capítulo 2

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          Había pasado unas horas y todos  disfrutaban entre el baile, las conversas y risas, hasta bebí ron después de todo, un tipo guapo cruzaba miradas de vez en cuando desde el otro extremo del bar y Chad se me había acercado para sacarme a bailar a lo cual accedí y se sentía bien hasta que empezó de nuevo con su retórica de siempre, ¿acaso no se cansaba de que lo sacara tantas veces de bando?.

- Maddy dame un oportunidad, no sé por qué te niegas a tener algo conmigo. Sabes que te amo y haría cualquier cosa por hacerte feliz- dijo con una voz que reflejaba desesperación- dame una oportunidad Maddy solo una.

   - No Chad, enserio te lo digo de buena manera, eres una muy buena persona pero justo ahora no deseo nada con nadie, quiero concentrarme en mis próximos estudios y en el trabajo para seguir con mis planes- le explique retrocediendo y alejándolo un poco con mi mano de la cercanía que él había creado entre los dos- compréndelo Chad, no es la primera vez que te lo digo- dije algo ofuscada.

 - Maddy, qué más da; tu estas sola y yo también, además he hecho muchas cosas por ti que me han salido caras, no creo que nadie más lo haga de esa manera por ti- lo mire tajante mientras la rabia me invadía.

 - Párate ahí Chad y dime, en algún momento te pedí que hicieras algo o todo lo que dices que hiciste por mí, No ¿cierto?.. Pues justamente es eso, ¿siquiera sabes que es dar u ofrecer algo por cariño?- espere su respuesta- Tal y como veo NO. cuando uno quiere y da algo a otra persona precisamente por ese cariño que se dice tener lo da por que le nace hacerlo y no esperando algo a cambio. Tenemos una visión muy diferente de lo que es el cariño y aún más el amor Chad- miré sus ojos azules fijamente como queriendo que entendiera de una vez por todas el mensaje, pero ya no lo aguantaba más- ¡¿sabes qué? Mejor pudrete! - tomé aire calmando mi ira. Cómo se atrevía si desde un comienzo le había dejado las cosas claras y ahora me echaba todo en cara.

  - Chad en una maniobra agarró mi cabeza acercándome a él logrando rosar sus labios con la mitad de los míos ya que por suerte alcance a girar mi rostro -¡Suéltame!- grité mientras lo apartaba y lo abofeteaba- No vuelvas a tocarme en tu vida - salí apresurada al balcón que tenía el bar.

        El frío de la noche acaricio mi rostro, me agarre de los barandales y cerré mis ojos tratando de relajarme, luego mire hacia la nada sin sentir ni pensar en algo. Volví a cerrar mis ojos y tome bocanadas de aire, pensé en que ya era tiempo de irnos además ya mi estómago empezaba a rugir del hambre, así que di un paso atrás del barandal para ir en busca de Sara pero al girar tropecé con algo duro haciendo que devolviera el paso que había dado chocando contra el mismo barandal seguido del ruido del cristal colisionar contra el piso. Cuando fije mi vista, observé una camisa blanca llena de líquido y por consiguiente manchada de lo que parecía ser vino tinto. Me tense y rápido pensé en qué hacer y de la misma manera dar una disculpa al dueño de la sofisticada camisa.

  - Disculpa no fue mi intención, déjame ayudar a limpiarte- dije acercándome al hombre con un pañuelo que segundos antes saque de mi cartera el cual solía utilizar para limpiarme el maquillaje cuando lo usaba cosa que era muy ocasional – quieta niña- dijo el hombre haciendo que subiera mi cabeza encarando su rostro, era el mismo tipo con el que cruzaba miradas dentro del bar – no te atrevas a tocarme ni una mínima parte- lo mire extrañada y retrocedí con mis manos en alto me lo imaginaba diferente.

 - Solo quería ayudar- respondí temerosa mientras ponía mi mirada fija en sus ojos- río sutilmente alzando una ceja mientras avanzaba hacia a mi haciéndome sentir diminuta. Cogió mi muñeca  mientras me retaba con la mirada- ¿acaso piensa que una arpía como usted podría ayudarme en algo?- dijo serio con una pizca de furia, Como si me conociera don perfecto.

         Cogí el brazo del hombre que tenía agarrada mi muñeca izquierda para salir de su encierro y largarme del lugar.¿ Quién demonios se creía? me disculpé, intenté limpiar el desastre y de una u otra manera habría mediado la situación buscando soluciones como me lo enseño mi madre; pero si no quería mi ayuda don señor frío y déspota quien había osado en llamarme '' arpia'' pues bien, hice en cuanto pude pero tampoco iba a quedarme escuchando sus insultos.

     Di un paso decidido para marcharme, pero sin logro alguno de huir de su agarre haciendo que por el contrario me devolviera al sitio donde me encontraba hacía un segundo antes y colocó su mano firme, fría y grande sobre mi cuello haciendo presión de manera brusca en mi clavícula con su pulgar lo que hizo que soltara un jadeo apenas audible, se notaba que tenía bastante fuerza el tipo; pero no le iba a dar las de ganar.

  -¿Ya piensa marcharse?- dijo sonando más condescendiente pero al final como una advertencia.

  -  Bbfff-  solté un bufido pareciendo estar cansada y aburrida. Se creía muy majestuoso el tipo - ¿Acaso tendría que quedarme a esperar que acepte mis disculpas?

      Demian

  - ¿Ya piensa marcharse?- pregunte a la chica agarrándola con fuerza explosiva por su cuello haciéndola soltar un jadeo que pude escuchar a la perfección pero rápidamente se recompuso. Apreté aún más su muñeca deteniéndola haciendo que pusiera su mirada en mí.

 -  Bbfff- soltó haciendo que mirara sus carnudos labios-  ¿Acaso tendría que esperar a que acepte mis disculpas? - dijó con ironía a la vez que reía haciendo que me molestara

- Pues no parece que tenga muchos modales - puso los ojos en blanco, aborrecía que hicieran eso.

- El que no sabe de modales es otro - rio- no soy yo la que tiene sujetada a una chica con tal fuerza como si quisiera golpearla ¿ Quiere golpearme por su camisa manchada? O ¿ Esta acostumbrado a tratara las mujeres de esta forma?

     Seguí viendo sus carnudos labios moverse mientras soltaba su furia. ¿Enserio estaba haciéndolo?, nadie se había atrevido a llevarme la contraria mucho menos a hablarme de esa manera y ella no iba a ser la primera.

        De un solo movimiento gire su cuerpo y agarre firmemente el otro lado de su cuello pegando su espalda a mi pecho - rio y eso hizo que encendiera mi rabia, siquiera sabía que decirle.¿ Qué me sucedía? nunca me quedaba sin que decir y mucho menos con este tipo de arpias como ella. Ya la había dejado avanzar y a como dé lugar esto no se quedaría así.

- ¿ ahora qué... Piensa lanzarme al pavimento desde el balcón?- no pude más, cogí su barbilla con mi mano derecha y me pegué más  a su cuerpo, traje su cabeza hacia mi hombro derecho y me acerque a su oído - Pequeña... Tenga claro una cosa -  le hablé guardando una pausa -No sabe  que se acaba de meter, pagara por todo esto incluso  aprendera a respetarme y habrá deseado no haber dicho ni una sola palabra de lo que dijó - Ella se movía tratando de soltarse pero le era imposible, había conseguido mi cometido de ponerla nerviosa.

     Maddy

        Cerré y apreté mis ojos, la presión que el tipo estaba haciendo era más insistente que la de hacía unos minutos. Mi mandíbula ya dolía, seguro y me quedarían moretones y no solo en ella si no en mi cuello y ni que decir de mi muñeca.

 -   No sabe en  se acaba de meter, pagara por todo esto incluso aprendera respetarme y habrá deseado no haber dicho ni una sola palabra de lo que dijo - abrí mis ojos y me topé con el cielo vacío, oscuro y fruncí el ceño. ¿Qué le daba a este?, Ciertamente estaba asustada además de escuchar el " pequeña"... por Dios, cómo odiaba esa palabra. Aunque de una u otra manera logró que divagara sobre lo que dijo, pero ¿qué me pasaba? y ¿de que va esto? lo obvio era que al salir de Monty Bar, jamás volvería a verlo en mi vida y ya que recordaba tenía hambre y se me antoja justo ahora la comida de la madre de Sara... Me canse de este juego.

 - Suéltame, me haces daño, suéltame te lo pido!- dije algo forzada por su agarre y mirándolo por el rabillo del ojo- por favor- seguí sonando quebrantada- viajó con su mirada desde mis ojos hasta mis labios, después de lo que pareció una eternidad me soltó de golpe haciéndome perder un poco el equilibrio, volví a mi postura firme más rápido de lo normal que hasta me sorprendí, ya no estaba tan cerca del hombre y le di una mirada llena de odio-  sus ojos destilaban ira, y pude observar una oscuridad tan sobria e intrigante. ¿Había armado tremendo show apenas por una camisa manchada?, Si se veía que tenía dinero y una simple camisa no era nada para él, podría comprarse muchas más.

 -  ¡Una mirada y un futuro agonizador!- dijo sonriendo de lado, con una voz ronca y alzando una ceja causando el recorrido de un escalofrió por todo mi cuerpo.

- Idiota- pronuncie girandome y pasando por su lado para entrar por fin al bar y buscar a Sara para de una vez irnos a su casa, ya eran más de las 9 y su madre seguro ya la estaba llamando- busca un psicólogo, porque estás mal - menos mal no me detuvo más, porque no sabría que hubiera sucedido.

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