Cap.8 Una Mujer de Negocios

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Por fin llego el día de la lectura, ella no pensaba ir sola, necesitaba el apoyo de su padre, y cuando discutieron esto, decidieron que llegarían al despacho del notario por sus medios, no querían que el abogado vaya a buscarlos.

Muy a su pesar este último acepto y coordinaron encontrarse a las 10 de la mañana en la dirección que les facilito.

Ana y Ray montaron a un taxi y se dirigieron al lugar. Ninguno de los dos decía mucho, ambos querían que acabe pronto, a fin de que puedan seguir con sus vidas.-

Llegaron al edificio que se encontraba en la parte más concurrida y elegante de NY, subieron hasta el piso 20 y cuando entraron se deslumbraron, todo era color madera y verde, de excelente gusto, al salir del ascensor se encontraron con un escritorio color ocre que estaba colocado en el medio de la estancia, habían plantas naturales a ambos lados y dos cuadros muy preciosos al oleo que completaban la vista, detrás del escritorio estaba una secretaria de mediana edad que cuando los vio aparecer, salió a su encuentro, Ana pudo notar que vestía elegantemente, tenía el cabello pelirrojo, ojos verde esmeralda y una sonrisa cándida, llevaba un traje gris oscuro y unos zapatos de tacón que resonaban en el mármol del vestíbulo, Anastasia miro sus ropas y se sintió fuera de lugar, su padre llevaba un traje sencillo azul y una camisa blanca sin abotonar, ella se había puesto una falda marrón tierra con una blusa verde musgo y un saco negro, sin maquillaje, con el cabello recogido en una coleta y unas ballerinas, Kate intento convencerla de que llevara uno de sus trajes ejecutivos y unos tacones pero no lo consiguió y ahora se arrepentía, cuando la Sra. confirmo quienes eran les solicito que tomaran asiento, les acerco unas bebidas y les indico que aguarden.

Solo se habían sentado por dos minutos cuando una puerta que estaba a la derecha de los sofás se abrió y de ella emergieron dos hombres, el primero un hombre canoso de unos 60 años o más pensó Ana, impecablemente trajeado , de ojos marrones, con barba toda blanca y cabellos grices que cuando dirigió su mirada hacia donde estaban ella y su padre sonrio lo cual hizo acrecentar mas las arrugas de su rostro.

-Srta. Steel, permítame presentarme, soy William Masey, Notario y amigo de su difunto padrastro y de su madre, antes que nada permítame presentarle mis condolencias - dijo el caballero extendiendo la mano, Ana y su padre se levantaron ella se adelanto y tomo su mano con firmeza.

-Gracias Sr. Masey, este es mi padre Raymond Steel, espero que no haya inconveniente pero deseo que esté presente en la lectura - decía Ana, a la vez que soltaba la mano y observaba como el caballero volvía a extenderla a Ray y sonreía mostrando unos pocos dientes.

-Por supuesto que no, Sr. Steel un placer - dijo

-Igualmente - apunto Ray.

El hombre dio unos pasos hacia atrás y esto causo que el otro caballero se adelantara, este era un muchacho joven, muy apuesto, según Anastasia pudo observar, llevaba un traje negro con pequeñas rayas blancas, una camisa blanca y una corbata azul, tenía el cabello castaño claro, casi rubio, ojos verdes, labios bien perfilados y cuando se acerco, extendió su mano hacia Ana y con voz suave dijo

-Srta. Steel, soy Mike Amold, el encargado de los asuntos legales de su madre y su padrastro, mis mas sentidos pésames por su pérdida - Anastasia tomo su mano y la apretó y cuando lo miro a los ojos vio algo en ellos que no pudo identificar.

-Sr. Amold, muchas gracias, y gracias por todo lo que hizo para que pudiéramos llegar y por concretar esto tan rápido. El es mi padre Raymond Steel -soltando su mano y señalando hacia Ray.

Sombras tristes y oscuras. *Completa*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora