SIETE.

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  Los dias pasaron, borrando con lentitud, aquella ultima vez en la que me habia entregado a Goku.
Mis hijos convivían con su padre sin tener conocimiento alguno de que las cosas entre ambos, no hacían mas que ir peor. Aunque seguiamos compartiendo habitación - para no levantar sospechas en nuestros hijos - él dormia en el suelo y yo, sola en la cama.
Recuperar el espacio entero en mi lecho, era para mi - volver a respirar.
Como mujer, seguía mirando a mi marido , de la forma mas realista posible.
Sabía que Goku era un hombre perfecto en exceso, al menos en cuanto al físico y sabía también que aquello que yo desperdiciaba, sería tomado por otra mujer a la primera oportunidad. También sabía que, en cuanto mis hijos supieran que su padre y yo nos habíamos separado, probablemente me odiarían.
Eso sería aun mas doloroso para mi que enfrentar mi separación marital.
De unos días para acá, Goku salia muy temprano de casa sin comunicar su rumbo.
Y yo seguía recibiendo con puntualidad mis ya acostumbradas notas.
"Espero estes preparada para nuestro primer encuentro" - decía el trozo de papel.
Y la respuesta a esa pregunta, sería un "sí, lo estoy".
Aquellas notas, habían despertado mis ganas de vivir.
Lo que Goku estuviera o no haciendo, no me importaba.  

RELATO CORTO DE GOKU Y MILK #Wattys2019 #Wattys2020Donde viven las historias. Descúbrelo ahora