Cap.43 El cuarto Rojo

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A/N primero, Aidalam perdona por no actualizar ayer, espero que el.capitulo compense la espera, segundo, tuve que acortar el.capitulo, así que cuando pueda levanto la otra parte, y tercero, quiero sus opiniones ya que tengo otra historia en la que estoy trabajando y quería saber si les interesaría leerla, solo tengo escrito pocos capitulos por lo que las actualizaciones serian mucho más esporádicas que está. Si les interesa me avisan, es otro enfoque, otro universo, espero les guste este capítulo.


Christian sintió como el aire abandonaba sus pulmones ante la vista, ni en sus mas locas fantasías pensó que el fin de su historia con Ana llegaría tan pronto y de esta manera, su garganta estaba seca y un sudor frio recorría sus manos, pero no podía articular palabra, solo podía pararse allí y mirarla, sentía que debía grabar en su retina esa imagen, pues sería la última vez que la viera.

Christian sintió como el aire abandonaba sus pulmones ante la vista, ni en sus mas locas fantasías pensó que el fin de su historia con Ana llegaría tan pronto y de esta manera, su garganta estaba seca y un sudor frio recorría sus manos, pero ...

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-Yo….-empezó Ana dubitativa, su rostro denotaba vergüenza y sus dedos se retorcían en la sabana que la cubría- …desperté…y no te encontré….-su mirada iba del rostro de Christian a la habitación, no podía fijar mucho tiempo la vista en un solo lugar -…así que salí a buscarte…y…luego vi un poco de luz colarse por debajo de la puerta….y….y yo….decidí entrar…lo siento….no quise parecer entrometida….solo que tuve curiosidad…-termino con la cabeza gacha mirando la piso, mordiéndose el labio nerviosamente.

Si era sincera consigo misma, en este momento su cabeza estaba dividida, una parte estaba avergonzada por haber irrumpido en una habitación sin haber sido invitada y sin permiso, y por otra estaba aturdida, ¿Qué era este cuarto?, evidentemente Christian había mentido, no era un deposito, pero tampoco se parecía a nada de lo que hubiese visto jamás, en la primera vista, le llamó la atención la cama, y pensó que sería un cuarto de huéspedes, pero luego recorrió la mirada y se encontró con la cruz, en otro rincón con látigos, y otras cosas que no sabía que eran pero evidentemente no correspondían a la decoración habitual de la casa, aparte el color rojo de las paredes, tapices y la cama, tampoco reflejaban una habitación normal era algo más sexy y sensual para su entender, levantó la vista y se encontró con el rostro de Christian, este no se había movido un milímetro de su ubicación original, tenía las manos cerradas en puños a sus costados y la mirada fría e impenetrable, Ana se asustó, ya que evidentemente algo malo había sucedido.

-¿No vas a decir nada? – preguntó ella temerosa, Christian siguió sin articular palabra, estaba demasiado aturdido para poder hablar, luego de unos segundos Ana suspiró y cerró los ojos – Entiendo – dijo y se giro como para salir, pero se detuvo al escucharlo.

-¿Qué es lo que entiendes? – pregunto él todavía sin moverse, Ana volvió a girar y se quedo nuevamente mirándolo

-Que parece que estas molesto conmigo y no quieres hablar…

Sombras tristes y oscuras. *Completa*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora