capitulo 33

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- ¡ A CASO ME QUIERES JODER PEQUEÑA PUTA! - grito acercándose de nuevo a la cama -¡TE ENSEÑARE A QUE CONMIGO NO SE JUEGA NIÑA ESTÚPIDA!

Se subió a la cama y con sus manos hizo presión sobre mi garganta hasta sentir que me faltaba el oxigeno, soltó mi garganta y empece a toser al tempo que intentaba agarrar aire. Sentí que jalo de mi cabello y escuche el click del encendedor, mientras tosia, empece a oler a quemado ¡ era mi cabello! Olía a chamuscado.

- ¡ APAGALO! ¡APAGALO! -gritaba de la desesperación  - ¡ APAGALO, POR FAVOR!

Sentí arder mi pecho al lado derecho, me movi para que el cabello cayera a la cama y que no siguiera lastimandome en el pecho. Empezaban a escurrir lagrimas mientras veía mi cabello arder.

- ¡ TITO! - grito Aron y Tito entro de prisa - ¡Arregla esto! - recogió su pantalon y salio  de la habitación.

Tito actuó rápido y vacio la jarra de agua que se encontraba en la mesa de noche en mi cabello apagando el agua, me miro y luego me abrazo.

-shh.. Aquí estoy, aquí estoy - decía intentando calmarme.

Cuando logré  hacerlo, vi el cabello quemado sobre la cama, Tito se dio cuenta y se levanto de la cama.

- Ven - me tendió la mano -  vamos a arreglar eso.

Tome su mano y me levante, me llevo hasta el baño y observe que buscaba algo en loa cajones que se encontraban bajo el labavo, vi que saco una tijera, se levanto y me miro.

- Girar- eso hice y quede frente al espejo.

Mis ojos recorrieron las lagrimas que bajaban por mis mejillas,  los moretones  que aun tenia en mi rostro y luego llegaron a mi pecho, estaba bastante rojo y ardía, seguro me aguardaba una gran ampolla.

Tito hiso mi cabello hacia atrás, lo acomodo y empezó a cortarlo.  cuando termino,  observe mi cabello a la altura de mis hombros, me veía diferente, extraña.

- pero hermosa - dijo Tito cortando mis pensamientos, justo porque él sabia precisamente cuales eras los pensamientos que pasaban  por mi cabeza.

- ¿ tu crees?- pregunte acicalando las puntas del nuevo corte sobre mis hombros.

-Eso es justo lo que pienso - guardo en su lugar las tijeras luego de limpiarlas - Aunque si sigues así, vas a quedar calva chica.

Su comentario hizo que me riera, risa que el siguió mientras se sentaba en el escusado.

- Entonces, supongo que valió la pena morderle su pene - dije componiendome de la risa

-  ¡¿ Que hiciste qué?! - pregunto con asombro y una mirada reprobatoria - se puso de pie.

- Mordí su pene con toda mi rabia -respondí con una mini sonrisa 

- Por Dios Maddy, debes controlarte - se acerco y tomo como de costumbre mi rostro entre sus manos - Te necesito aquí, bien o lo mejor posible.

- Tu eres lo que me mantiene aquí. No se que haría sin ti - trague saliva.

- Debería ser suficiente y no cuando intenas pedirme esa porqueria - movio mi cabeza

- las necesito, cuando no estas, es lo único que logra sacarme de este lugar.

- ¡ NO MADDY !  ¡ QUE NO! No quiero verte convertida en una drogadicta, te quiero aquí justo en tu maldita realidad ¡ NO LO ENTIENDES! - dice apretando su agarre a mi rosndo.

- Estoy cansada Tito, cansada. Estoy casada con una persona que me dejo aquí, aquí bajo las manos de Aron, el mismo que me violo hace varios años, al que no le importa que sea su sobrina, ni golpearme con un hermano que desaparecio dejandome sola Y ¿mi esposo  que? a lo mejor tampoco lo vuelva a ver, pero ¿por qué me iba a importar volverlo a ver? Él me hizo esto, me convirtió en lo que soy, en una puta  y ni siquiera sé que fue lo grave que le hice para que me tenga tanto odio. Estoy cansada, ¡CANSADA TITO!  - llore entre sus brazos.

- Saldremos de aquí,  a lo mejor no en las mejores condiciones, pero prefiero eso a que estemos muertos ¿no?

- si.. tienes razón.

Después de eso, Tito puso crema sobre la quemadura en mi pecho y me acaricio junto a la ventana hasta que cambiaran las sabanas de la cama. Ese día supe que él había sido la única persona sincera que tenia a mi lado y en realidad la unica ¿ a quien mas tenia? Él era mi unico amigo, en quien podía confiar.

...........

Había perdido la cuenta de los días que llevaba en este lugar. Tito tuvo que salir hacia como una tres días.  En ese tiempo Aron me había puesto en el lugar de su sirvienta. si quería un trago, yo debia servirselo, debía seguirlo, ponerle su chaqueta cuando salia, quitársela cuando llegaba, servirle de reposadera de sus pies y una infinidad de cosas más, sumándole el hecho que siempre debía ir con un atuendo que enseñaba mucho de mi piel, eso ni siquiera era un atuendo; eran apenas pequeñas tiras de tela unidas  a ciertas áreas de mi cuerpo.

Extrañaba a Tito, esta vez no podía curarme los golpes que Aron o alguno de sus hombres me propinaban, pues no tenia el privilegio de un botiquín,  por el contrario tenia que maquillarme y por si fuera poco ya no contaba con el privilegio de la habitación; ahora había empezado a dormir en un incomodo colchon dentro de una habitación en lo mas recondito de los sótanos con los que contaba la mansión, mas que una habitación era como un calabozo que tenía una luz que la mayor parte del tiempo permanecía apagada, había una pequeña ventana con barrotes que  me recordaba al cuarto que Demian  una vez me llevo, solo que este no tenia barro pero si hacia bastante frío y mi cuerpo lo sabia.

Un hombre de confianza de Aron, siempre venia muy temprano para lo cual ya debía tener puesta las diminutas prendas y debidamente maquillada, mas bien exageradamente maquillada y otro hombre siempre me traía de regreso lo suficientemente tarde para poder dormir alrededor de dos o tres horas según podía ver un reloj ggigantesco en uno de los pasillos por el que siempre pasaba.

Conte 13 días hasta volver a ver a  Tito, sentí tranquilidad ante la angustia que había pasado tras pensar que algo malo podía haberle sucedido.

Cuando lo vi en el gran salón, Tito tuvo que aguantar la rabia y destenzar  sus manos tras haberlas convertido en puños, cambiar su postura y ponerse al servicio de Aron de inmediato. Por suerte Aron no se dio cuenta, pues estaba de espaldas hablando por teléfono, si lo hubiera hecho, no hubiera escatimado en hacer conexiones que no nos convenian ni a Tito ni a mi.

- Todo salio como lo esperabas - hablo Tito una  vez Aron colgó su teléfono.

- Que bueno saberlo. Sabia que podía confiar en ti, tu nunca me defraudas- contesto Aron feliz, dándole palmadas en el hombro de mi amigo.

- ¿ cuanto quieres por mi hermana? - escuche una tercera voz en la estancia.

No podía ser, jamas olvidaría esa voz.

-Josh - dije con una amplia sonrisa

Josh estudio mi cuerpo, trago saliva, empuño sus manos como hacia un rato Tito y yo di un paso el cual Aron freno. Quería abrazarlo, abrazarlo fuertemente.

- Ni se te ocurra dar un paso más pequeña - dijo Aron apuntándome con su dedo indice moviendolo de lado a lado acompañando su frase en un NO - No queremos ver a tu hermano con un yeso en la pierna ¿ verdad?

Detuve mi cuerpo de golpe. Era una amenaza.

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