Capítulo 28

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Pequeña... esa palabra me perseguiría el resto de mi vida.

Tenía miedo, miedo de lo que sucedería conmigo de ahora en adelante, sabía perfectamente que Aron se desquitaría conmigo por lo de hacía varios años y, aunque yo quisiera hacer lo mismo con él, mis intentos en estos momentos serian efectivos en un 1% en una escala de 10, Aron era un hombre poderoso y muy malo, si yo pensaba que Demian conseguía siempre lo que él quería, Aron a comparación no escatimaba con ningún detalle; esta vez me destruiría por completo, lo sabía.. lo notaba en sus ojos, ansia, necedad, lujuria, tortura, furia, montones de emociones más pasaban por sus ojos mientras yo me hacía cada vez más pequeña, mi cuerpo temblando ante su asquerosa cercanía ¿ mi mayor temor? Que el hiciera daño a mi hijo.

¿Cuándo?¿cuándo podría ser feliz en realidad, sin mentiras, sin intrigas, sin dolor? Demian me mostró fragmentos de esa felicidad, que ahora sabía bien que no fueron verdad, que el amor que me había jurado en el altar había sido toda una mentira ¿ mi matrimonio? Un fracaso.

- ¿Cómo olvidar esos labios? – hablo Aron luego de besarme

- ¡Quítame las manos de encima! - Eran tantas las náuseas que me provocaba que no aguante y termine por golpearlo en sus testículos con mi rodilla haciéndolo dar unos pasos hasta toparse con s auto. Error, total error.

Aron se desencorvo de la posición casi fetal con la que aguantó el dolor, hizo una seña a sus guardaespaldas y estos me soltaron empujándome hacia donde él estaba, me agarró por la garganta, yo tosía por el oxígeno que me hacía falta y vi su rostro lleno de rabia.

- ¡¿Sabes cuánto tiempo dure encerrado por tu culpa?!- preguntó ahora sujetando un montón de mi cabello desde atrás

Sabía perfectamente el tiempo que duró encerrado, eso había sido poco por todo lo que me hizo.

- ¡¿sabes cuánto?- preguntó de nuevo estrellando mi rostro contra la puerta del auto.. primer golpe

- ¡ay!- exclamé tras el golpe, tocando con mi mano al lado izquierdo de mi frente ¿ por qué siempre tenía que ser con la puerta de un auto?

- ¡Siete, siete malditos meses! - recibí otro golpe de la misma manera, esta vez cayó en el centro de mi frente.. segundo golpe - ¡ayy! – exclamaba yo combinado con las lágrimas que seguían cayendo

- ¡ ¿ quieres saber qué pasó ahí dentro?! - empujo otra vez mi cabeza hacia la puerta pero alcance a poner mis manos para amortiguar el golpe y que no fuera tan fuerte, aunque estropeaba los anteriores.. tercer golpe

-¡PARA POR FAVOR! ¡PARA! PARA! – gritaba desesperada llorando

- ¡¿Quieres saberlo?! - dijo con un tono de voz más alto, seguido de empujarme con más fuerza contra la puerta a lo cual no alcance a poner mis manos y otro golpe llego donde había recibido el primero, mis manos chocaron contra la ventana del auto a manera de reflejo y mi cuerpo retrocedió con fuerza.. Cuarto golpe

Sentí sangre correr por mi entre cejo, el pánico de lo que podría avecinarse se incrementaba, recibir golpes así en mi estado era peligroso para mi bebe, solo podía gritar que parara, era lo único que lograba decir antes de recibir un empujón contra el auto

- Te voy a enseñar qué fue lo que sucedió – empujo mi cabeza haciendo que chocara más duro de lo anterior con la ventana, haciendo que mi cuerpo rebotara y fuera a parar al piso.

Se agacho acercándose a mi cuerpo y estrelló su puño contra mi quijada.. Quinto golpe. Movía mis brazos para tratar de cubrir mi rostro pero él lo evitaba, otro puño en mi ojo izquierdo.. Sexto golpe, estrelló otro contra mi pómulo izquierdo... séptimo golpe.

Se puso de pie y dio una señal a sus hombres para que me subieran a uno de sus autos, mi cuerpo había dejado de reaccionar, observaba los movimientos de los hombres en cámara lenta, siete, habían sido siete golpes, justo los siete que duró el en la cárcel.

Los guarda espaldas levantaron mi cuerpo en un solo movimiento desde mis brazos, en ese momento no sentí más dolor que en mi parte baja de mi vejiga que se extendió desde mi estómago hasta mis piernas, jamás sentí dolor tan fuerte como ese, algo sucedía con mi bebe, di un grito gutural, lleno de rabia y frustración, sentí como algo empezaba a bajar por mis muslos, dolía demasiado, demasiado. Aron abrió la puerta del auto y los hombres hicieron que caminara hasta el lugar, no podía moverme, el dolor era insoportable, giraron mi cuerpo para adentrarme y pude ver a otros dos hombres sosteniendo a Demian, quien me miraba con lastima; no me importo, si algo sucedía con mi bebé jamás lo perdonaría, jamás. Me introdujeron al auto y al instante entró Aron. No podía respirar bien, apretaba fuertemente mis ojos del dolor y estrujaba la tela de la silla. El auto prendió en marcha saliendo del lugar.

- Por favor..- logré decir – ¡por favor llévame a un hospital!

- ¿ a un hospital? – rio Aron

- Por favor – tome aire- ¡por favor, estoy embarazada, llévame a un hospital, te lo suplico!

Aron bajo su mirada hacia mis estómago y luego siguió el camino más abajo

- ¡Mira como estas ensuciando mi auto puta estúpida! – dijo con cara de asco

- ¡por favor, un hospital, por favor! - dije agarrando su brazo con fuerza – ¡haré lo que quieras pero llévame por urgencias! – observo mi mano y miró hacia el frente

- Leo, llévanos al hospital más cercano – hablo tranquilo

- Gracias – fue lo único que dije

- Escúchame bien estúpida, te llevaré, pero ni se te ocurra jugar sucio porque sabes bien cómo te puede ir - dijo tomando con fuerza mi cabello

Asentí como respuesta, solo quería que mi bebe estuviera bien, solo eso.

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