Luego de una vida llena de dificultades en el terreno amoroso, la vida comenzaba a sonreírle a la florista. Si tan solo hubiera buscado aquel método desde el inicio, se habría evitado un gran número de penurias, pero ahora no era momento de pensar en lo que no hizo en el pasado, sino que era preciso empezar a disfrutar el presente.
Luego de haber trabajo largas horas en la florería, Lazuli estaba ansiosa por llegar a casa para contarle a su marido sobre una idea que la entusiasmaba.
-Me gustaría ofrecer una fiesta – comentó a Goku mientras se acurrucaba en su pecho – me parece una idea linda celebrar en honor a la próxima llegada de nuestro bebé.
-Haremos lo que desees – respondió su compañero de lecho, para después besarle la coronilla.
La rubia no solo se encontraba disfrutando del amor que Goku le ofrecía sino también de la facilidad con que este hombre acataba sus órdenes sin poner un pero alguno.
Había pensado ya en pedirle que echaran a Milk de su casa, pero si había algo que quería hacer antes de llevar aquel asunto a cabo, era pasearse frente a la mujer que alguna vez le quitó toda la dicha de su vida, del brazo del hombre que ahora era suyo.
Con Goku de acuerdo para llevar a cabo la fiesta e incluso entusiasmado con la organización, su mujer le hizo saber que podía invitar a todos sus amigos, pues deseaba que él pudiera disfrutar del evento tanto como ella.
Cuando el sol mostraba los primeros rayos de luz, Bulma y Milk se levantaron, pues a la primera le correspondía ayudar a su mejor amiga a ducharse y cuidar que no fuera a sufrir alguna caída que pusiera en riesgo su embarazo.
-Cuéntame como te sientes ahora que volverás a ver a Raditz de nuevo – Bulma comentó para iniciar una conversación.
-Pues...no lo sé – Milk respondió confundida, mientras avanzaban por el pasillo hacia el baño – soy consciente de que el hombre me despierta una sensación. Sin embargo no puedo identificarla del todo.
Escucha, el tipo dijo estar enamorado de mí y cuando me confesó lo que sentía, aunque sabía que era casi increíble, no pude evitar inquietarme porque parecía de veras afectado. Pero sé que vas a darme la razón si te digo que no confió en sus palabras después de todo lo que pasó.
Tras la puerta de su habitación, Lazuli alcanzó a escuchar aquella conversación.
No pudo evitar preguntarse si acaso Milk ya se había recuperado del todo y aquel día iba a verse con el padre de su hijo. Pero de cualquier manera, tener a ambas mujeres el pasillo, era una oportunidad que no podía dejar pasar.
Se colocó a toda prisa un pantalón de mezclilla que había usado el día anterior y enseguida se enfundó en una blusa amarilla lisa.
Abrió la puerta de inmediato y sus huéspedes femeninas voltearon hacía su figura enseguida, manifestado desconfianza en la mirada.
-¡Buenos días! – Pronunció con alegría – me da gusto encontrarnos tan temprano.
Bulma entrecerró los ojos, recelosa.
-Tranquilas – siguió hablando en tono despreocupado – solo quiero hacerles una invitación.
Las chicas seguían en silencio, esperando a que soltara toda la información.
-Mi marido y yo, vamos a celebrar una fiesta esta noche, por mero gusto, para celebrar la llegada de nuestro pequeño.
En otro tiempo Bulma le habría puesto mala cara y hubiera declinado enseguida aquella invitación por las dos, pero en esta ocasión actuó de forma diferente.
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RELATO CORTO DE GOKU Y MILK #Wattys2019 #Wattys2020
Fiksi PenggemarMilk había sido durante años una esposa amorosa y ejemplar. Sin embargo los largos periodos de ausencia a los que su marido la sometía, terminan por hacerle ver una realidad que jamás había contemplado antes; La idea de que nunca la había querido, s...