capitulo 54

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Maddy

Al otro lado de la puerta oía la voz de Lily, salí del baño con la ropa ya puesta encontrándome a la chica recogiendo las sábanas y otras prendas, hablaba sobre arreglar la habitación, pero mi mente dejo de oírla mientras caminaba hacia donde estaba la caja de donas de la noche anterior, me detuve justo en el momento en que una de sus manos tomo la chaqueta de Tito como cualquier otro trapo, rápidamente agarré de un de las mangas la chaqueta y la jale de prisa.

- hay que lavar todo, inclusive eso - dijo mirándome con una sonrisa puesta en sus labios

- Te lo voy a decir una sola vez niña - alzó sus ojos poniendo su mirada en la mía cuando la llame niña - no toques mis cosas, no sin antes hablar conmigo, de lo contrario no seré cortés.

Puse la chaqueta de Tito sobre mis hombros y me encamine por primera vez a la salida de la habitacion. El sol se posó sobre cada parte de mi cuerpo haciendo más presión sobre la piel descubierta, seguí el camino por el pasillo largo topándome con el balcón donde una vez Demian mostró toda su ira.... Tan diferente al hombre que mostraba ser ahora.

Baje con cuidado las escaleras, aún mis costillas me recordaban su presencia, llegue a la primera planta y crucé de largo hasta la cosina busque una cajetilla de fósforos y luego caminé hacia la entrada principal, salí y caminé por todo el pasto deteniéndome debajo de un árbol. Acaricie su corteza prestándole atención a cada sensación que atravesaba la yema de mis dedos, eso representaba lo viva que me encontraba, seguí mi camino hasta llegar a una pequeña colina que me recordo el lugar donde Vi con Tito caer todo el imperio de Aron.

Cerré mis ojos y tome una bocanada de aire, era libertad pura, eso era el viento y esa era la libertad que quería. Del bolsillo interior de la chaqueta de cuero saqué un paquete con unos cuantos cigarros que le habían pertenecido a Mark, no se dió ni cuenta cuando se los quité, tome uno y lo puse sobre mis labios, guarde el resto de nuevo en la chaqueta, tome un Cerillo y resbalando lo con la lija dió paso al fuego, encendí el cigarro transportandome a la presencia de Tito.

Recordaba todo ese poderío que emana con su característica forma de hablar, sabía bien que debiamos separarnos y que esto duraría por un tiempo, no esperaba que fuera por mucho pero quería salir de aquí.

-No creo que fumar estuviera dentro de la dieta que te dió mark - di una calada

- Debería preocuparte mas el que no inicie un incendio en este lugar - el humo salió de mi interior

- Me importa más tu bienestar - por el rabillo del ojo observé cómo movia la faja que debía poner sobre mis costillas

- Estoy bien, no tienes que andar por todo el recinto para decirme que debo hacer.

- ¿Estás enojada con Lily? - preguntó cambiando de tema

-¿ Debería de estarlo? - el humo salía

- ¿Quién es él Maddy? - habló colocándose frente a mi

- Eso no debería de importarte Demian - sus ojos conectaron con los míos

- ¿ Tienes sentimientos por él? - si... Pero no como por tí

-¿Qué haces? - su cuerpo se acercó más al mío

¿Que hacía? No debería estar preguntando nada de eso, yo no debería de importarle, no debería de sentir lo más mínimo por mi, no porque cuando llegara el momento de irme, debía ser lo más fuerte que alguna vez fuí y poder dejarlo

- ¿ Qué hago? Todo lo que debí de ser y no fuí - puso un mechón de mi cabello detrás de mi oreja

No quería estos momentos que me hacían sentir tan viva pero al tiempo me llenaban de recuerdos. No podía dejar que eso se avecinara. no, mis sentimientos no iban a jugarme una mala pasada, esta vez no sería yo quien perdiera... Esta vez no.

- Maddy, te Amo. Quiero estar junto a ti, de todas las maneras posibles, recomponer todo lo que yo rompí.

- No deberías hacerlo - el humo atravesó por encima de uno de sus hombros.

- ¿ Por qué no? - preguntó intrigado

- No te conviene en absoluto

- ¿ Por qué no habría de convenirme, Maddy?

- Porque no te conviene estar con una puta - mire sus ojos, mis palabras habían Sido látigos para él

Tensó su mandíbula y después de unos segundos habló - No eres una puta Maddy, nunca lo serás. Eres mi esposa y voy a hacer todo, escúchame bien - tomó mi mentón - Todo para que no dejes de amarme

- Te notas muy seguro Demian - sonreí de lado

- Aunque tus ojos me muestren frialdad, tu alma me muestra lo mucho que sigues amándome - orgulloso

- No Demian, no te equivocas... Tienes. Razón - sonreí de lado pícaramente - Aún sigo amandote como antes - y era verdad

Era verdad, pero no podía dejar que eso fuera más grande que yo.

Tomando mi nuca, puso su frente sobre la mía - Te quiero a mi lado siempre..

Me beso y disfrute del beso pero al final siempre recordaba en el lugar debería de estar.

Demian

- Este fin de semana habrá un evento ¿ Me acompañarias? - pregunté

- ¿De qué es el evento? - frunció en ceño

- sobre recolección de fondos para una fundación que se hace cada año - Apagó el cigarro. No preguntó nada más, solo asintió con la cabeza.

- Bien, pues debería fajarme si quieres que vaya al evento - señaló mis manos donde se encontraba la dichosa faja.

Caminamos a la par hasta llegar a su habitación, retiro su chaqueta y luego empezó a desabrochar uno por uno los botones de su camisa. Veía como las montañas de sus senos se asomaban, no llevaba sujetador y eso me encendió, alzó su rostro y pícaramente sonrió.

No dí tiempo para pedir permisos o disculpas, solo para tomarla entre mis brazos y llevarla hasta su cama; subí sobre su cuerpo y ella pareció no querer darme reprimendas. Bese sus labios con suma tranquilidad, ella aceptó mi beso, con ansias, cómo si deverdad quisiera que la besara.

Baje por su cuello llegando hasta sus senos, dejó que disfrutará de cada uno de ellos, mordiendo, succionando mientras sus pulmones tomaban aire entrecortadamente, seguí bajando hasta detenerme en la pretina de sus leggins, jugué por un rato en el lugar esperando que me consediera el permiso de retirarlo y así lo hice, su cuerpo se tensó y sus ojos me pidieron más. Roce la yema de mis dedos por sus caderas, bese cada una de ellas hasta llegar a su sexo, jugué con el como un niño que no había probado dulce hacía mucho tiempo, y sus gemidos hacían quererme venir, sus manos apretaban las sábanas por encima de su cabeza, llevándola al clímax, se rompió; ya no había momento para las disculpas, para los arrendamientos, solo para los dos para el aquí y el ahora, para nuestro amor.

Retirándome de entre sus piernas, me puse de pie para retirar mis prendas de vestir. Su respiración me dejaba saber cuan exitada se encontraba, subí de nuevo sobre la cama y bese sus labios.

- jamás de voy a dejar ir....


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