RELATO CORTO DE GOKU Y MILK CAPITULO TREINTA Y CINCO, SEGUNDA TEPORADA.

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Agotada de cargarse con la triste energía del hospital, Bulma, Goten y Vegeta resolvieron buscar algún lugar cercano en el que pudieran comer, dado que sus estómagos empezaban a ponerles quejas.

Decidieron preguntar a la gente de los alrededores para no aventurarse a avanzar sin rumbo y sin idea alguna de si lograrían dar con el sitio que cubriera su necesidad.

Bulma fue quien se encargó del proceso de investigación, mientras Vegeta y Goten se quedaban a su espalda.

Tras preguntar a unas cuantas personas, la joven de cabellos azules, aconsejó a su marido que suavizara el gesto, ya que la gente parecía nerviosa y hasta imposibilitada de responder con solo observar al príncipe.

Durante la travesía Goten se cansó de andar y consideró enserio la posibilidad de andar el camino por aire pero Vegeta se negó de modo rotundo por una razón que explicó de mala gana.

"Los humanos son bobos e impresionables, si empiezas a volar se acercaran a ti y harán preguntas tontas que no estamos dispuestos a contestar a simples mortales."

-¿Por qué no? – había preguntado Goten.

Pero antes de que Vegeta diera respuesta a su interrogante, Bulma agregó:

-Príncipe has el favor de cargar al niño. De alguna manera tiene que descansar las piernas si no le vas a permitir volar.

Vegeta obedeció a la fuerza.

Tomó a Goten por las axilas y lo levantó hasta colocarlo en su hombro.

El niño se deshizo en risas en el proceso.

Guardó la compostura sentado tras la nuca del príncipe y no pudo evitar desear, estar viviendo aquel momento con su padre y su madre en lugar de sus amigos. Pero a juzgar por todo lo que había pasado entre ellos, sabía que pedir algo como eso era casi un imposible.

Su rostro entristeció pero volvió a alegrarse cuando por fin se dirigieron a donde comerían.

Ya ocupando una mesa en el establecimiento, Goten pidió una malteada de chocolate en lo que su comida llegaba. Mientras Vegeta y Bulma bebían sodas.

Desde el momento en el que se sentaron, Vegeta se había mantenido observando la expresión de Bulma pero quería estar seguro de sus deducciones para poder interrogarla.

-¿Qué te sucede mujer? Llevas un rato pensando mucho.

Bulma exhaló cansada.

-Estoy angustiada por Goku y Milk.

No dejo de pensar en su situación y quiero ayudar de algún modo pero no logro dar con nada por más que lo intento.

Vegeta apoyó la nariz en sus manos unidas.

-Entiendo tu preocupación y también el hecho de que las mujeres siempre querrán ayudarse en todo pero no sería correcto que te entrometieras en esta situación.

El problema de esos dos inició puertas para adentro. Nadie se enteró hasta después de que todo se hizo evidente.

Ninguno de los dos buscaron consejo cuando entraron en crisis, porque saben que esa es una situación que solo ellos son capaces de solucionar.

-Si hubieran tenido la confianza de acercarse antes...

-Pero no lo hicieron.

-Por desgracia no.

-Me apena tanto que Milk pasara por esto – habló Bulma con evidente congoja - pero es que todavía no entiendo cómo fue a involucrarse con alguien tan perverso como Raditz.

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