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Ana guarda en su corazón un dolor que la hace llevar una vida triste, amante de los libros aprovecha cada historia para escapar de su re...
Ana se desperezó al día siguiente pero cuando intento moverse se vió limitada por una mano que estaba fuertemente sujetando su pecho derecho, volteó la cabeza y se encontró con la imagen más bella que podía imaginar, la luz del sol se colaba por las cortinas e iluminaba lo suficiente para poder apreciar el rostro precioso que estaba apoyado en una de las almohadas, a su lado respirando suavemente estaba Christian Grey, su cabello alborotado por la almohada, sus pestañas largas y negras que llegaban casi hasta sus pómulos, sus labios perfilados estaban entreabiertos y su respiración era pausada y constante, Ana se giró como pudo y pese a que el agarre era fuerte él no se despertó, cuando estuvo frente a él lo admiro completamente, su pecho subía y bajaba a un ritmo constante y su piel era perfecta, siguió mirando hasta donde cubría la sabana y se encontró con unos pequeños círculos distribuidos en su abdomen, se notaban que eran pequeñas cicatrices pero no podía identificar de que, extendió la mano como para tocarlas, pero a su mente vino el momento en que él le decía que no le gustaba que le toquen la espalda y el pecho, y se detuvo, en cambio dirigió su mano hasta su rostro y retiró un poco de cabello que caía sobre su frente, este movimiento hizo que Christian se moviera y quedara boca arriba y la mano que estaba agarrando a Ana terminó sobre su estómago, decidió que era momento de levantarse, y empezó a moverse, pero antes hizo una última mirada a este bello hombre y se levantó, fue hasta el closet quitó la ropa que utilizaría y decidió que se bañaría en otro lugar para no hacer ruido y despertarlo, pero antes de salir no pudo evitar acercarse y darle un beso en su rostro.
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Cuando terminó se asearse se puso un jeans azul, una camiseta larga y un pulóver marrón encima, y fue a la cocina para preparar el desayuno, cuando se fijó en la hora, vio que eran más de las 10 así que se decidió a hacer algo más que café y tostadas, empezó la tarea y cuando estaba preparando la masa para los panqueques cuando recibió una llamada
-Hola
-Buenos días Srta. Steel, tengo aquí a un Sr. Taylor que trae un paquete y como no está en la lista de aprobados necesito confirmar para poder llevarlo.
Ana se extrañó, que podría traer Taylor – Sí, por favor hágalo subir – el otro lado de la línea se cortó y unos minutos después el timbre del ascensor indicaba el arribo de alguien, cuando las puertas se abrieron el conserje del edificio y Taylor salieron al gran salón.
-Buenos días Srta. Steel –saludo Taylor en su mano llevaba un bolso
-Buenos días Taylor
-Esto es para el Sr. Grey, podría entregárselo por favor – dijo Taylor acercándole el bolso, Ana lo tomó.
-Claro sin problemas, pero no quieres quedarte a desayunar? – preguntó Ana
Taylor sonrió – gracias Srta. ya desayune, fue un placer verla – dijo sinceramente y volvió a entrar en el ascensor, Ana le sonrió e hizo un gesto de despedida con la mano, cuando las puertas se cerraron, ella fue con el bolso camino a la habitación, supuso que Christian ya estaba despierto ya que a eso se debía la presencia de Taylor, golpeó la puerta y cuando no recibió respuesta la abrió, la cama estaba vacía, pero se escuchaban ruidos en el baño, depositó la bolsa en la cama y se dirigió hacia el baño y golpeó suavemente.
