TREINTA Y UNO

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Raditz había ocupado ya su lugar en el lecho, cuando el teléfono comenzó a sonar.

-Debe ser la madre de Trunks - explicó Milk con la esperanza de que su compañero entendiera - tengo que contestar. De lo contrario podría venir para cerciorarse de que los niños están a salvo con tu empleado.

El varón soltó un gruñido pero no dijo palabra alguna. Por lo que ella avanzó con paso rápido hasta que tuvo el teléfono en sus manos.

-¿Hola, Milk? - se escuchó decir a Bulma.

-Sí - confirmó la voz del otro lado de la linea - ella habla.

-Escucha Goten vino para invitar a Trunks al parque de diversiones.

Le acompaña un tipo extraño que según él, trabaja para Raditz.

Si te soy honesta, estoy alarmada. Porque yo conocí al hermano de Goku cuando se robó a Gohan.

Los dedos de Milk apretaron la bocina hasta volverse pálidos.

Las palabras de Bulma no habían hecho más que revelar sus propios temores.

Quiso decirle a la mejor amiga de su marido que advirtiera a los niños de que si las cosas se ponían extrañas, atacaran con todo su poder y escaparan del lugar. Pero al volverse y mirar hacia su alcoba, se percató de la mirada del villano puesta en ella por completo.

Si su atención estaba tan centrada como parecía entonces, lo mejor por el bien de todos era callar al respecto y tranquilizar a Bulma.

-Sé que todos tenemos un mal concepto de él - contestó después de un breve silencio - pero tal parece que ha cambiado.

Te lo digo porque estuvo aquí hoy mismo. Trajo regalos no solo para Goten sino también para el resto de nosotros. De ahí salieron los boletos para la salida de los niños.

Bulma apenas podía creer lo que escuchaba.

A su criterio le parecía imposible que un guerrero tan cruel como lo era Raditz, pudiera cambiar. Pero sabía también que ambos niños habían heredado habilidades extraordinarias de sus padres y que eran muy inteligentes. Así que si la situación se complicaba, sabrían que hacer.

-Bueno - dijo ya más calmada la esposa de Vegeta - entonces dejaré que Trunks vaya. Pero los pondré sobre aviso de mis sospechas.

Para sus adentros, Milk agradeció que sus pensamientos fueran captados aun sin haberlos expresado.

-Me parece correcto - contestó respaldando la opinión anterior - si se te presenta cualquier otra duda, puedes llamar de nuevo.

Al volver la cabeza una vez mas para mirar al saiyajin malvado, Milk notó un cambió en su expresión.

-Bulma - comentó de pronto, interrumpiendo una charla que hacia un buen rato había dejado de escuchar - no quiero ser grosera pero tengo que dejarte.

La comida está puesta al fuego y al parecer comienza a quemarse.

-No digas más - respondió su interlocutora - ya hablaremos después.

-Estoy de acuerdo, adiós.

Apenas terminar la llamada, Milk vio a Raditz acomodarse de nuevo.

De regreso a su pieza ella ralentizó la marcha.

Con un nudo en la garganta, se había dado cuenta de que no existía forma de que pudiera entregarse de nuevo al sujeto que la esperaba.

Le horrorizaba la sola idea de tener su cuerpo contra el suyo. Tal como había sucedido en el baño.

RELATO CORTO DE GOKU Y MILK #Wattys2019 #Wattys2020Donde viven las historias. Descúbrelo ahora