VEINTIDÓS.

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Cuando Goku puso un pie de nuevo en la vivienda de Lazuli, el hombre la buscó con la vista, odiándose por no haber podido rechazar el ofrecimiento de Milk y con ello haber cometido un enorme error para con una gran mujer.

Aunque sus ojos se movieron en todas direcciones no fue capaz de divisarla hasta que la vio emerger de entre los árboles del parque cercano.

Aunque tenía poco tiempo compartiendo hogar con ella, era capaz de reconocer su silueta.

La mujer llevaba en las manos una bolsa.

Esta parecía no contener muchas cosas.

-Hola Goku - saludo ella tratando de no sonar incomoda.

-La...Lazuli - comenzó diciendo él - tengo que disculparme porque...

La rubia entonces siguió caminando y cuando el guerrero le entregó las llaves ella respondió.

-No te preocupes, espero que tus hijos hayan podido disfrutar de su padre.

Goku entonces sintió que el alma se le caía a los pies, no solo porque sus hijos habían convivido un tiempo mínimo con él, sino también porque quien había "disfrutado" mas de su estancia en su antiguo hogar, había sido Milk.

La puerta se abrió con un click y solo entonces el hombre se percató del largo silencio que siguió entre ambos después de que ella había contestado a sus incompletas disculpas.

Lazuli cruzó de largo hasta la cocina, dejó caer la bolsa plástica y vació su contenido con ambas manos.

Goku en cambio se detuvo un momento al pie de las escaleras solo para avisarle que subía primero, ya que iba a ducharse.

Ella asintió sin mirarlo.

Ese hombre había arruido sus planes, aquellos planes que con tanta ilusión ocultó de él.

Ahora las horas habían pasado tanto que era demasiado tarde para una cena pero demasiado temprano para un desayuno.

Aunque hubiera deseado tener una actitud mas comprensiva para con Goku, aquella voluntad se había esfumado mucho rato antes.

Suspirando con cansancio, Lazuli colocó en una esquina la revista de cocina, tomó un trozo de tela para limpiar la barra y una vez que terminó, subió por las escaleras.

Ahora no quería pensar en nada que no fuera descansar.

A medida que subía los escalones, el sonido del agua de la regadera cayendo se intensificaba.

La puerta del baño volvía a estar entreabierta pero esta vez ,Lazuli no sintió gana alguna de mirar por aquel espacio.

Abrió la puerta de su habitación y se introdujo en el cuarto para luego cerrar y asegurar la puerta.

Como pudo se quitó los zapatos, cambio sus prendas por una sencilla pijama y se acostó cerrando los ojos al instante.

Desde el cuarto de baño y aún con el agua produciendo sonidos al caer al suelo, Goku fue capaz de escuchar desde los pesados pasos de Lazuli hasta la puerta cerrándose con seguro.

Lo sucedido con Milk continuaba invadiendo no solo su mente, sino también también sus sentidos.

Sentia estar dentro de una burbuja en la que estaban entremezcladas la alegría, la nostalgia y la tristeza.

Cayó en cuenta de que a lo largo de su existencia había sido feliz pero reconoció también que la etapa presente era la peor que se encontraba atravesando.

RELATO CORTO DE GOKU Y MILK #Wattys2019 #Wattys2020Donde viven las historias. Descúbrelo ahora