VEINTISEIS

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En todos sus años de relación con el guerrero saiyajin, Milk nunca imaginó que acabaría cansándose de sus ausencias y mucho menos le pasó por la cabeza que se enamoraría de alguien más. Tal vez si ese alguien no hubiera sido el hermano de su esposo, ella habría tenido el valor de confesar su pecado a sus hijos y de largarse de la casa si ellos se lo pedían. Pero la realidad era otra. La hija de Ox Satán conocía bien que el hombre del que se habia enamorado no era el mejor. Pero él había logrado ganársela al interesarse tanto en ella y al hacerle llegar una nota todos los días. Al menos él le probaba que no la olvidaba. Ni siquiera ahora que era posible que tuviera conocimiento de que Goku había hecho una visita a sus hijos. Ahora encerrada en el cuarto de baño, Milk se estrujaba los sesos, moviendo aquí y allá el bolígrafo al aire, esforzándose por hacer brotar una respuesta para la última nota recibida. Pero por más que intentaba, la escritura no fluia.

A decir verdad, ni siquiera tenía ganas de contestar aquel trozo de papel.

Milk apoyó la cabeza en la pared y cerró los ojos con cansancio.

La visita de Goku enfundado en aquel traje, en uno como en los que ella siempre había deseado verlo enfundado, en definitiva había sacudido viejos sentimientos que, por estar tan encerrados, creía haber perdido.

Sin embargo era ahora cuando el destino le presentaba la cuenta por sus malas acciones. Todavía le parecía increíble que su marido estuviera viviendo con otra mujer y que se atreviera a decírselo sin miramiento alguno.

Milk no conocía el rostro de aquella persona que tan pronto se había ganado a su marido. Pero no le hacía falta conocerla para odiarla.

Sin ser consiente, arrugó la hoja que sostenía en ambas manos y la hizo pedazos.

No estaba lista para que una desconocida tomara su lugar en la vida de Goku; No dejaría que eso sucediera aunque tuviera que destrozarla como a aquella nota.

Al bajar la vista al piso y ver los trozos de hoja regados a su alrededor, Milk se alivió de conocer de memoria el mensaje que le habían escrito.

Una vez habiendo dejado salir su rabia en contra de la nueva pareja de su aun marido, quizá le sería más sencillo redactar una contestación.

"La última vez mencionaste que Goku visitaría a sus hijos. Como no pude ir a verte por estos días ya que he estado ocupado, entonces quiero que me cuentes las buenas nuevas. Supongo que el inmundo de mi hermano habrá cumplido su palabra ¿O no? ".

Milk sabía que Raditz era un hombre con poder y no descartaba la posibilidad de que tuviera a una persona vigilando cada movimiento en su vivienda.

"En efecto, cumplió con su palabra y regresó para ver a los muchachos. Pero el mayor se llevó a su hermanito de paseo y nos dejó a los dos solos. Creo que comienza a sospechar que sucede algo entre nosotros.

Como no me gusta ocultarte las cosas, te diré lo que pasó.

Me acosté con Goku.

Sé que esto te hará enojar mucho, pero yo tampoco puedo estar segura de que tú me has sido fiel estos días.

De todos modos algo me dice que ya debes de estar enterado de todo lo que ocurrió.

Al terminar de escribir la respuesta, Milk soltó la pluma de golpe, odiando aquel momento, odiando cada una de las estúpidas decisiones que había tomado.

Sabía que Raditz se enfadaría mucho cuando se enterara de que se había entregado a Goku. También se daba cuenta de que estaba provocando al hombre y de que sin duda, hacerlo era una mala idea.

RELATO CORTO DE GOKU Y MILK #Wattys2019 #Wattys2020Donde viven las historias. Descúbrelo ahora