DOS.

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  La respuesta de Milk fue tan seria que Krilin no se atrevió a preguntar el motivo que se escondía tras aquella contestación. Solo fue capaz de responder que le comunicaría aquello a Goku, para luego emprender la retirada.
El rostro de Milk abandonó la expresión de seriedad para darle paso a una congoja que parecía no pertenecerle.
Era como si estuviera triste por enterarse de la llegada de su aún marido pero al mismo tiempo, ya no sintiera ninguna culpabilidad por haber expresado su verdad.
No lo quería en casa.
Esos tiempos en los que la mujer sumisa esperaba a que él tuviera ganas de volver, simplemente se habían evaporado.
Sus dos hijos estaban tomando un baño, preparándose para darle la bienvenida a su padre y por alguna razón saber aquella le causó un leve brote de rabia.
No sabía con exactitud el por qué, de unos días para aca, había comenzado a extrañar su antigua vida. Esa en la que no solo era "Chi – Chi", la esposa de un hombre ausente y madre de dos hijos de los que – si bien no se arrepentía – tampoco se sentía muy amada por ellos.
Presentaba melancolía por los tiempos en los que era conocida como Princesa y muy amada por su padre. Que por cierto, la visitaba de manera regular y ya se había percatado de que algo no iba bien en la vida de su hija. Sin embargo, prefería esperar a que ella – por voluntad propia – le confiara lo que estaba sucediendo.
Pero para Milk todo parecía estar quemándose tal y como tiempo atrás, el espíritu de fuego había consumido el monte Flypan y su castillo.
...
Goku se encontraba esperando la llegada de Krilin en el templo del maestro Karin.
Había llegado ahí, guiado por sus intenciones de conseguir unas cuantas semillas del ermitaño para ser usadas en caso de que un enemigo fuerte llegara a invadir el planeta y él tuviera que pelear – como casi siempre sucedía – pero ahora junto a sus hijos.
Cuando Krilin llegó donde su mejor amigo y el resto de sus compañeros, alcanzó a escuchar que Goku, estaba extendiendo una invitación a todos, para que fueran a comer a casa, ya que su esposa acostumbraba prepararle un gran banquete de recibimiento.
Enterarse de esto, solo colocó a Krilin en una posición más incómoda que la que había sentido ya con la respuesta de Milk.
-¡Hola de nuevo Krilin! – Saludó Goku con ánimo - ¿te ha dicho Milk que preparó para la cena?
Goku – empezó diciendo Krilin cabizbajo – Milk me dijo que no quiere que vayas a casa.
Aquellas palabras no solo sorprendieron a Son Goku, sino también a los demás. Pero transcurrido un momento, el guerrero llegó a la conclusión de que aquello no podía ser más que una broma. Por lo que de un momento a otro estalló en carcajadas, siendo secundado por los demás a excepción de Pikkoro.
-Parece que no es una broma, Goku – se atrevió a decir al fin – no veo que Krilin tenga ganas de reírse, más bien diría que está preocupado.
Las risas pararon en seco y la expresión de Goku se volvió seria al igual que su tono de voz.
-¿Es eso cierto? – inquirió mirando al calvo pequeño.
-Lamento decirte que sí, Goku.
Milk parecia bastante seria sobre el asunto. De hecho mencionó que solo entorpecerías el aprendizaje de tus hijos.
-Ya veo – contestó el guerrero recuperando la sonrisa.
Bueno muchachos, entonces me despido.
Debo ir a ver qué sucede le sucede a Chi – chi.
-Que todo salga bien – desearon Yamcha, Ten y Chaos.
Pikkoro guardó silencio y luego de un rato agregó:
-Cuidate Goku.
Vegeta dejó ver una sonrisa burlona, debido a que –aunque no lo aparentaba – quien estaba frente a él, era un Kakaroto débil.
Agradeciendo a sus amigos, Goku partió del lugar sin olvidar las semillas que el maestro le había proporcionado.
Durante el trayecto de camino a casa - el repetidas veces protector de la tierra y sus habitantes – se mantuvo con un pensamiento positivo, relacionando el comportamiento extraño de Milk , con su empeño por querer que sus hijos alcanzaran su máximo desempeño escolar.
Pero no fue hasta llegar a casa, que se percató de que algo andaba bastante mal.
-Hola Milk – saludo Goku con efusividad. Entrando sin previo aviso, queriendo darle una sorpresa.
Milk ni siquiera volteó a mirarlo.
Solo se mantuvo comiendo, como había estado haciendo momentos antes de que él llegara.
Para entonces sus hijos ya habían salido de la ducha y ellos corrieron a abrazar a su padre.
Este abrazó y besó a sus hijos, haciéndoles comentarios a su vez sobre lo mucho que habían crecido y lo fuertes que se habían vuelto, con la esperanza de que su esposa se uniera a ellos, pero eso no sucedió.
-¿Terminaron de comer, hijos? – preguntó entonces Goku.
-Sí papá – respondieron ambos.
-Muchachos - dijo Goku sonriendo – tengo que hablar con su madre sobre un asunto.
¿Podrían dejarnos a solas por un momento?
Gohan que era el mayor y se había percatado de manera sutil de la falta de entusiasmo de su madre por la llegada de su padre, asintió y se llevó a Goten, prometiendo que lo llevaría a jugar con los dragones.
Goten aceptó emocionado y entonces los dos se alejaron de su hogar, dejando a sus padres a solas.
Había llegado el momento de la verdad y Goku empezó a ponerse nervioso cuando notó que Milk aun guardaba silencio y continuaba sin voltear para mirarlo.
Se acercó a ella con cautela y comenzó hablando con dulzura.
-Ahora sí Milk, dime que pasa.
En respuesta Milk se levantó de la silla que ocupaba, azotó los puños en el comedor con furia y se dirigió a su habitación.
Dejando a Goku solo y de pie en el comedor.  

RELATO CORTO DE GOKU Y MILK #Wattys2019 #Wattys2020Donde viven las historias. Descúbrelo ahora