VEINTIUNO

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En medio del creciente dolor que sentía, las palabras de Goku helaron la sangre de Milk.

El cuerpo comenzó a darle señales de alarma relacionadas con una falta de fuerza física y un cansancio extremo.

-Creo que...me desmayaré - hablo más para sí misma que para el hombre que se encontraba a su frente.

-Milk - pronunció Goku sintiéndose dolido hasta la médula - ¿qué pasa?

La mujer que aún era su esposa continuaba llorando pero en una posición diferente. Su cuerpo había caído hacia atrás, dejándola acostada sobre el resto de las astillas de vidrio de súbito.

Al ver aquello, Goku continuó hablándole pero ella continuaba inmersa en el mar de llanto que había iniciado hacía apenas unos minutos.

Como la piel del rostro y del resto del cuerpo de Milk estaba lastimándose, Goku resolvió levantarla y llevarla a su habitación.

Al cargarla se percató de que su cuerpo había perdido peso de manera considerable.

Sollozando como una niña, Milk observaba el rostro de su marido sintiendo impotencia al no tener la fuerza suficiente para tocarlo.

¡Goku se marcharía pronto y tal vez ella no tendría oportunidad de volver a verlo!

El surgimiento de esta idea le causo extrema desesperación pero su cuerpo solo respondió a su ansiedad con un llanto aún mayor.

Habían pasado ya el umbral de la puerta y pronto sintió bajo sus manos, la suavidad de las sabanas de la cama.

-Trata de calmarte Milk - le aconsejó Goku - si los muchachos llegan y te encuentran así, se preocuparan.

Cada palabra que Goku pronunciaba, tenía el poder de desgarrarle el alma.

Tenía que levantarse de esa cama pronto. Antes de que él decidiera irse.

-Por favor, no te vayas aun - le rogó.

Aunque los ojos de Goku estaban cargados de tristeza, al momento de pronunciar estas palabras, en su mirada pudo notar el surgimiento de la compasión.

- No puedo tardar demasiado - contestó él - la dueña de la casa no tendrá modo de entrar a su hogar si yo no llego ahí antes que ella.

-Es...una mujer con la que no tienes nada que ver pero ¿te da las llaves de su vivienda?

El descomunal dolor emocional de Milk se mezcló entonces con una recién nacida cólera. Misma que le brindó de pronto la fuerza y la inmunidad momentánea al dolor.

Así, antes de que su marido pudiera abandonar la habitación, ella corrió hasta la puerta y la aseguró.

-Ah no - dijo de pronto en todo amenazante - no te irás de aquí y si lo haces, deberás matarme primero.

Goku frunció el ceño y Milk pudo notar su enojo surgiendo.

-¿Que dices?

-¡Lo que oíste, no te irás de aquí hasta que...hasta que yo lo quiera!

-Déjate de juegos Milk, no te comportes como una colegiala.

El que está comportándose como colegiala eres tú, Goku.

Por si lo has olvidado tú y yo seguimos casados y tus hijos continúan en esta casa.

-Mis hijos no saben lo que su madre ha hecho.

-Tampoco saben sobre el nuevo lugar en el que se hospeda su padre.

-No tengo problema en revelarles la realidad de la situación. Pero me Contengo por respeto a ti, aunque ambos sepamos que no lo mereces.

RELATO CORTO DE GOKU Y MILK #Wattys2019 #Wattys2020Donde viven las historias. Descúbrelo ahora