Aunque Raditz estaba poniéndose al tanto de los últimos avances en el proceso de intentar crear un medicamento tanto o más poderoso que la semilla del ermitaño, no perdía de vista a Milk ni por un instante. La había estado observando desde el momento en que se separó de él.
Era evidente que se encontraba fascinada con todo lo que observó en el laboratorio. Pero no la llevó ahí para que admirara cada objeto que encontrara, sino para que obtuviera las pastillas contra el dolor de cabeza. Como si la hubiera llamado por telepatía, Milk volteó a verlo y asintió en señal de haber encontrado lo que buscaba.
-Vamos - le ordenó él al tiempo que hacia un movimiento de cabeza señalando hacia la puerta.
Milk se mordió los labios mientras avanzaba hasta él pero no se atrevió si quiera a voltear hacia atrás. No quería que Raditz pudiera si quiera imaginarse que ahora estaba en busca de otro tipo de medicamento.
Llegó hasta él y le tendió el frasco inclinando la tapa.
Observó cómo sus ojos se movían, comprobando que la etiqueta pusiera "contra el dolor de cabeza."
Una vez hecho esto, el villano asintió.
-Sigan trabajando - ordenó antes de abandonar el lugar.
Aunque no lo expresó, en el momento en que Milk le hizo llegar el medicamento para que corroborará que se trataba de lo que había estado pidiéndole, Raditz la relacionó con un perro; Un perro que obedecía a su dueño.
El repentino cambio de actitud se le hizo extraño. Pero se mantuvo en silencio. Quizá aquella había sido solo una muestra de resignación.
-Escucha Raditz - empezó diciendo Milk con autoridad - tengo una duda sobre algo y necesito que la despejes. Será mejor que me digas la verdad porque si descubro que me mentiste, echaré todos tus planes abajo.
El semblante de Raditz se ensombreció de pronto inclinándose con ligereza hacia abajo.
-Sí - confirmó en su pensamiento - era solo resignación momentánea.
Una media sonrisa maliciosa apareció en su rostro.
-Parece que has olvidado que debes cuidar lo que dices -contestó él - mis planes necesitan más que una mujer loca para irse al caño.
No soy un hombre que haga las cosas sin anticiparse a lo que podría salir mal. Así que es probable que te quedes en el intento de sabotear todos mis deseos, porque antes de que los arruines, te mataría.
Milk suspiró cansada.
-Siempre con tus amenazas - dijo al fin en tono burlón - cuando entiendas que no me da miedo morir y que no tengo nada que perder, sabrás que el único que se perjudicaría eres tú.
Y estaba en lo cierto.
A Raditz le costaba reconocerlo, pero para sus adentros sabía que Milk era el elemento más indispensable en todo aquel plan. Sin embargo una cosa era que conociera la verdad y otra que se la hiciera saber a ella. Aunque de cualquier manera, Milk lo había descubierto ya.
Razón por la cual Raditz debía jugar aún mejor sus cartas.
No eliminaría el maltrato físico y psicológico porque aquello le hacía sentir que tenía el control de la situación.
-Que quieres saber - soltó él entonces.
Milk tenía una habilidad especial para sacarlo de quicio.
-La última vez que tuvimos sexo tú... - Raditz la interrumpió antes de que terminara la pregunta soltando una carcajada.
-¿Quieres saber si te embaracé? - inquirió -¿es eso lo que quieres saber?
ESTÁS LEYENDO
RELATO CORTO DE GOKU Y MILK #Wattys2019 #Wattys2020
FanfictionMilk había sido durante años una esposa amorosa y ejemplar. Sin embargo los largos periodos de ausencia a los que su marido la sometía, terminan por hacerle ver una realidad que jamás había contemplado antes; La idea de que nunca la había querido, s...