TREINTA

282 24 10
                                    


Con Raditz tomándola de los cabellos, Milk tenía que pensar en algo a prisa si quería evitar un encuentro sexual con aquel hombre que había pasado de ser su mayor tentación a su mayor martirio en poco tiempo. Por suerte su cerebro dio con un plan de inmediato.

Como todo lo que se hacía a prisa, había más posibilidades de fallar que de tener éxito. Pero no perdía nada con intentarlo.

La fémina inicio el camino hacia su habitación mostrándose sumisa a la voluntad del saiyajin. Pero a medio pasillo, antes de llegar a la puerta de su habitación, puso en marcha su estrategia.

Encogió los brazos y con todo el impulso que fue capaz de darle a esas extremidades corporales, golpeó el pecho del villano con los codos.

Su captor se encogió por unos instantes, los cuales aprovechó para patear la intimidad del hombre antes de salir corriendo a la velocidad máxima que le permitieron los pies.

Tenía que buscar un buen sitio en el que esconderse, pues sabía que de continuar corriendo, no llegaría tan lejos.

No debía olvidar que estaba tratando con alguien casi tan poderoso como su marido.

Después de un buen rato de haber hecho carrera sin rumbo, Milk encontró por fin un sitio en el que ocultarse.

Se trataba nada más y nada menos que de un depósito de basura y aunque sentía que moriría a causa del asco, la urgencia de la situación lo requería.

Así pues, fue metiéndose entre los desechos como si del mar se tratara, hasta que desapareció bajo ellos.

Raditz se había quedado tirado a media sala revolcándose de dolor y profiriendo insultos. Pero ahora estaba decidido a encontrar a la mujer de su hermano a cualquier costo.

Aunque le tomó un buen rato reponerse del todo, cuando fue capaz de levantarse, se concentró en recorrer las calles que rodeaban la zona en la que la fémina vivía.

Era cierto que contaba con su rastreador de ki, pero no le seria de mucha ayuda durante esta búsqueda. Ya que los humanos comunes, poseían todos, casi el mismo nivel de ki.

-¡Carajo, en que momento fui a bajar la guardia! - iba vociferando mientras caminaba.

En definitiva aquella fémina deseaba morir. Porque de !o contrario, no hubiera elegido cometer tal error.

Prefirió recorrer el terreno por aire. Pues así, si ella se desplazaba corriendo, seria sencillo darle alcance.

Empezó a desesperarse cuando todo parecía indicar que la tierra se la había tragado. Pero su orgullo le impedía rendirse y continuó buscando, fijándose de vez en cuando en el rastreador para ver si detectaba algún ki fluyendo de un sitio inusual. Y fue así como logró dar con el sitio en el que ella había pensado que no la encontraría.

Olores fétidos emanaban de aquel cúmulo de basura.

Pensar que Milk tuviera tanto miedo como para adentrarse en un sitio como ese, provocó en Raditz unas ganas inmensas de reír; De burlarse de aquella persona que tan valiente parecía cuando estaba junto a su hermano.

-Dime Milk - habló el malvado sujeto - ¿Acaso acabas de descubrir que el motivo tras tu valentía era que tenías a Goku de tu lado?

Aunque escuchar la voz del hombre le provocó escalofríos, Milk no se movió ni un ápice.

Tenía la esperanza de que si no cedía a sus provocaciones, si no se mostraba ante él, este se aburriera y se iría del lugar olvidando al menos por ahora sus intenciones de hacerla pagar. Pero fue mayor el tiempo que dedicó a armar esa conjetura, que en el que descubrió que estaba en un gran error.

RELATO CORTO DE GOKU Y MILK #Wattys2019 #Wattys2020Donde viven las historias. Descúbrelo ahora