VEINTICUATRO.

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Cuando todos los que estaban en Kame House se enteraron de la existencia de Lazuli y del cambio de domicilio de Goku, celebraron por todo lo alto. No solo porque los regocijaba el hecho de saber que Milk había obtenido un pago después de tan mala acción, sino porque Goku había reaccionado del modo correcto.

El orgullo saiyajin había brotado para darle el mejor de los consejos: Abandonar a aquella mujer que no lo merecía.

Sin embargo existían hechos que los peleadores ignoraban por completo, como que la ex pareja se había juntado para ver viejos álbumes familiares y que habían acabado amándose una vez más.

En cierta forma este hecho no contaba del todo para Son Goku porque Milk lo había acorralado y porque el afecto que antaño sentía por ella se apoderó de él justo en aquel instante.

Sí, aquel era un encuentro sexual que no contaba para nada. Pues era casi seguro que Milk lo había hecho seducida por la cantidad de recuerdos de cuando su vida era feliz.

Quizás solo había querido tomar el cuerpo de Goku para comprobar que seguía sintiéndose mujer en mayor medida con su hermano que con él. Y tal vez, él había cedido porque necesitaba sentirse hombre, invadiendo por última vez el cuerpo de aquella dama que había dejado de ser suyo.

Pero pasado el fuego del placer, aquel encuentro había dejado en él, un sabor amargo; El sabor a una pena que no tendría final.

Antes de abandonar la casa y despedirse de sus amigos, los consejos cayeron como lluvia para Goku.

Desde que debería intentarlo con Lazuli hasta que debería buscar un lugar en el que él y sus hijos pudieran vivir. Sin la desagradable presencia de Milk.

Pero si de algo estaba seguro Goku, era que jamás sería capaz de apartar a los niños de su madre. Porque tanto ellos la amaban a ella, como ella a ellos y separarlos solo les traería una gran tristeza.

Como Piccolo había dicho, era mejor que sus hijos supieran lo sucedido de ambas partes y después decidieran que era lo que deseaban hacer, si seguir como en la actualidad o alejarse de alguno de los dos padres, o quien sabe, tal vez hasta de los dos.

Para él, estar alejado de sus hijos no era una idea difícil de concebir. Pues aunque lo tacharan de mal padre, prefería dejar que sus hijos se hicieran solos y a su manera.

Tal vez en su filosofía de vida tenía mucho que ver el hecho de que él había tenido que crecer solo una vez que su abuelito no pudo continuar el camino de la vida con él.

Era seguro que había optado por seguir el patrón del padre ausente sin siquiera sentir angustia por abandonar a su primer hijo a su suerte, con alguien cuyas rencillas estaban bastante recientes.

Pero Milk era un caso diferente en su totalidad, pues sabia desempeñar de manera perfecta los roles de esposa y madre. Así que aquello de dividir a los hijos era una idea que no le entraba en la cabeza por respeto a su mujer.

Después de haberse enterado de la situación actual de quienes alguna vez fueron la familia Son, todos los amigos y compañeros de batalla de Goku, estuvieron de acuerdo con dejar que Gohan y Goten supieran la verdad de boca de sus padres. Y aunque a Piccolo seguía sin gustarle la idea, tampoco pensaba inmiscuirse en asuntos que no eran suyos. Pero eso no significaba que si Gohan se enteraba de lo que sucedía entre sus padres, él no lo ayudaría a afrontar y mirar la situación desde un punto positivo. Después de todo el cariño que sentía por el hijo mayor de Goku, no cambiaría jamas.

Cuando Goku anuncio que partiria, todos le hicieron prometer que la próxima vez que los visitara, llevaría a Lazuli para que la conocieran. Y aquello fue algo a lo que el saiyajin no pudo negarse, porque en cierta manera, a él también le entusiasmaba la idea de que ella conociera a sus amigos.

RELATO CORTO DE GOKU Y MILK #Wattys2019 #Wattys2020Donde viven las historias. Descúbrelo ahora