – fue lo que ella contestó.
-De acuerdo – contestó él, esta vez en tono serio – entonces lamentó haberte causado molestias.
No te preocupes por explicar la situación a los muchachos.
Lo haré de una vez para que no te agobien con sus cuestionamientos.
Ahora fue Goku quien dio media vuelta. Y Milk no pudo evitar mirarlo cuando se alejaba.
-Goku – lo llamó de pronto.
Él detuvo su marcha un instante.
-¿Si Milk? – la cabeza de Goku estaba ligeramente inclinada, con la vista fija al suelo.
-Gracias – murmuró ella, dejando escapar de manera involuntaria un sollozo.
Goku ladeó el rostro y sonrió con sinceridad a Milk.
Que aquello estuviera pasando, era difícil de creer, de entender y de llevar a cabo.
Él nunca hubiera esperado un adiós por parte de la que consideraba la mujer de su vida.
Pero antes de salir de la habitación, se encontró que en una esquina de la puerta, estaba colocada una maleta.
Era suya. Con todos sus atuendos acomodados adentro, preparados para ser llevados a otro sitio.
-Goku – dijo Milk nuevamente.
-¿Qué sucede Milk?
-Puedes quedarte en casa esta noche.
Los muchachos se sentirán muy tristes si no te encuentran.
Goku frunció el ceño.
Y sin estar muy seguro, se atrevió a preguntar.
-Acaso... ¿te has enamorado de otro hombre?
No podrías estar más equivocado – pensó Milk.
-El único hombre en mi vida – respondió ella – sigues siendo tú, Goku.
Aquellas palabras bastaron, para que él vislumbrara al menos, una pequeña esperanza.
Si el motivo del alejamiento de Milk no era otro hombre, entonces con un poco de trabajo duro, quizás las cosas tuvieran solución. Además, ella le había pedido al final, que se quedara; Poco importaba si estaba haciéndolo por sus hijos o por algún motivo personal.
Lo importante era que le había pedido quedarse.
Goku se volvió para mirar a Milk y caminó, decidido hacia ella.
Los ojos de ella se abrieron de par en par.
-Tal vez no creas lo que voy a decirte – empezó diciendo él – pero tú has sido siempre lo más importante para mí. Si he luchado tantas veces para mantener a salvo este planeta, es únicamente porque mis hijos y tú, viven en él.
Sé que no soy como la mayoría de los hombres.
Que no podría conducir un coche para llevarte a los sitios que otras personas visitan.
Que no soy un buen padre por poner en riesgo la vida de mis hijos a cada instante. Y que poseer sangre de guerrero te ha traído muchas angustias y problemas, Milk. Pero te amo y la prueba de eso, para mí, son nuestros hijos.
Eres una mujer extremadamente fuerte y quizá por eso, olvidé el hecho de que eres tan frágil como cualquier otra mujer.
Lo lamento mucho Milk.
Las lágrimas de la mujer, brotaban sin control por sus mejillas.
-Aquellas palabras eran las que siempre había deseado escuchar.
Las que de vez en cuando le susurraba en la intimidad. Pero había pasado tanto tiempo sin él, que poco a poco iba olvidándolas.
Aquel era el hombre que amaba.
Goku se inclinó hasta que su rostro estuvo a la altura del de la mujer que amaba. Le acarició el cabello y las mejillas con suavidad para luego besarla.
Aquel, no fue un simple beso de labios.
Fue un beso cargado de amor, deseo, ternura, dolor y anhelo porque todo volviera a ser como antes y si era posible, mejor que antes.
El cuerpo de Goku, desprendía calor aun por encima de la ropa que lo cubría.
Y el imperioso deseo de volver a tenerlo a su lado, en aquella faceta que solo ella conocía, empezó a dominarla.
Sin embargo, el trozo de papel que sostenía en el puño, y que había tomado de debajo de su almohada, era motivo suficiente para no dejarse llevar por sus instintos.
Decidió detener el progreso del beso con su marido, cuando empezó a sentirse lo bastante culpable.
Recordó el contenido de la nota.
Tal vez...no estaba siéndole completamente honesta.
-¿Quieres que te prepare la tina para que tomes un baño? – fue la pregunta que hizo Milk para desembarazarse de Goku.
El sayayin se recostó en el lecho y estiro el cuerpo.
-Está bien Milk, después de todo, estoy un poco cansado – contestó Goku, recuperando el ánimo de súbito.
Después de todo, lo que le sucedía a Milk , parecía ser solo producto de la soledad a la que había estado sometiéndola.
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RELATO CORTO DE GOKU Y MILK #Wattys2019 #Wattys2020
FanfictionMilk había sido durante años una esposa amorosa y ejemplar. Sin embargo los largos periodos de ausencia a los que su marido la sometía, terminan por hacerle ver una realidad que jamás había contemplado antes; La idea de que nunca la había querido, s...