cap.62 Madre hay una sola

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Cuando llegó a su casa Christian fue directo al cuarto rojo, se paró en la entrada mismo y lo observó con detenimiento, él sabía que pese a que Elliot lo había defendido, dentro de todo su padre no estaba equivocado, él era un sádico, un monstruo al que le gustaba golpear mujeres, someterlas a su voluntad y tenerlas a sus pies...excepto con Ana

Ella lo hacía mejor hombre, ella quitaba la compulsión y lo hacía más humano, pero ella no estaba se había ido hacia mucho y ni siquiera sabía si volvería.

Le dio una última mirada a la habitación, pero lo único que veía era la cara de decepción de sus padres y la mirada condenatoria de Mía, tal vez Ana se cansó de él, de su monstruo, tal vez Mía tenía razón y por eso se fue. Caminó despacio por el pasillo hasta llegar nuevamente a la planta baja.

No le había informado a Taylor que fue lo que paso, tampoco tenía sentido, se sentía atrapado en su propia vida, se había cumplido la amenaza, había arruinado algo, sus padres se habían enterado de su perversión y de la peor manera, puso las manos en sus bolsillos y encontró algo, lo sacó y vio que era la foto que le había arrojado su padre, estaba a punto de romperla cuando escucho el ping del elevador

Al abrirse la puerta Grace emergió de allí, su rostro estaba todavía rosáceo tenia la mirada nerviosa, él se quedó mirándola, sin moverse de su lugar, sentía que no podía soportar ningún reproche más pero no se atrevía a pedirle que se vaya, ella al verlo caminó hasta donde se encontraba y sin importarle la reacción que él pudiera tener, le dio un abrazo rodeando sus brazos en su cuello y apoyando la cabeza en su pecho, Christian se quedo ahí petrificado, lo último que esperaba era esto, Grace empezó a sollozar y habló atropelladamente.

-Perdóname Hijo, perdóname por favor, por favor no te alejes de nosotros, te amamos, yo te amo y no me importa el estilo de vida que tengas, solo me importas tú... por favor Christian perdóname... - ya no pudo continuar

Christian sintió un cosquilleo en la garganta y que sus ojos le picaban, al final de todo, pese a que era él quien había causado el dolor, era su madre la que venía a disculparse, no peleó mas con los sentimientos que lo invadían y abrazó a Grace y se dejó abrazar.

Esta empezó a sollozar más fuerte, mojando toda la camisa de su hijo, pero no se atrevía a moverse, sabía que él la necesitaba ahora más que nunca.

Christian sintió una sensación de calor llenarle el pecho y se dejo estar, necesitaba en ese momento el cariño de su madre, ahora no entendía porque tanto tiempo había rehusado el contacto con ella, sabía que tenía traumas, que no quería que lo toquen por temor, pero en el fondo siempre supo que Grace jamás le haría daño, pero nunca pudo superar el miedo.

Se quedaron así un rato, hasta que ambos respiraron normalmente, cuando se soltaron Christian acompaño a su madre al sillón, la dejó ahí y fue en búsqueda de dos vasos de agua, cuando volvió, los dejó en la mesita de café, Grace tomó un gran sorbo mientras secaba sus lagrimas como un pañuelo, como pudo le dio una sonrisa de agradecimiento.

-Mamá... estas bien?

Grace sonrió - Si hijo, no te voy a negar que estoy conmocionada (ante esto el rostro de Christian se descompuso, Grace se en continuar) pero yo no voy a juzgarte hijo, lo que tú hagas en tu vida privada, es eso, privada.

Christian le dio una mirada avergonzada - y Papá?

-tu padre y tu hermana, ambos están terriblemente avergonzados por su comportamiento, y eventualmente se acercaran cuando tengan valor - se inclinó hacia adelante hasta tocarle las rodillas - por favor hijo, cuando lo hagan, no los rechaces - Christian le hizo un gesto de afirmación - bien.

Sombras tristes y oscuras. *Completa*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora